miércoles, 7 de diciembre de 2011

Carcelona: una mirada sin rejas


Levantarse, preparar el café, encender la computadora, entrar en sigueleyendo.es, y encontrarse con este texto de Raúl Argemí. No se puede empezar mejor el día.

Carcelona: una mirada sin rejas

Hay libros que están escritos desde la mala leche. La diferencia está en si la mala leche nace del odio o del amor. Carcelona, de Marc Caellas, tiene toda la mala leche del que ama apasionadamente, y se siente traicionado.

Acabo de leerlo y se me ocurren varias cosas. Por ejemplo, que si lo lee mi amigo Daniel Negro, dueño del Harlem Jazz Club, es capaz de iniciar un movimiento para que canonicen a Marc Caellas; o que por lo menos le levanten el monumento que algunos descerebrados quieren erigirle a Copito de Nieve, el pobre gorila que vivió encarcelado en el zoológico hasta su muerte.

Cierro el libro y siento un alivio inmenso. Yo también sueño con pisar turistas con mi bicicleta, para que liberen el espacio público de sus aires de tortugas satisfechas. Yo también hago un gesto de asco cuando comprendo que hay gente que tiene perro para poder juntar su caca en una bolsita. Hasta leer Carcelona me sentía un poco asocial. Ya no. Ahora pienso en algo más letal que mi bicicleta.

Seguramente los hoteleros, los que viven de los subsidios, los que aspiran a sirvientes de un turismo que ya hincha las pelotas, y los funcionarios que no tienen mejores ideas que prohibir al prójimo hasta las ganas de follar, lo pondrán en su lista negra. Abramos una suscripción para estar también en esa lista negra.

Resumir este libro de combate por una Barcelona inteligente y menos pacata, es un desperdicio. Hay que comprarlo, y hasta piratearlo, para regalarlo en masa, para que todos nuestros amigos sepan que no están solos en esta relación amor odio con una ciudad que Marc Caellas bautiza Carcelona. Esto sí que es una obligación cívica, y no perseguir a los que mean en la calle, o movilizar patrulleros y motos de la Guardia Urbana para multar a los skater.

¿Políticamente incorrecto? Sí, claro; y escrito como los dioses. Como los dioses, santos y santas que no están en el calendario de puentes y otras gilipolleces.

Como Sigueleyendo es un servicio público -sin funcionarios, ni públicos ni privados- acá van dos muestras gratis del pensamiento que Marc Caellas desarrolla en Carcelona. El Prueba con esto en que se publicó un adelanto del libro, y una nota del autor explicando sus razones para no ir al teatro en Barcelona.

Por favor, no se pierda en Carcelona el capítulo dedicado a los “opinadores a sueldo”, no tiene desperdicio.

RAÚL ARGEMÍ

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