domingo, 18 de diciembre de 2011

Carcelona: la canción de un indignado


Se dice que Rosario comparte con Carcelona el honor de haber albergado en sus calles los movimientos urbanos anarquistas más fuertes. De ahí que desde 1902 se la conoce como la Barcelona argentina. A comienzos del siglo XXI, las coincidencias entre Rosario y Carcelona parecen pocas a mi juicio. Sin embargo, un reciente documental la llama la Barce-lona argentina, señalando la paradoja de que mientras "unos viven en Barce, otros viven en la lona", aludiendo a la poco equitativa gestión municipal de la administración socialista. Desde Rosario me llega esta lectura de CARCELONA que comparto acá..

La imagen que acompaña estas líneas y que aparece publicada en la edición de hoy de Señales, el suplemento de cultura de La Capital, es de Rulramirez, joven fotógrafo carcelonés que alguna vez pisó también tierras rosarinas. Copio a continuación el texto del periodista y poeta Osvaldo Aguirre.

La canción de un indignado

En enero de 2009, después de vivir casi diez años en San Pablo, Miami, Caracas y Bogotá, Marc Caellas volvió a su ciudad natal, rebautizada como Carcelona. "Algo en el ambiente me oprimía, coartaba mi libertad y reprimía mis sentimientos", dice. El malestar tomó la forma de un blog y ahora, cuando el autor vive entre Rosario y Buenos Aires, llega al libro como "un intento de explicarme mis problemas con una ciudad que amo y odio con la misma pasión y a la que regreso periódicamente con la ilusión de ser feliz entre sus calles".

Los problemas de Caellas con su ciudad son bastante serios, pero los enfoca a través de la ironía y el humor. Carcelona puede ser leído como una denuncia de las imposturas culturales y políticas que subyacen al llamado progresismo. "Es el revulsivo contra la farsa que da asco. La pequeña pieza de un indignado que mantiene la espada en alto con talento", dice Pepe Ribas en el prólogo.

El libro alterna crónicas breves con citas de autores diversos (Michel Foucault, Fernando Savater, Michel Onfray, Rafael Gumucio, Jorge Carrión, entre otros), reflexiones para pensar los diversos aspectos que explora el autor: la promoción de la industria turística y sus criaturas (los guiris), los símbolos oficiales de la ciudad (Copito de Nieve, un gorila albino que fue tapa de la revista National Geographic) y la trama de las instituciones ("En Carcelona, la Santísima Trinidad la forman la Caixa, la Iglesia Católica y el Fútbol Club Barcelona"), sólo para comenzar.

Pero si por un lado están Toni Puig y los voceros del "reality show carcelario más popular del planeta", los comunicadores que venden la marca Carcelona y los opinadores periodísticos, por otro hay una ciudad que resiste, que tiene áreas más o menos liberadas y voces que no han sido silenciadas, los "referentes de la insumisión": entre otros, la periodista Cristina Fallarás, el activista antibancos Enric Duran, el Morrysom bar y el Off Papa Festival, evento que contestó a una visita del Papa en 2010.

Así, no es Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, y menos Biutiful, de Alejandro Iñárritu, "la película que mejor refleja las miserias emocionales que padecemos los nacidos entre el Besós y el Llobregat", sino En la Ciudad, de Cesc Gay. La película, dice Caellas, es incomprensible para espectadores que no sean de Carcelona. Su escena final plantea para una paradoja que sólo se entiende por la experiencia propia: "la ciudad donde es casi imposible estar solo es donde uno se siente menos acompañado".

Una marca

Carcelona no tiene explicaciones farragosos sino pasajes ensayísticos que resultan contundentes, incrustrados entre fragmentos de relatos autobiográficos y memorias propias y ajenas. Algunas de esas ocurrencias remiten a la historia reciente: la transición, el período durante el cual España dejó atrás la dictadura de Francisco Franco, incubó el huevo de la serpiente, "fue la manera que encontró la izquierda para secuestrar la cultura".

La cultura, dice Caellas, "se convirtió en un departamento del Ayuntamiento cuya principal misión era detectar cualquier atisbo de rebeldía para, una vez localizado, seducirlo y comprarlo, asumiéndolo como propio, convirtiendo a los agitadores, a los innovadores, a los provocadores en pseudofuncionarios anestesiados con un buen sueldo a fin de mes". Los lectores argentinos deberán decir si en este mundo global el fenómeno se reduce a España o tiene manifestaciones más cercanas.

El régimen de Franco se desvaneció, pero fue sucedido por una "dictadura del civismo". El orden tiene palabras para todo, precisamente porque las palabras, como dice William Burroughs en una de las citas de Caellas, siguen siendo el principal instrumento de control. Los disidentes, entonces, son los antisistema, un término de significación tan amplia que, en una ciudad donde tanto está prohibido hacer ruido como orinar en la calle, puede incluir al que va un poco desprolijo.

La creación de la ciudad como marca resulta una operación central en el proceso, y aquí vuelve a levantarse la espada del cronista: "Carcelona fue gestionada durante más de treinta años por publicistas camuflados de asesores (...) Como buenos vendedores de humo, apuestan por el marketing y la comunicación. No importa lo que se haga, lo que importa es lo que se dice".

Sin embargo, por más indignado que esté, Caellas nunca pierde el humor y la visión corrosiva del mundillo cultural, como muestra al contar las dificultades que tuvo para encontrar un albergue transitorio, cuando lo necesitaba, o las reacciones del público en una corrida de toros. También, engañosamente, ofrece ideas para nuevas campañas publicitarias de Carcelona y un esbozo de guión para TV 3, la televisión catalana.

"Quizás haya algo en el aire contaminado de Carcelona que nos impide estar bien con nosotros mismos. Tal vez hemos respirado alguna sustancia tóxica que nos dificulta satisfacernos con lo que tenemos, ya sea el trabajo, la pareja o el coche. Una permanente insatisfacción que deriva en soledad porque no sabemos la razón de nuestro estado y mucho menos sabemos cómo explicarlo a nuestro entorno afectivo", dice Caellas. Pero de esas imposibilidades están hechas sus crónicas; y el libro, además, ofrece un interés adicional para el lector local, si se piensa que Rosario, al fin de cuentas, es la Carcelona argentina. •

La escena literaria

Marc Caellas nació en Barcelona en 1974. Dirige propuestas escénicas, gestiona proyectos culturales y escribe (www.marccaellas.com). Acaba de presentar en la Fundación Tomás Eloy Martínez, de Buenos Aires, Entrevistas breves con escritores repulsivos, obra basada en textos de David Foster Wallace, para la que convocó a cinco escritores y a una periodista cultural. “Creo que nadie mejor que un escritor para presentar a otro escritor al que admira o sigue o lee. Creo que la literatura es espectáculo y quienes lo juegan bien son los escritores. Creo más en la honestidad emocional que en la destreza técnica para representar las emociones”, dijo, al respecto.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Carcelona en Buenos Aires


Estos son los colores de una de las opciones que manejamos para la portada. La rescato ahora para anunciar la presentación en Buenos Aires de CARCELONA, en este voluntario exilio que me impuse a partir de abril del 2011.

La cita es mañana viernes, a las 22.30 horas, en la terraza de la Fundación Tomás Eloy Martínez.
Brindaremos con vino, degustaremos la excelente tortilla de Jorge y tendremos algunos ejemplares disponibles para los interesados.

Los espero!

He estado leyendo en estos días EL ASTILLERO, de Onetti, en una edición de la biblioteca Salvat que mi amigo Fernando Rubio me regaló una tarde porteña, allá por el parque Rivadavia. He subrayado algunos párrafos. Dicen los que saben que somos lo que subrayamos.

"...Otros, al revés, siguen viéndolo apático y procaz, acodado en la mesa, el cigarrillo en la boca, paralelo a la humedad de la avenida Artigas, mirando las caras que entraban, sin otro propósito que la contabilidad sentimental de lealtades y desvíos; registrando unas y otras con la misma fácil, breve sonrisa, con las contracciones involuntarias de la boca.

...Pagó esta otra cuenta, empujó sobre el mostrador la propina y fue bajándose con seguridad y torpeza del taburete, fue caminando por la tira de linóleo, balanceándose con el premeditado compás, corto y ancho, seguro de que la verdad, aunque marchita, iba naciendo de los golpes de sus zapatos y se transfería al aire, a los demás, con insolencia, con sencillez.

...Ahora estaba en la trampa y era incapaz de nombrarla, incapaz de conocer que había viajado, había hecho planes, sonrisas, actos de astucia y paciencia sólo para meterse en ella, para aquietarse en un refugio final desesperanzado y absurdo.

...En realidad, no estaba con ellos sino con reproducciones, de fidelidad fluctuante, de otros Gálvez y Kunz, de otras mujeres felices y miserables, de amigos con nombre y rostros perdidos que lo habían ayudado -sin propósito, sin tomarlo de verdad en cuenta, sin agregar nada al impulso instintivo de ayudarse ellos mismos- a experimentar como normal, como infinitamente tolerable, la sensación de la celada y la desesperanza..."

viernes, 9 de diciembre de 2011

Copito cabreado



El escritor argentino Juan Terranova escribe sobre Carcelona y sobre Copito de nieve, al que conoció de niño, una mañana fría de invierno. Acá pueden leer el texto original que a continuación transcribo. Como de Copito ya puse varias fotos, ilustro este texto con una imagen tomada por Ignasi Duarte en la pastelería Mauri: una guiri australiana que viaja con su canguro.

EL ESPECTADOR INMÓVIL (2)

Ayer a la mañana encontré un comentario sobre Carcelona, el libro del director de teatro catalán Marc Caellas. No lo leí, más allá de los sugerentes fragmentos que pueden encontrarse en la web, pero el mismo Caellas me contó un poco de qué se trata. La dictadura del civismo, la prédica del buen ciudadano que no se queja ni confronta, la diferencia entendida como problema estético o capricho… El juego de palabras del título, por otra parte, es elocuente. Conozco Melusina, el sello que lo editó, por dos libros, uno sobre las últimas protestas en París, y una novela con forma de diario que cuenta el fracaso de una comunidad de anarco-socialista en el Brasil. Ahora Caellas tiene en cartel una obra sobre textos de Foster Wallace, acá en Buenos Aires, en la fundación TEM, usando a escritores como actores. Cuando le pregunté si su libro se conseguía en Buenos Aires, me dijo que todavía no. Hablamos bastante de Barcelona, esa ciudad que el alto capital, el turismo de la beca Erasmus y los mismos catalanes convirtieron en una especie de Disney Gótico. “Una ciudad para ir un fin de semana” le dije a Caellas. Siempre voy a preferir el Madrid de los toros, los mozos franquistas y el jamón crudo.

Ahora bien, en la tapa del libro de Caellas está Copito de nieve, el único gorila albino que vivió en cautiverio. La primera vez que visité Barcelona con mi padre, lo fuimos a ver. Yo tenía diez años. Estábamos en Paris, era invierno y hacía muchísimo frío. Mi padre era fanático de caminar, sacar fotos y le gustaban mucho los museos y los zoológicos. Una noche de invierno compramos pan y queso en bolsas de papel y coca-cola en botellas de vidrio y tomamos un tren que cruzó los Pirineos. Cuando se hizo de noche, nos dormimos y todavía recuerdo el ruido que hacían las botellas vacías chocando abajo de nuestros asientos.

De esa visita a Barcelona me quedaron imágenes de la rambla y una escena pintoresca del día que conocí a Copito de Nieve. Copito era un gorila feo y blanco. Parecía un jubilado serio con la cara rosada. Me acuerdo que entramos en un salón gris, como una cámara gessell. Había un vidrio enorme y del otro lado, una escenografía pálida, casi beckettiana, un arbolito y una goma colgando del techo. El gorila estaba a un costado sentado sobre zanahorias a medio comer y manzanas podridas. Había poca gente. Un par de turistas rubios, nosotros, nadie más. En un momento, no sé por qué, Copito se enojó y empezó a tirar desperdicios contra el vidrio. El vidrio se iba ensuciando y entonces el público, excitado por la agresión, se corría para seguir los movimientos del gorila. El espectáculo fue tan impresionante que hoy, veinticinco años después, cierro los ojos y es como si lo estuviera viendo. “¿Por qué está bravo el mono?” le preguntaba un nenito de marcado acento castizo a la madre. Mientras tanto Copito seguía salpicando el vidrio y mi padre sacaba fotos con una tranquilidad casi irresponsable. “¿Por qué está bravo el mono, mamá?” El sonido de los impactos era sordo y opaco, como si alguien golpeara una puerta con un martillo de goma. Mi padre me miró, sonrió y me dijo, a mí, no al niño castellano, “el mono está bravo porque la mierda choca contra el vidrio”.

¿Podría pensarse una obra a partir de este momento? Imagino un actor disfrazado de Copito con una máscara precaria y un disfraz gastado, empezando un monólogo sobre su condición de único gorila albino en cautiverio. Podría hablar de las cosas buenas –las despiojadas y las zanahorias–, las cosas malas –los turistas–, y toda la dimensión existencial de estar encerrado, de ser diferente, de ser albino. Podría leer incluso alguna de las miles de cartas que llegaron durante años al zoo de Barcelona pidiendo su clonación. “Querido Copito, te escribo porque quiero que seas eterno…” Y después se me ocurre que un guardia le puede cortar el monólogo para decirle que Barcelona está siendo arrasada por la codicia del mundo, por una estampida de zombies, por la derecha y su alianza con la banca internacional. Sería una obra muy simple. El guardia de seguridad sería joven, podría tener un skate abajo del brazo y aclararle que si todos se van, él también se va, porque al final ese trabajo no le gusta y él quiere ser dj o diseñador gráfico y que a Copito le conviene que él se vaya porque entonces, si él se va, Copito es libre. ¿Libre? Sí, libre. ¿Libre para hacer qué?, podría preguntar. No se me ocurre ahora el final de la obra. Pero me suena tan bien que el gorila estrangule al guardia como que el guardia estrangule al gorila. Copito de nieve murió hace unos años, creo que de cáncer. Fue un día de mucha tristeza para Cataluña, pero eso es algo que no hace falta poner en la obra.


Un fragmento de Carcelona de Marc Caellas

Una reseña de la obra “Entrevistas breves con escritores repulsivos.”

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Carcelona: una mirada sin rejas


Levantarse, preparar el café, encender la computadora, entrar en sigueleyendo.es, y encontrarse con este texto de Raúl Argemí. No se puede empezar mejor el día.

Carcelona: una mirada sin rejas

Hay libros que están escritos desde la mala leche. La diferencia está en si la mala leche nace del odio o del amor. Carcelona, de Marc Caellas, tiene toda la mala leche del que ama apasionadamente, y se siente traicionado.

Acabo de leerlo y se me ocurren varias cosas. Por ejemplo, que si lo lee mi amigo Daniel Negro, dueño del Harlem Jazz Club, es capaz de iniciar un movimiento para que canonicen a Marc Caellas; o que por lo menos le levanten el monumento que algunos descerebrados quieren erigirle a Copito de Nieve, el pobre gorila que vivió encarcelado en el zoológico hasta su muerte.

Cierro el libro y siento un alivio inmenso. Yo también sueño con pisar turistas con mi bicicleta, para que liberen el espacio público de sus aires de tortugas satisfechas. Yo también hago un gesto de asco cuando comprendo que hay gente que tiene perro para poder juntar su caca en una bolsita. Hasta leer Carcelona me sentía un poco asocial. Ya no. Ahora pienso en algo más letal que mi bicicleta.

Seguramente los hoteleros, los que viven de los subsidios, los que aspiran a sirvientes de un turismo que ya hincha las pelotas, y los funcionarios que no tienen mejores ideas que prohibir al prójimo hasta las ganas de follar, lo pondrán en su lista negra. Abramos una suscripción para estar también en esa lista negra.

Resumir este libro de combate por una Barcelona inteligente y menos pacata, es un desperdicio. Hay que comprarlo, y hasta piratearlo, para regalarlo en masa, para que todos nuestros amigos sepan que no están solos en esta relación amor odio con una ciudad que Marc Caellas bautiza Carcelona. Esto sí que es una obligación cívica, y no perseguir a los que mean en la calle, o movilizar patrulleros y motos de la Guardia Urbana para multar a los skater.

¿Políticamente incorrecto? Sí, claro; y escrito como los dioses. Como los dioses, santos y santas que no están en el calendario de puentes y otras gilipolleces.

Como Sigueleyendo es un servicio público -sin funcionarios, ni públicos ni privados- acá van dos muestras gratis del pensamiento que Marc Caellas desarrolla en Carcelona. El Prueba con esto en que se publicó un adelanto del libro, y una nota del autor explicando sus razones para no ir al teatro en Barcelona.

Por favor, no se pierda en Carcelona el capítulo dedicado a los “opinadores a sueldo”, no tiene desperdicio.

RAÚL ARGEMÍ

jueves, 1 de diciembre de 2011

Carcelona kids


Uno de los efectos colaterales generados a partir de la publicación de Carcelona es la cantidad de nuevas ideas y temas que algunos atentos lectores están compartiendo conmigo. Y yo que quería dar por terminada mi etapa Carcelona... Algunos están empeñados en que siga completando el mosaico. Tal vez tenga que preparar una nueva versión, corregida y aumentada. Comparto aquí una ilustración y un breve texto de mi admirado Pedro Strukelj, compañero de despacho durante los dos años que formé parte del equipo de Casa América Catalunya. Con Pedro sostuvimos siempre divertidas tertulias a media mañana. “L'hora de la poma” le llamábamos a nuestros minutos de descanso en los cuáles degustábamos una manzana en la cocina del entresuelo más inquieto del Eixample. Pedro es un arquitecto que a ratos dice que es mexicano y a ratos argentino, según le convenga. Casado con una catalana, padre de dos hijas, su mirada sobre Carcelona es siempre lúcida y certera. Pedro gestiona un blog en el que regularmente muestra sus dibujos, retratos cotidianos de su familia, de sus amigos o de su ciudad adoptiva, esta Carcelona que sigue empeñada en complicarse la vida.

Breve aportación a la narración colectiva que en definitiva puede ser la Carcelona de Marc Caellas.

Mi hija acaba de cumplir 4 años y está rebelde. Quiere hacerlo todo ella y todo de manera completamente opuesta a como hasta hoy lo venía haciendo acompañada de sus hermosos y buenos padres. El sábado pasado festejamos en un parque sin solicitar el permiso municipal para hacerlo. Además de pastel y patatas, quesos y vino para padres y madres. El lunes siguiente nos esperaba en el buzón de casa una carta del sistema de transportes en que le daba la bienvenida a la pequeña ciudadana-contribuyente al sistema de transporte metropolitano. Días después del parto recibimos la tarjeta sanitaria, y formamos parte del programa "Ja tenim un fill", en el que durante el primer año del bebé, madres e hijos se reunían a compartir experiencias conducidas por especialistas en toda clase de temas. Del mismo modo ahora recibíamos la noticia de que la niña comenzaba a pagar el metro. Subíamos por el ascensor con una sensación de estar vigilados.
La tarjeta T-12 es casi gratuita, dura hasta los 13 años y tiene un dibujo de 5 niños sonrientes. Si no es para pagar el transporte, ¿para qué es? ¿Para que el niño no se cuele como un delincuente desde pequeño? ¿Para enseñarle a pasar el cartoncito de la fábrica desde los 4 años? Desde luego para ambas.
Cuando esto pasó yo leía el libro amarillo de Marc y pensaba en la pedagogía de la ciudad-parque infantil y en la necesidad de rebeldía que forma parte del crecimiento de las personas. Es como si esta pedagogía ciudadana exigiera a los niños-jóvenes-ciudadanos que crezcan sin ese momento de diferenciación respecto de lo padres-normas. Sería como la continuidad del método Estivill (tan exitoso como represivo) pero prolongado durante el resto del desarrollo: no necesites, no te vincules afectivamente, y luego, no te separes, no te rebeles, no te construyas como individuo.
La frase que han usado los fantásticos publicistas es tan burda como ilustrativa: "Ja ets grandet per fer aquestas coses" (ya eres grande para hacer estas cosas) pero la verdad es que no, mi hija no es grande todavía, se hará grande si le permitimos no serlo de manera rebelde. El equipo de pedagogos de TMB lo ha debatido largamente y seguro que este es el motivo por el que, de momento, la tarjeta es gratuita.

Aquí hay un blog de Elsa Verges en que trata los diferentes planos de la campaña para no "colarse" en el metro con Foucault:

1. Et creus molt llest?... hi ha un càstig
2. Et creus molt llest?... no tens protecció
3. Et creus molt llest?... estàs vigilat

viernes, 25 de noviembre de 2011

Feliz en Carcelona


Muy atinado este texto de Mac Inculking sobre Carcelona. Tomo nota de sus consejos y me quedo con su cara. Todos los periódicos deberían ser bastante irreverentes...
Copio el texto a continuación aunque recomiendo leerlo en su fuente original, periódico irreverentes.

CONTINUUM CARNAVAL: Feliz en Carcelona

Yo, sépanlo todos, lo que buscaba era una guía de viajes barata, y le eché la zarpa a Carcelona.

Lo primero, indudablemente, porque era el tamaño exacto para llevarlo en la riñonera, cabía perfectamente sin entrar en conflicto con el móvil y las gafas de sol, que son los miembros originarios de esa patria. Lo segundo, porque indudablemente me lo venderían barato, dada la errata de la portada: CARCELONA.

Vale, me equivoqué en todo, pero acerté en la foto de portada: Copito de Nieve está bellísimo, dignísimo, moderno y político, todo un barcelonés. No perdería el aura ni aunque nos revelara que cobra ese famoso tres por ciento.

Últimamente leo mucho sobre Barcelona. Carlos Zanón, por ejemplo, ambienta allí Tarde, mal y nunca. Qué sangrienta es Barcelona. La Fallarás extiende la trama de Mis niñas perdidas por sus calles cutres, atravesadas de vicio y corrupción. Cuántos pederastas en Barcelona. La Corona de Flores de Javier Calvo es otro relato de mi interés sobre el trending topic #Barcelona. Qué siglodiecinueve está Barcelona. Ahora he leído este de Marc Caellas, y ya no he podido menos que pensar que en algún lado me escamotean la verdad. ¿Dónde se oculta toda esa gente maravillosa que da gloria verla, de lo barcelonesa que está? ¿Qué fue del deconstructivismo del huevo frito, del orden eixamplar? ¿De las óperas del Liceu, y las bodas en el Palau? ¿Fue Cruyff, o fue Guardiola?¿Por qué en ninguno de esos libros nadie vota al PSC? ¿Puede ser rupturista un caganer?

Carcelona entra en temas de enjundia. Van a verlo.

Marc Caellas es un tipo inquietante. Listo. Escribe muy bien. Escribe rematadamente bien, como listo que es. Y es de Barcelona. Pero no es barcelonés. Bueno, es barcelonés a ratos. En las vacaciones. Se fue del orden impoluto y con aroma a desinfectante de la ciudad condal buscando las ciudades desaforadas y con tufo a sancocho abigarrado del cono Sur. De hecho esta vez (él mismo nos cuenta) ha vuelto, ha escrito este alegato como una bofetada y se ha largado antes de que lo retiren del padrón, como si fuera una de esas chapas tocapelotas que vendieron (durante unas horas) en el MACBA. Como queda demostrado en esta argumentación, Marc Caellas es un tipo muy listo. Pero se fue.

El punto de partida de la obra es también su tesis. Una tesis por la que no podrá nunca más acceder al doctorado en Barcelonidad. Una tesis-escupitajo, respondona, una tesis con tesón, la sexitesi, la tesis redonda de la que uno termina diciendo “¿por qué no se me ocurrió antes a mí?”. La Tesis iluminada, o sea. Se formula así:
La Virgen de la Merced es la patrona de Carcelona. Por aquellas afinidades electivas de la vida moderna, coincide que la Merced es también la patrona de las instituciones penitenciarias. (…) No sorprende entonces que esta cárcel de la impotencia y el conformismo que es Carcelona también celebre su fiesta el mismo día.

Luego de soltar esta, y sin concurso de cavas ni otros contaminantes patrióticos (léase afición al Barça, fervor por la Sagrada Familia, etc.), Marc Caellas se lanza a diseccionar las diferentes y apasionantes facetas que ofrece la ciudad, esa cárcel, para expansión de aquellos que llegados de otros lares, o aun de su propio interior, aspiran a conocerla mejor. Es un empezar y no parar. Son 140 páginas lanzadas a velocidad de vértigo en las que el autor analiza su flora y fauna, con los ecosistemas correspondientes. Sus vicios. Sus poses (porque ¡qué bien posa!). Y una vez que se lanza a desmontar, Marc Caellas se revela como el desmontador absoluto. Habla de la Barcelona cool, y desmonta ese mito pieza a pieza, página a página. Habla de la noche barcelonesa, y la desactiva sin algodones, atiborrándonos de experiencia propia. Si habla del cine de Barcelona, no tiene más que dejar que se desmonte solo. Si del teatro de Vanguardia, nos dirá ¡qué bien se lo montan sin aportar al teatro nada! Si investiga en la constante conspiración político-social, verán que el montaje es impepinable (y lo sirve en forma de teleserie, para emprendedores televisivos). Y si por último hurga en la prensa barcelonesa, ese poder sin sentido crítico, pondrá al descubierto la de fotomontajes que endilgan con el objetivo de que siempre reluzca la Carcelona magnífica (y que por supuesto alguien paga).

Fino este Marc Caellas. Con razón se fue nada más escribir el libro.

Pues esto, y mucho más es Carcelona. La apuesta de la editorial Melusina para no ganar nunca el Nacional de Ensayo. Si desean comprarla, háganlo pronto. El espíritu de Copito de Nieve estará siempre al acecho, dispuesto a abortar cualquier otro intento de lanzar el baldón sobre la Ciudad-Montaje.

Toma nota, Marc Caellas.

Y ustedes, Irreverentes, disfrútenlo.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Día del orgullo primate


Leo en el blog Anticlerical que hoy es el día del orgullo primate. Tal día como hoy, en 1859, Darwin publicó El Origen de las Especies. La efeméride sirve también de alerta ante las cada vez más extendidas prácticas en favor de la llamada doctrina creacionista. Sí, ya saben, la fábula de la Biblia y los seis días de creación del mundo y el séptimo de descanso, esa patraña tan divertida e instructiva. Lo que sospecho no saben los impulsores de esta loable iniciativa es que el bueno de Copito de nieve, el que pasó más años que nadie encerrado dentro del zoo de Carcelona, se murió un 24 de noviembre, hoy hace 8 años.

A los fans de Copito les gustará saber que un asteroide lleva su nombre.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Carcelona en Complot



A Venezuela llegaron los ecos de Carcelona, concretamente a la revista Complot, que circula también por lugares como Panamá o Miami.
Lo del terrorismo poético, por si algún despistado no lo sabe, se lo debemos al gran Hakim Bey

BAILES INVEROSÍMILES EN CAJEROS automáticos nocturnos. Despliegues pirotécnicos ilegales. Land art, obras terrestres como extraños artefactos alienígenas desperdigados por los parques naturales. Allana moradas pero en vez de robar, deja objetos poético-terroristas. Secuestra a alguien y hazlo feliz. Elige a alguien al azar y convéncele de ser el heredero de una inmensa, inútil y asombrosa fortuna -digamos 5000 hectáreas en la Antártida, o un viejo elefante de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de manuscritos alquímicos-. Al final terminará por darse cuenta de que por unos momentos ha creído en algo extraordinario, y se verá quizás conducido a buscar como resultado una forma más intensa de existencia. Instala placas conmemorativas de latón en lugares (públicos y privados) en los que has experimentado una revelación o has tenido una experiencia sexual particularmente gratificante, etc. Ve desnudo como un signo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Visc(a) Carcelona


Me gusta esta lectura de Carcelona que apareció en Dylarama, una web o blog o frenopático cultural que circula por ahí.

Lo escribe un tal Miquel Deyà y lo copio aquí.

Visc(a) Carcelona

La primera vez que, como estudiante recién llegado, salí por Barcelona aluciné con la cantidad de prohibiciones que mis amigos, ya veteranos, me explicaban con resignación. Para mí era marciano que un bar cerrará a las tres porque estaba prohibido si no eras una discoteca. Ahora llevo ya más de cinco años viviendo aquí y he observado como el discurso prohibicionista se articula con aires de modernidad, cultura y otros adjetivos vacíos. Uno lo habla con sus amigos y conocidos e inevitablemente sabe que no es el único que lo piensa. Por eso y más es necesario un libro como Carcelona (Editorial Melusina) de Marc Caellas.

Carcelona es un libro que con inteligencia y crítica ácida regala a Barcelona una perspectiva que necesita. El autor pone la ciudad y sus habitantes bajo una lupa, no es un libro extenso ni detallado, con la intención de denunciar de manera rápida y efectiva, sus contradiciones, incoherencias, miserias y ridiculeces. No es un tratado de la ciudad, es una disección lúcida de muchas de las estupideces que se han cometido y se han dejado cometer. Se pueden distinguir dos lupas, dos maneras de exponer los barrotes de Carcelona, el primero desde un punto de vista elevado, un crítico que enfoca a los sectores públicos, el segundo como un paseante que observa la urbe y sus habitantes.

Es esta primera figura la que más he apreciado, en la que aparece el narrador más lúcido y valiente, uno que hace que asientas con la cabeza a cada línea hasta que te duela el cuello. Sus objetivos más ambiciosos analizar los políticos y la cultura. Aquí Caellas deshace mitos de la ciudad como el civismo mientras nos señala su superficialidad. <> Así explica Caellas <> El libro desgrana qué se ha hecho con cierto detalle y la mayoría de veces con nombres o alusiones. Los damnificados de mayor envergadura son sin duda la música, la cultura y el periodismo. La música, que tanto ha dado a esta ciudad, ha quedado restringida a la anécdota, prohibiendo el ruido de las guitarras <> En cuanto a la cultura el libro habla de teatro, literatura y periodismo, de como ésta ha sido domada, ya no hay disidencia cultural, han conseguido controlar el volumen y la crítica jamás se pasa de decibelios. Mención especial merece su repaso a los opinadores de la prensa. El autor aquí tiene una valentía a mi parecer inusual en un mundo en el que nadie quiere enemigos, mucho menos si son conocidos. Siguiendo, con este personaje y con las manías prohibicionistas también destacan: orinar en lugares públicos, los happy hour e incluso pintar la fachada de tu casa o tu negocio. Leyes, políticos, empresarios y agentes culturales que moldean una ciudad que Caellas ya no siente como suya. Sin complejos estos análisis toman distancia, así el lector observa la ciudad desde arriba sus núcleos, su ridiculez y sus miserias.

La otra visión es desde el pie de calle, es un narrador que está allí y ha venido a hablarnos de él en la ciudad, no de ella. Este narrador incluso nos presentará una propuesta de guión para la televisión pública dejando claro que ahora quiere hablar de él mismo. Aquí dependerá del lector sentirse más a gusto o menos con las opiniones y visiones del autor. Para muestra dos botones. En el primero el narrador va a los toros con un amigo, antes de entrar se encuentra con antitaurinos << Veinte desquiciados, rodeados de polícias, nos gritaron asesinos […] Yo casi les dejo unas monedas, como si fueran una estatua de las Ramblas […] Libertad de expresión, faltaría más. Aunque sospeché al instante que a esos también los pagaba el Ayuntamiento.>> En primer lugar, ¿también?, eso merece una explicación. En segundo lugar este lector echa de menos la distancia, la perspectiva. Sin importar que uno esté a favor o en contra del tema, cuesta mucho querer leer a alguien que ha pasado de analizar a barruntar. Y siempre hay cosas que analizar. Uno tiene la sensación de que, por ejemplo, quizás se hubiera podido denunciar esa superioridad moral y ética que se autoconceden estos grupos. Es una crítica lógica que muchos hacen, hasta ahora el narrador no había lanzado monedas a nadie, se había enfadado, reído, apuntado a las incoherencias, etcétera. Es un cambio de extraño. El segundo botón es cuando nos habla del amor en Barcelona. Aquí el observador se sienta en el diván y hace terapia con la ciudad de fondo. Al principio repasa la actualidad de las escritoras. Habla bien de todas ellas y utiliza a algunas para hablar del corazón de los hombres de Carcelona. Por un momento pensé que a alguien se le había caído un poco de Cosmopolitan en mi libro. "Llucia Ramis […] no se cansa de repetir que Carcelona es la única ciudad del mundo donde los chicos no les entran a las chicas en los bares por miedo a hacer el rídículo." Acto seguido el observador analiza porque mi paisana tiene razón. Yo que no conozco el aspecto de ninguno de los dos, que no sé por dónde andan por las noches, sólo puedo decir: ¿seguro que es la ciudad?, ¿seguro, seguro? Después el observador, todavía en el diván, sigue hablando de sí mismo y de su vida amorosa, leemos "Se ha constatado: el hombre carcelonés tiene la extraña manía de hablar demasiado de la ex, [...]" No sé qué diantre pensará el lector medio, por mí parte imagino que el autor, en ese momento, escribía para alguien en concreto, espero que le haya funcionado.

En cualquier caso son apenas unas cuantas páginas que ni estropean ni desmerecen un libro necesario para entender el sitio en el que uno vive, sea Barcelona o cualquier otra urbe, porque la unificación de la ciudad es un hecho y nuestros políticos no son originales ni mintiendo ni manipulando. Caellas hace mucho más que decir que el emperador está desnudo, nos dice que está disfrazado de payaso y no sólo le reímos las gracias, lo que es peor, nos las podemos creer.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Cuando Carcelona era Barcelona


He devorado en un par de días Emulsió de Ferro, la novela de Sebastiá Jovani. Ambientada en el barrio de Gràcia, a finales del 76, la novela te traslada a esos años en los que Barcelona era menos cómoda, más conflictiva pero también más libre. Me ha gustado como Jovani describe el barrio de Gràcia, mi barrio, con esa mezcla de idiomas, olores y sonidos tan peculiar. Me he acordado de mi amigo Ignasi Duarte, eterno flaneur, con el que compartimos, cuando coincidimos, noches de tertulia y whisky por sus calles. Claro que ahora tenemos que soportar encontrarnos por el camino locales cuyos dueños se enorgullecen de no servir alcohol. Pensé también al terminar la lectura de esta novela negra protagonizada por artistas de la vida en El Gran Vázquez, un Grande con mayúsculas, protagonista de una película con la que este libro comparte la atmósfera libertaria y contracultural, al igual que con Los 70 a destajo, el imprescindible retrato de una década (aviso a navegantes, se reedita en pocos días) que pudo ser el inicio de un cambio de verdad en España y que acabó desembocando en una de las mayores patrañas de la historia política europea: la modélica transición.

Como dice su autor, los personajes de Emulsió de Ferro son los no vencedores de la Transición, pero no son los vencidos. Son los que no se amoldaron al criterio de normalidad que se impuso para dejar atrás un régimen y entrar en una supuesta democracia, este franquismo de partidos que soportamos ya más de treinta años y que tarde o temprano caerá. Unos años en los que existían bares como el Tarahumara de la novela...

“Per a tots nosaltres, el Tarahumara era al mateix temps un reducte d'assentament i un espai on recordar-nos a nosaltres mateixos a quin bàndol pertanyíem. Allà s'hi congregaven conspiradors culturals, músics que preferien les catacumbes abans que les audiències tradicionals, poetes lisèrgics i altra gent força inqualificable. Hom podia deixar-s'hi caure qualsevol dia, i malgrat l'aparent normalitat que s'hi respirava, amb les seves copes, les seves llums ataronjades i el seu fil musical estrambòtic, es tenia ràpidament la sensació que, entre línees, fora de camp, s'hi porduïen coses realment importants. Moltes més de les que podien imaginar-se, i algunes que mai arribarien a saber-se, perquè naixeren i moriren entre aquelles quatre parets. Víctor Neige i jo n'haviem viscut un bon grapat, d'aquestes”

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Carcelona desconcierta


Crónica sentimental del desconcierto. Así ha titulado José Sabater de Montfort su crítica a Carcelona, publicada en la revista Underdogs, cuyo subtítulo es Blog de arte y otras debilidades humanas. Mi agradecimiento al escritor por su atenta lectura y por el símil taurino, que me sirve para recordar al gran José Tomás.

"Este esquema, como digo, lo aprovecha Caellas también para hacer un análisis del estado del teatro en la ciudad, de cómo se ha representado la urbe en el cine, para sugerir una desternillante (por certera) hipotética serie de tv que, a la manera de The Wire, sirva “para entender el poder hoy en día” o incluso para esbozar una visión sociológica del amor en la ciudad. Por no hablar del análisis sobre los “opinadores a sueldo” que tiene Barcelona, distinguiendo cinco tipos de columnistas que escriben en los periódicos, sobre los que dice Caellas que “un escritor de Carcelona puede considerarse consagrado cuando le ofrecen una columna de opinión en alguno de los periódicos que se editan en la ciudad”. Tal capítulo (el último, el diez) es un capítulo antológico, de esos que, tras ser leídos, al lector no le queda más que lanzar con júbilo el libro al suelo y patear (no el libro, sino el suelo) y tocar palmas (al estilo free-flamenco) de puro respeto y admiración, levantando el pañuelo para pedir las dos orejas y el rabo."

lunes, 7 de noviembre de 2011

Carcelona animals


Copio a continuación el último párrafo de mi texto para el Barcelonés de este mes, a modo de continuación del capítulo Carcelona animals del libro. El cerdo Puccini campa a sus aires por Nou Barris y algunos vecinos, como se ve en la foto, se preocupan.

...Pienso todo esto sentado en una terraza de la plaza Virrei Amat, desayunando un bocadillo de tortilla, rodeado de señoras cansadas y de niños gritones. Cuando menos me lo espero, aparece una extraña bestia por la acera. Me digo entonces que a los animalistas se les está yendo de las manos ¡Se atrevieron a cruzar un bulldog con un jabalí! Pero resulta que no es un perro sino un cerdo. ¿Qué hace un cerdo suelto por una plaza de Nou Barris? ¿Acaso rueda Woody Allen un remake de Rebelión en la Granja? Pido otro café por las dudas mientras se aleja el animal a paso cansino. Termino el desayuno sin más sobresaltos. Me levanto y diviso a un grupo de desocupados rodeando a este cerdo indescifrable. Un vecino lo ha atado a un árbol mientras otro llama a la perrera municipal. El resto mira. Cuando todo el show parece llegar a su fin, se oye un grito: “eh, no truqueu, no, que és meu”. Y a continuación, “Puccini, què fas? Anem a esmorçar?” Es el dueño, quien se ve forzado a dar una explicación. Hace una pausa, observa al auditorio improvisado y explica la milenaria tradición de los cerdos vietnamitas, su vocación por ser animales domésticos mucho antes de que nosotros, tristes occidentales, optáramos por los perros. En Vietnam, y en Hollywood, prefieren a los cerdos como mascotas. El esforzado vecino de Nou Barris no aclara a sus congéneres por qué le puso Puccini al cerdo ni tampoco a qué colegio animal lo llevó para que le saliera tan normalizado. Estas son las cosas que pasan en mi ciudad y que según que días me parecen odiosas y según que noches las veo magníficas...

Hablando de animales, me leí esta mañana un libro sensacional: JOP, de Jim Dodge. Aclaro que Jop es el nombre que le ponen a una pata (femenino de pato). Jop comparte protagonismo con el jabalí Cepo y de ahí la conexión con Puccini, el cerdo. La edición corre a cargo de Capitán Swing editores e incluye una larga entrevista con el autor del que me declaro, desde hoy, fan absoluto. Pocas veces una entrevista es tan clarificadora de un modo de pensar, de una manera de vivir, de una forma absolutamente libre de vivir de este señor Dodge que, gracias a las incisivas preguntas de Kiko Amat, llegamos a conocer tan bien como a sus entrañables personajes. El prólogo de A. Jiménez Morato, que sugiero leer después de la novela, es altamente recomendable y de ahí rescato esta cita de Thoreau:

"Vivid libres y no os comprometáis. Hay poca diferencia entre recluirse en una granja o en una prisión."

martes, 1 de noviembre de 2011

Carcelona en el Barcelonés


Ya está en los quioscos el número de noviembre del Barcelonés. Me pidieron una nota sobre la relación de amor-odio que sentimos algunos respecto a Carcelona. Incluí en el texto atinados comentarios de David Barba, Cristina Blanco, Iolanda Batallé o Marc Barrachina. Va con una carta de despedida sobre la que daré más detalles en otro momento.

"Contemplando la tierra, el aire y el cielo, me vino el doloroso e irremisible pensamiento de que era un pobre preso entre el cielo y la tierra, que todos los humanos éramos de este modo míseros presos, que sólo había para todos un tenebroso camino, hacia el oyo, hacia la tierra, que no había otro camino al mundo más que el que pasaba por la tumba."
Robert Walser

domingo, 30 de octubre de 2011

Carcelona sentimental



Para J.S. de Montfort,Carcelona fue una de las cinco cosas por las que mereció la pena seguir vivo el jueves...
"La obviedad (no por ello menos nociva) de la que da cuenta Marc Caellas en su libro de ensayo -cínicamente corrosivo y- misceláneo Carcelona (Melusina, 2011) al hablar de la literatura vial que crea la ciudad de Barcelona y cómo es consciente de tratar de inventar un mundo a través de trales prácticas. Así, llama la atención Caellas sobre un ejercicio que parece insoslayable en este siglo XXI, pues que:
lo relevante no es producir obras sino prescribir sentidos"

jueves, 27 de octubre de 2011

Carcelona cry


Me gusta este blog. No lo conocía y ya me arrancó varias carcajadas. Y ganas de leer Dinero gratis. Sólo quisiera aclarar que Carcelona, el libro, no es un resumen del blog del mismo nombre. Es difícil de calcular con precisión pero diría que el 80% del texto publicado es material nuevo, escrito para la ocasión. El editor me lo dejó claro desde el primer momento que empezamos a hablar de la posibilidad de editar un libro. No quería repetir la experiencia de Juan Mal-herido. A los lectores no les gustan estas operaciones de cambio de formato. Dicho esto, celebro que haya usado la terminología con la que bautizo los diferentes capítulos. Sabe él como yo que es incorrecto en el inglés de la BBC. No lo es tanto en ese inglés para todos los públicos que usan los guiris y los demás extras del parque temático Carcelona.

Aquí comparto el texto de Javi Iglesias, de su Vida puta y sin talento,

¿Otro blog pasado a libro? Sí, otro. Y la mili que nos queda... Lo de Melusina es de recibo. El arrojo de editar en formato libro blogs como en su día Juan Mal-herido y ahora Carcelona hay que reconocérselo. Ahí queda eso. Marc Caellas es un francotirador que habla de francotiradores que apuntan desde afuera, disparan desde la calle y no sobre ella, abren fuego sobre los edificios del establishment, no desde sus ventanas. Carcelona es el libro de un blog de una indignación que quiere responder a esta simple pero concisa pregunta: ¿POR QUÉ HABÉIS CONVERTIDO MI CIUDAD EN UNA PUTA MIERDA? Se trata de la indignación por una ciudad perdida, o mejor, una ciudad robada, sustraída día a día hasta convertirla en prisión. Eso sí, cárcel con marca registrada, cárcel de diseño. Barcelona es la isla penitenciaria de John Carpenter (1997/2013), pero con Presidente autonómico de por medio...

Caellas reparte la leña que es justa y aun otro poco de propina, su sorna y sátira, sobrias y sin embargo aceradísimas, van dirigidas a tres blancos bien diferenciados: de un lado los políticos y demás caterva de establecidos, trajeados chupópteros vendehumo que han visto en la ciudad condal la perfecta carótida sobre la que ensayar sus colmillos, llenar sus bolsillos y de paso tratar al respetable como si fuese gilipuertas; del otro lado los verdaderos gilipuertas del meollo, esas nuevas piaras tribales, todas ellas legión, que han transformado las calles de la ciudad otrora cosmopolita en un nuevo y patético freakshow de pesadilla: snobs, pedantes, posculturetas, moderniquis, fashion-weekers, guiris a tutiplén, goticazos, hiperconectados, blogomierders, twitterzombis, starbuckmaníacos y demás fauna impresentable, a la que en su día tan bien ya les enmendó la plana Carlo Padial en su hilarante Dinero gratis; y en tercer lugar están los durmientes, esos reclusos ensimismados en un falso sueño de libertad, ni siquiera conscientes de su condición de reos sumisos y obedientes. Vencidos y cabezas gachas transigentes que, como el kafkiano personaje del cuento Ante la ley, ni siquiera alumbran la posibilidad de estar habitado una prisión de muros transparentes.

Y parace que sí, que razones no le faltan a Caellas para todo su abanico de invectivas, pese al cual aquella mítica Barcelona de Vázquez Montalbán —la de Carvalho, por tanto— se antoja ya algo irremediablemente perdido, otra Atlántida para la lista, y que bien podríamos intercambiar el nombre de Barcelona con el de tantísimas otras ciudades, españolas y no, obteniendo en el empeño una más o menos idéntica radiogafía. Los rayos X de una mal degenerado y degenarativo. La placa de una demencia. Tal vez no haya remedio, pero al menos debería quedarnos el gritar desde lo hondo de nuestra celda acolchada. O bien el reírnos en la puta cara de tanto celador sinvergüenza.

lunes, 24 de octubre de 2011

Carcelona fanzine


Me sorprende recibir esta invitación hoy, apenas dos semanas después de que Carcelona, el libro, saliera a la venta. Sobre el arte de Zosen ya di cuenta en un post anterior, en el que ironizaba sobre la moda Carcelona. Y también ilustró la traducción al inglés de algunos textos que apareció en la revista Gopher. Así que, me alegra que la marca Carcelona siga usándose para buenas iniciativas como ésta que, de lejos, pinta bien.

Carcelona fanzine, 29/10. 20 horas. MISCELANEA.

El fanzine Carcelona "20 anys a la millor botiga del món" recoge una serie de entrevistas con artistas, activistas, músicos, personas de diferentes generaciones que viven o han vivido en Barcelona y que en algún momento entre 1990 y el 2010 se han encontrado con Zosen en la ciudad.

La públicación sirve como excusa para que los participantes hablen de sus vivencias,trabajo e impresiones acerca del cambio que ha sufrido la ciudad en los últimos años.

De alguna manera es una especie de manifiesto de la cultura underground de los últimos 20 años en la ciudad condal, un documento que refleja nuestra história más reciente y a veces olvidada.

La primera edición es de 100 copias numeradas y con las portadas originales de Aryz y Lusmore serigrafíadas!

Los artistas/personas participantes:


Sergio Mora
Meneo
Francesc Punsola (Frank Trepax)
Alicia Roselló
Lusmore
Xupet Negre
Miranda Makaroff
Anrod Photo/ Zroken
Fuck the Bastards/ C-utter
Abel Galleta Rrecords
Alejandra Perez (Elpueblodechina)
Jorge Rodriguez-Gerada
Aryz

Presentación de la mano de:

SUCKAFISH P JONES (voodo cumbia step!)
http://www.disboot.net/catalogo/suckafish-releases/
http://suckafishbeats.blogspot.com/

C-utter (postivive noise)
http://www.myspace.com/elladooscuro
http://podcast.radiobronka.info/?p=1235

Abel Galleta dj (galletismo do it yourself)
http://www.myspace.com/galletarecords
http://galletarecords.bandcamp.com/

viernes, 21 de octubre de 2011

Marc Caellas, dramaturg, Entrevista El Triangle


El Triangle es un periódico semanal que sale todos los viernes en Catalunya. Me entrevistaron por correo electrónico y quedó esto. Mi primera impresión fue de sorpresa, al constatar que de repente me había convertido en dramaturgo. Pero luego consulté en la Rae y aprendí que dramatugo es aquél que escribe obras dramáticas. Tal vez tengan razón y Carcelona sea un drama, un nuevo drama incluso, ahora que está tan de moda la expresión...

A tono con el espíritu libertario de Carcelona, comparto aquí un fragmento de Una novela francesa, de Frédéric Beigbeder, leída y gozada estas últimas semanas en el exilio porteño. El fragmento corresponde a una conversación que mantiene el escritor con un policía, en una cárcel de París a la que es enviado después de esnifar coca en el capó de un coche, en plena calle, y acompañado de un poeta. Grande Frédéric!

- Si a los cuarenta y dos años desobedezco las leyes es porque no desobedecí lo bastante a mi madre cuando era joven. Tengo veinte años de desobediencia por recuperar. A mi hija le explico los peligros que la amenazan, pero nunca me enfado con un niño porque desobedezca, dado que ahí es como se afirma. Naturalmente, riño a mi hija cuando tiene una rabieta, pero me inquietaría mucho más si no tuviera nunca ninguna. Voy a escribir un libro sobre mis orígenes. Puesto que me trata usted como a un niño, intentaré serlo para explicar a mi hija que el placer es algo muy serio, necesario pero peligroso. ¿No comprende usted que este asunto nos sobrepasa a los dos? Lo que está en cuestión es nuestra forma de vivir. En lugar de castigar a las víctimas, pregúnteles por qué hay tantos jóvenes desesperados, por qué se mueren de aburrimiento, por qué buscan cualquier sensación extrema antes que el siniestro destino del consumidor frustrado, del individuo normalizado, del zombi formateado, del parado programado.
- Yo soy policía, usted escritor. Cada cual a lo suyo. Cuando un joven prende fuego a un coche, nosotros lo interrogamos y lo enviamos ante un juez. Usted intenta analizar las razones de su rebelión nihilista... Es muy libre de hacerlo.
- Lo que usted no quiere ver es que esta sustancia no es más que un pretexto para acercarse a los otros, un intermediario entre desconocidos, un rodeo para engañar a la soledad, un vínculo estúpido pero real entre almas perdidas... Si conoce usted otra cosa que permita fraternizar con otros extraviados, dígamelo.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Laie CCCB recomienda Carcelona


Escribe Damià Gallardo, de Laie
"La sàtira pot ser una eina crítica potent. En el cas de Carcelona, ho és. Fins i tot en temes delicats, Marc Caellas sap prémer la tecla justa per atacar costums i lleis amb una variant tàctica infalible: l’absurd. Divertit i amarg, ningú estarà d’acord amb tot el llibre; i justament per això, tot el llibre és recomanable"
En la Laie de Pau Claris parece que Carcelona comparte espacio con el poder...

lunes, 17 de octubre de 2011

visca la qualitat turística!


Mi admiración por Antonio Baños no cesa. Cada artículo suyo me excita y me deprime, en simultáneo. Carcelona debería ser, en realidad, una selección de sus mejores textos. Como éste, que rescato de la edición catalana de Público...

La imagen, cortesía de Iolanda Mora, es uno de los descartes de Carcelona trademark, el capítulo del libro donde escribo sobre cómo nos relacionamos con nuestros "amigos" los guiris.

Tenien raó i jo no. Mira que havia remugat en contra de Jordi Clos i tot el seu clergat turisticofílic de Barcelona. Que havia blasmat en contra de les administracions municipals sociates i els seus tres nobles batlles, homes només comparables en talent, visió i magnificència als millors Médici. Ho feia a fi de bé, però he d’admetre ara el meu imperdonable error. Quan vosaltres ens dèieu que aquests milions de barrets mexicans, de turistes borratxos, d’assetjament immobiliari i de depredació del centre de la ciutat eren per una bona causa no us vam creure. I quan ens asseguràveu que totes les catàstrofes turístiques de Barcelona eren per atreure aquella mena de ieti mític i nebulós anomenat turista de qualitat, vam dubtar. Mea culpa.
Per fi ja ha arribat, ja el tenim aquí, ja és visible: el turisme de qualitat ha vingut en vaixell, com els Reis Mags. El 5 d’octubre passat, el príncep Abdulaziz bin Fahad bin Abdulaziz Al Saud, a bord del seu iot amb mida d’ambulatori anomenat Turama, va baixar a Barcelona i va fer el que fan quan trepitgen Torremolinos: tancar un cinema, una llibreria i part del Fòrum per exercir el turisme de qualitat sense la molèstia de la població indígena. Quin moment més maco. Com quan el rei Jaume I va tornar de Mallorca o l’almirall Colom es va presentar als Reis Catòlics a la Murtra curull d’indis i papagais, això ha estat l’arribada del príncep.
Els anys de fe i estretors en els quals el poble català ha suat i patit per construir tants hotels de cinc estrelles han donat fruit. Barcelona i el seu turisme de qualitat rebrà ara xeics tirans, traficants d’armes indonesis, magnats russos, explotadors asiàtics i especuladors sense escrúpols que formaran un nou i gloriós skyline moral de la ciutat.
Quan érem nens, els pares ens portaven a la Rambla perquè veiéssim el que era un lloro o una tortuga. Avui, gràcies al turisme de qualitat, podrem ensenyar als nostres fills el que és un Rolls Royce de color rosa, el seguici de dones emburcades d’un dictador petrolier o una propina de 500 euros. Serà una bona lliçó per als futurs barcelonins sobre quina és la moralitat que mana i com hem de fer el possible per fer-li la gara-gara des de la més turística obediència.
Barcelona, defensora de les llibertats contra el mal rei Felip, bressol dels drets obrers, resistent a les bombes del feixisme, s’ha de relaxar i obrir les seves cames amoroses al turista de qualitat. Perquè és cert que la crisi ha arruïnat molta gent, però no passeu ànsia, ja eren pobres o semipobres. El que ha de fer la gloriosa BCN Quality Hub és atraure els molts triomfadors de la recessió. Potser, per acabar d’impulsar la nostra quality image, podríem convidar per fer promoció els bonificats directors de Novacaixagalicia o de la CAM. Això sí, encara hem de fer un esforç estratègic per netejar de moros i negres el centre i, sobretot, engarjolar els quissoflabiols i fer callar els gemegaires del servei públic. El turista de qualitat vol tranquil·litat i silenci. Sobretot en l’àmbit fiscal.
Ni virtuosa com Esparta, ni sàvia com Atenes, ni bella com Florència. Barcelona serà, a la fi, amiga dels corruptes com Marbella, cridanera com Benidorm i encisadora i obscena com
Miami. Que vinguin els xeics i els seus xecs! Olé per la qualitat! I, com deia l’himne nacional de l’Espanya pobra: millonarios, os recibimos con alegría.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Carcelona subtitulada


Amanezco en Rosario y me encuentro con esta sorpresa. Antonio J. Rodríguez lee Carcelona y escribe este texto para "celebrar" el día de la hispanidad en una publicación que desconocía y que David Puente califica de "gafapasti"... En Argentina al 12 de octubre le llaman el día de la raza.

Cuando hace un mes y medio me trasladé a Barcelona (en adelante Carcelona), mi biblioteca se redujo a cinco volúmenes de trabajo y dos o tres textos de relectura por pasatiempo; entre estos últimos se encontraba una novela sobre la tan sonada burguesía carcelonesa de rancio abolengo, estamento social al que, por lejano e improbable, atendí con curiosidad de zoólogo. Puesto que ahora resido en un barrio donde los supermercados españoles dedican un tercio de su espacio a productos con etiquetado en lenguas extracomunitarias, y además mi radio de acción en la ciudad se encuentra reducido a no más de un kilómetro cuadrado, no puedo dejar de preguntarme por esa Carcelona que protagoniza unos titulares de periódico tan ininteligibles y marcianos como los etiquetados de salsas arábigas y tahinis pakistaníes en el Raval. Entre los recortes más llamativos de esa agenda informativa desde que estoy aquí recuerdo: 1) la retirada de las presuntas chapas sediciosas e inmorales en la librería La Central del Raval, donde Carcelona quedaba representada por cacos que roban bolsos o agentes de la Ley y el Orden que actúan como policía política; 2) la discusión sobre la lengua vehicular en los colegios, que llevó a Felix de Azúa a enunciar aquello de que «la realidad siempre ha sido el peor enemigo de Cataluña»; y 3) la discusión interminable sobre las procaces escenas de prostitución en el Gótic.

Carcelona, no lo he dicho aún, es un concepto que le debo a Marc Caellas (1974), que acaba de publicar un pequeño y divertídisimo libro de crónicas así titulado. «La Virgen de la Merced es la patrona de Carcelona. Por aquellas afinidades electivas de la vida moderna, coincide que la Merced es también la patrona de las instituciones penitenciarias […] No sorprende entonces que esta cárcel de la impotencia y el conformismo que es Carcelona también celebre su fiesta el mismo día», dice el autor. Aunque pocas cosas hay más románticas e inútiles que tratar de buscar idiosincrasias y caracteres según qué geografías, agradezco a Caellas esta especie de guía para no iniciados. Seis años sin salir de Madrid es una asignatura cuya recuperación exige un lento aprendizaje. O eso es lo que yo creo al leer estas crónicas, si bien en el momento en que escribo esto ya haya desarrollado cierta agorafobia o fobia social hacia Las Ramblas y el turismo.

Dictadura del civismo, secuestro del espacio público, «la Santísima Trinidad que forman la Caixa, la Iglesia Católica y el Fútbol Club Barcelona», la batalla contra el pis y los pañales para los juerguistas con problemas de contención, las cacas de perro y los cagarros de las ratas voladoras, las vanidades y la inclinación al rústico cotorreo de corrala sobre cuernos y fornicio, las firmas periodísticas locales a evitar, la catástrofe de Woody Allen con Vicky Cristina Barcelona y, desde luego, el superávit de turismo y su repercusión en el ánimo local son algunos de los temas que serpentean esta escatológica Ciudad Condal de Caellas. Y hace ya tres años desde que Melusina, la misma editorial que ahora lanza Carcelona, publicó la colección de crónicas titulada Odio Barcelona, donde varios autores barceloneses nacidos en la década de los setenta —por lo demás, los mismos que asistieron a las consecuencias de artefactos como los Olímpicos, el Fórum y Carcelona como marca turística— se dedicaban a hacer saltar por los aires la imagen de la ciudad. ¿A qué se debe esa obsesión por la administración local en los escritores barceloneses?, ¿y por qué no ocurre lo mismo con los contemporáneos madrileños?, ¿no existen allí motivos suficientes para alimentar la queja?, son algunas de las cuestiones que ambos títulos obligan a cuestionarse a cualquier espectador casual. Incluso subtitulada, Carcelona aparece aquí como cinta de Serie B para connoisseurs.

sábado, 8 de octubre de 2011

Polaroid en Quimera



CARCELONA YA ESTÁ DISPONIBLE EN LAS MEJORES LIBRERÍAS

Espero no me revoquen la libertad condicional

Respecto a la polaroid, me remito al maestro

“Toda fotografía es una ficción que se presenta como verdadera. Contra lo que nos han inculcado, contra lo que solemos pensar, la fotografía miente siempre, miente por instinto, miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa. Pero lo importante no es esa mentira inevitable. Lo importante es cómo la usa el fotógrafo, a que intenciones sirve. Lo importante, en suma, es el control ejercido por el fotógrafo para imponer una dirección ética a su mentira. El buen fotógrafo es que miente bien la verdad.”
Joan Fontcuberta

martes, 4 de octubre de 2011

Contra el proceso represivo al movimiento 15M


Contra el proceso represivo al movimiento 15M

Hoy, día 3 de octubre han sido practicadas al menos siete detenciones a raíz de la protesta que tuvo lugar el 15 de junio de 2011, a las puertas del Parc de la Ciutadella de Barcelona. Queremos expresar todo nuestro apoyo a todas las personas que puedan verse represaliadas por estos hechos y el rechazo más firme al proceso jurídico-político que ha abierto la Audiencia Nacional.

El consejero de Interior del Govern de la Generalitat, Felip Puig y el magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco están impulsando una operación represiva, con la colaboración de la Fiscalía General de Catalunya, contra un movimiento social masivo que está haciendo frente a las políticas de recortes presupuestarios, en ámbitos tan importantes como la enseñanza y la sanidad entre otros. En lugar de prestar atención al malestar ciudadano hacia la crisis y los recortes antisociales, los poderes fácticos responden con la represión y la criminalización de la disidencia. A esta situación hay que añadir el papel fundamental que una entidad tan antidemocrática y poco representativa como Manos Limpias ha tenido en este proceso. Ellos han sido los impulsores del proceso, presentando una querella criminal contra el 15-M ante la Audiencia Nacional. A todo ello se suma el proceso penal que están sufriendo 6 personas en los juzgados de Barcelona por la misma protesta.

Cabe destacar que la Audiencia Nacional es una institución heredera del 'Tribunal de Orden Público' franquista (TOP), un tribunal de excepción utilizado históricamente en casos con un cariz claramente político. Las personas que afrontarán este procedimiento son acusadas de un delito "Contra las Instituciones del Estado", delito que no ha sido nunca aplicado a las múltiples protestas acaecidas ante los diversos parlamentos autonómicos, el Congreso de los Diputados o el Senado. Tampoco pasó el año 1984 cuando, hay que recordarlo, una multitud de militantes de Convergencia Democràtica de Catalunya, congregados a las puertas del Parlament, protagonizó una protesta mucho más contundente que la del 15 de junio, en este caso contra los diputados del Partit dels Socialistes de Catalunya. Entonces, los dirigentes convergentes no hicieron ninguna referencia a la honorabilidad de una de "las máximas instituciones del país".

Entendemos estas actuaciones no como una acción contra personas específicas-que en todo caso serían chivos expiatorios - sino como un ataque al conjunto del movimiento 15M. Un movimiento con un apoyo social muy elevado que encabeza la crítica al actual sistema de representación política, así como a las medidas económicas de austeridad neoliberal promotoras de segregación y exclusión social.

La convocatoria del 15 de Junio ​​de 2011 fue una decisión tomada a partir del debate público, abierto, transparente y horizontal que tuvieron las multitudinarias asambleas de entonces. Es por ello que creemos que este proceso constituye un ataque a todo el movimiento.

Esta protesta fue instrumentalizada y exagerada por el consejero de Interior Felip Puig y el gobierno con imágenes hábilmente construidas, como la de la llegada del presidente de la Generalitat y otros miembros del Gobierno en helicóptero al Parlamento. El objetivo de Convergencia i Unió (CiU) con todas estas cortinas de humo ha sido suficientemente claro: desviar la atención pública de lo que estaba pasando dentro del hemiciclo, donde se debatían unos presupuestos antisociales absolutamente ilegítimos, en tanto que no constaban en ningún programa electoral y no pasaron por ningún referéndum vinculante.

Sin embargo, el domingo 19 de junio una marea humana de más de 200.000 personas respondió tanto al montaje político como las graves recortes sociales sufridas por la población catalana en los últimos meses, manifestándose bajo el lema 'La calle es nuestra , no pagaremos vuestra crisis ".

Reafirmamos, una vez más, nuestro rechazo a las actuaciones judiciales y policiales en curso contra el movimiento, reiteramos nuestro apoyo a las personas procesadas y las que pueden encausar en un futuro y anunciamos que, lejos de asustarse de la persecución , el movimiento 15-M continuará saliendo a la calle y trabajando para dejar bien claro que "no somos mercancías en manos de políticos y banqueros".

Finalmente, hacemos un llamamiento a concentrarnos contra la actuación represiva y contra los recortes en la plaza de Catalunya de Barcelona, ​​hoy lunes a las 19 horas.

Todos y todas somos 15-M.

# 15mlliure



Firmas:

Assemblea de Sants, Assemblea de Gràcia, Assemblea del Casc Antic, Assemblea de Poble Nou, Assemblea de Sant Andreu, Assemblea de Clot-Camp de l'Arpa,Assemblea de Drets Socials de l’Eixample, Assemblea de Poble sec, Assemblea de Sarrià-San Gervasi, Assemblea de Sant Antoni, Assemblea del Raval, Assemblea Social Guinardó-Can Baró, Assemblea Gòtic, Assemblea Indignades del Carmel, Assemblea de L'Hospitalet de Llobregat, Universitat Indignada 15M i Comisión de Trabajadoras y Trabajadores Indignados de Barcelona.



Àgora Lliure de l'Escala, Ateneu Art i Cultura de l'Escala, Izquierda Anticapitalista, Revolta Global, En Lluita, Coordinadora d'Assemblees de Joves de l'Esquerra Independentista (CAJEI), Coordinadora Obrera Sindical (COS), Endavant, Maulets, Partit Obrer Revolucionari (POR) Catalunya, Confederació General del Treball (CGT) de Catalunya, Clase contra Clase, Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) (CATAC, CAU, CATAC-CTS, FSEF, FTC, USTEC·STEs), Malestar 2.0 Barcelona, Associació Cultural Roig, Fundació Pere Ardíaca.

martes, 27 de septiembre de 2011

Carcelona propone


Mis amigas Nuria y Iolix me hicieron llegar algunas ideas para ayudar a nuestros queridos carceleros a ordenar la ciudad.
Tenemos un problema con las bicis. Tenemos turistas desorientados. Solución: el carril turista. Carcelona critica pero también propone.
Con espíritu cívico, eso siempre.

Aquí pueden probar un poco de qué va esto.

Rescato aquí un decálogo de deseos, escrito por Rafael Argullol, que comparte el espíritu de Carcelona

1. Quiero que no gane siempre el que más grita o el más gracioso. En consecuencia:

2. No quiero tertulianos

3. Quiero silencio. En consecuencia:

4. No quiero lumpenturismo ni barbarie ni estupidez

5. Quiero lentitud del goce. En consecuencia:

6. No quiero fast-food, en ninguna de sus modalidades, incluida la supuestamente espiritual

7. Quiero una ciudad librepensadora. En consecuencia:

8. No quiero una ciudad que se miente a sí misma.

9. Quiero vivir en Barcelona. En consecuencia:

10. No quiero vivir en Barcelona.

jueves, 22 de septiembre de 2011

CARCELONA, el libro



Con motivo de las fiestas penitenciarias de la Mercè, tenemos el placer de anunciar que ya está listo CARCELONA.

Sólo recalcaré que se trata de un trabajo nuevo, escrito de manera incívica para la ocasión.

Del blog se rescatan apenas un par de textos, el resto son nuevas diatribas para el regocijo de los presos de nuestra querida ciudad. Aquí se puede leer el prólogo de Pepe Ribas y las primeras páginas...

Próximamente a la venta.

"la vida es una cárcel con las puertas abiertas"

Andrés Calamaro

miércoles, 7 de septiembre de 2011

prohibido vender chapitas irónicas


Hace una semana envié la versión final de Carcelona a mi editor. Muy pronto estará en las librerías, formando parte de la colección (sic), de Melusina. En librerías como La Central, amenazadas por los carceleros por atreverse a vender unas chapitas. Unas chapitas irónicas que han irritado a los integristas de la marca Carcelona, obsesionados con la imagen que damos de nuestra impoluta y modélica ciudad. Enjoy Barcelona se llama la serie y justamente eso, que disfrutemos, es lo que no quieren los amos del calabozo. El odio al goce del otro, del que ya teorizó Lacan en los sesenta. En fin, corren malos tiempos cuando hay que recalcar lo obvio, la imperiosa necesidad de no ceder ni un ápice de nuestra libertad.

“Una sola cosa existe de cuyo deseo, ignoro el porqué, la naturaleza despoja a los hombres: la libertad, que sin embargo es un bien tan grande y grato que, una vez perdida, todos los males vienen a continuación; y hasta los bienes que quedan tras ella pierden por entero su gusto y sabor, corrompidos por la servidumbre. Tan sólo la libertad no es deseada por los hombres, no por otra razón, al parecer, que si la desearan la tendrían; como si se negaran a hacer tan bella conquista sólo porque fuera demasiado realizable”

Discurso de la servidumbre voluntaria, Etiénne de la Boétie

sábado, 27 de agosto de 2011

luchar por dar mala imagen


Dice Antonio Baños en Público: Que sepan todos los que resisten en la playa de Sant Sebastià que no únicamente luchan por ir desnudos en la playa de siempre. Luchan porque Carcelona tenga derecho a dar una mala imagen. La imagen de la vida, con feos, gordos, viejos, pobres y locos de atar a la vista de todos. Que cada vez que un capitalista mire desde la ventana de su suite, vea Carcelona como siempre ha sido: rebelde, exhibicionista, desobediente y libre. No estáis solos!

domingo, 7 de agosto de 2011

Haz turismo invadiendo un país


Sucederá en pocos días. Está anunciado. El que avisa no es traidor. Tienen tiempo de escapar. Por tierra o por aire. Por mar va a ser complicado. Yo ya lo hice. Estoy lejos, al otro lado del charco. Pero me indigno igual con un titular como éste: Carcelona batirá su récord de pasajeros de cruceros el 20 de agosto de 2011. La marea turística aparecerá tras la sombra de Colón y subirá por las Ramblas con paso firme y viento de poniente. Propongo colocar barricadas a la altura del Liceo. Francotiradores en el Ars Santa Mónica. Recibirlos al grito de No Pasarán. Todo de mentira claro, no vayan a acusarme de incitar a la violencia. Todo fake, de cartón-piedra, como les gusta a los guiris. Sangría y paella. Con faldas y a lo loco. Más vale ser punki que maricón de playa.

Para los que anden por la cárcel de oro les recomiendo escuchar este tema de los Celtas Cortos con el que titulé este post y releer Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, la desopilante crónica que David Foster Wallace escribió sobre su experiencia como pasajero en un crucero por el Caribe. Se leen cosas como:

"Hay algo insoportablemente triste en los Cruceros de Lujo masivos. Como la mayoría de las cosas insoportablemente tristes, resulta increíblemente elusivo y complejo en sus causas y simple en sus efectos: a bordo del Nadir -sobre todo de noche, con toda la diversión organizada, la amabilidad y el ruido del jolgorio- me sentí desesperar. La palabra se ha banalizado ahora por el exceso de uso, desesperar, pero es una palabra seria, y la estoy usando en serio. Para mí denota una adicción simple: un extraño deseo de muerte combinado con una sensación apabullante de mi propia pequeñez y futilidad que se presenta como miedo a la muerte. Tal vez se parezca a lo que la gente llama terror o angustia. Pero no acaba de ser como esas cosas. Se parece más a querer morirse a fin de evitar la sensación insoportable de darse cuenta de que uno es pequeño, débil, egoísta y de que, sin ninguna duda posible, se va a morir. Es querer tirarse por la borda."

martes, 21 de junio de 2011

negra y dura


BARCELONA
Una solución para los problemas de los argentinos


Los mesías del modelo Carcelona van por el mundo impartiendo su particular sermón de la montaña, con la esperanza de reclutar apóstoles que les ayuden a difundir el nuevo catecismo. En algunos lugares, sin embargo, el tiro les sale por la culata y el cacareado modelo se transforma en anti-modelo, en un ejercicio de apropiación de la marca para transformarla en lo que realmente es, un engaño de feria, un truco de prestidigitador al que se le ve el plumero.
En Buenos Aires, cada viernes, tengo una cita en los quioscos. Ese día sale al aire el semanario Barcelona, una solución para los problemas de los argentinos, la lectura del cuál me permite enterarme de lo que sucede en la Argentina. Viendo en lo que se ha convertido la prensa tradicional, cada día más manipuladora y más dependiente de los poderes económicos a los que, en teoría, debería hacer frente, convendría recordar lo que decía Borges: “no vale la pena interesarse en el periodismo, pues está destinado a desaparecer. Bastaría, en lugar de diarios, con un periódico bimensual, ya que todos los días no se producen hechos sensacionales. En la época grecolatina se leían libros y no se perdía el tiempo en tonterías.”
Sumergirse en el Barcelona argentino no es una pérdida de tiempo. Es una manera de sobrevivir con humor a la banalidad de la vida cotidiana, el día a día que dicen los opinadores a sueldo. Se trata de compartir la particular habilidad de los redactores de Barcelona para sintetizar en un titular contundente las noticias de actualidad. Sin ir más lejos, tras el asesinato de Bin Laden se dedicó la portada al pacifista Obama con este titular: negra y dura, y con este subtítulo: así es el arma de Obama para introducir la paz en el mundo. Se puede decir más alto pero no más claro. El pasquín Barcelona consigue invertir aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Aquí una frase bien puesta vale más que muchas tópicas imágenes que llenan páginas y más páginas de periódicos desechables.

Barcelona tampoco se olvida de la crónica rosa aunque tiene el atino de vincularla a la política. Para muestra un botón:

SHAKIRA Y SU TENDENCIA A GENERAR CRISIS EN LOS PAÍSES QUE LE PROVEEN NOVIO: ¿MUFA, YETA O TAN SÓLO PORTADORA DE MALA FORTUNA?

Los especialistas no terminan de ponerse de acuerdo: algunos la califican como “mufa”; otros prefieren hablar de “yeta”; para otros simplemente “portadora de mala fortuna”; y no faltan los más tradicionales que apelan a definiciones como “fúlmine”, “lechuza”, “piedra” o “jettatore”. Lo cierto es que cada vez son más los especialistas de todo el mundo que aseguran que la cantante colombiana traería “muy mala suerte”.
Un grupo de científicos de la Universidad de Michigan elaboró un paper donde se aconseja llamar “Yaquita” a la artista colombiana, mientras la persona que dice el nombre de la colombiana se toca el seno izquierdo ( en el caso de las damas) y el testículo izquierdo (en el caso de los hombres). El estudio se basa en dos casos testigo: el romance de “Yaquita” con Antonito de la Rúa durante la crisis y el estallido social del 2011 en la Argentina, y el noviazgo de la cantante con Gerard Piqué durante la crisis y el estallido social del 2011 en España. En la Universidad de Massachusetts, por su parte, estarían estudiando otros posibles idilios de la colombiana durante los últimos años (véase recuadro), aunque estos datos por el momento no pasan de ser sólo rumores.

Recuadro-encuesta: ¿usted le llenaría el orto de leche a Shakira a riesgo de causar un descalabro financiero y social en su país?

martes, 7 de junio de 2011

¿qué hacer?


Aprovecho que ando unos días por Carcelona para acercarme a ver a mi querido Jordi Carrion. Nos ponemos al día. Su mujer está en Nápoles, la mía en Rosario. Hablamos de ellas y dejamos de fondo la tele puesta, a modo de banda sonora. Seguimos de celebración. Hemos ganado la Champions. La hemos ganado. Y cómo la hemos ganado. Esto sí es una victoria estética. Ahora toca celebrar y Messi parece borracho, Alves parece actor y Piqué parece intelectual cuando suelta el único parlamento con un mínimo valor literario: ni nos drogamos, ni nos tiramos, ni compramos árbitros, sólo jugamos al futbol. Un minicuento casi. Con Jordi coincidimos que a esta celebración le falta un buen director escénico. Un poco de espectáculo, señores. Espectáculos de realidad, por favor. Si jugamos tan bien al futbol, también deberíamos celebrarlo con estilo. En literatura pasa lo mismo. Los autores más experimentales, cuando llega la hora de presentar su trabajo, lo hacen de la misma previsible y aburrida manera que los autores más convencionales. El futbol es así, que diría el filósofo. Y la literatura, también.

Con Jordi saltamos de un tema a otro y en un momento le suelto: ¿por qué no hablaste de Treme en Teleshakespeare? Es una joya, llevo 4 capítulos y estoy alucinando, es la primera serie musical, es una serie política, es una obra de arte. Jordi me mira raro, me deja hablar y cuando termino me recuerda que el penúltimo capítulo de su excelente libro está dedicado justamente a Treme. Consigo apenas disimular mi vergüenza que sólo disminuye más tarde, cuando leo ese capítulo en casa. Y disminuye un poco más cuando constato que sí, que su análisis es certero, pero que no, que yo discrepo, y entonces pienso, tengo que escribirlo esto, se lo debo. Y es que David Simon lo ha logrado de nuevo. Ha creado otra obra maestra, la primera serie musical de verdad, organizada alrededor de la música, escrita con la música en la cabeza, un musical de autor en formato serie, una genialidad. Y no es, como sostiene Carrion, una serie elitista. No. Que se joda el espectador medio, de acuerdo, pero esta serie puede disfrutarla el maldito espectador medio. O no, yo que sé, ¿qué coño es el espectador medio?

Mientras suena Shakira en este bar de Nou Barris en donde me exilio en busca de una conexión a internet, recuerdo que una de las mejores estrategias políticas del siglo XXI fue la del insólito nuevo alcalde de Reijkavic, que exigió a los políticos que quisieran pactar con él para formar gobierno en la capital de Islandia haber visto las cinco temporadas de The Wire. Un gesto como éste es el que hubiéramos esperado de Obama, en esa época que ahora parece tan lejana en la que confiábamos en él y en su entorno intelectual. Al menos ahora podría pedirles a sus colaboradores que vean Treme. Total, es una temporada y pico apenas, que la vean, que la disfruten y que piensen. Como le dijo Johann Cruyff una vez a Stoichkov: piensa, Hristo, piensa. Quizás, la mejor orden táctica que un entrenador ha generado en un estadio. David Simon debe haber pensado mucho para lograr algo muy difícil: entretener y hacer reflexionar, divertir y generar espíritu crítico, televisión y arte contemporáneo. Algo así consigue Guardiola con este Barça que emociona. Danza contemporánea y solidaridad obrera. Nuestro futbol es de izquierdas, todos hacen de todo, declaró Pep hace unos días. Y no, yo creo que no sea de izquierdas, es futbol libertario, vanguardista, da-da. Una suma de individualidades. Como los indigados del 15-M. Como la Spanish Revolution, que no quiere saber nada de líderes ni de gregarismos, ni de mensajes para las masas. La revolución será personal e individual o no será. Luego nos juntaremos esas personalidades o individualidades, quizás, o no, si tenemos ganas. Pero el cambio siempre es intransferible, lo vive uno sólo, está en la mente, en el cuerpo, en el alma. Y es un trabajo de cada día. Si no fuera tan friolero me haría islandés.

Indignarse es el primer paso. El segundo debiera ser infiltrarse. Y el tercero, el tercero sólo puede ser la acción. Pero, ¿qué hacer? De momento escribir. Parece ser que se confirma. A finales de año Carcelona será un libro. Gracias a Melusina y a su editor, que desde su refugio en la parte alta, sabe bien qué hacer...

En mi vuelo de regreso a Buenos Aires, la ciudad jaula, leo a Juan Filloy
"Todo viaje es una evasión... El hombre vive de dos maneras: ya en la soledad, espulgando sus preocupaciones, ya en la intemperie de la estupidez ciudadana, condicionado por los demás. ¡Dos cárceles! Partir es haber hallado la tangente que conduce hacia el azar, después de abrirse paso en la timidez de un largo interrogatorio. Quien escapa a la vigilancia interior contempla desde afuera, jocosamente, la celda personal. Y se despide de ella para siempre, “por haber ganado -como juzga Paul Morand- su proceso contra el hábito"