lunes, 11 de octubre de 2010

la estrategia doméstica


Todo empieza con una llamada. Quiero ver "Tragedia de los comunes", digo. ¿Qué día?, preguntan. El miércoles, respondo, si es que hay sitio. Claro, no te preocupes. Anota la dirección, me dice la voz al otro lado del teléfono. Calle Valencia... Perfecto, contesto, allí estaré. Llega el miércoles y a media mañana, recibo otra llamada. Mira, eres uno de los dos impostores, me hace saber la voz. No puedes decírselo a nadie. Tu objetivo es que no te descubran. ¿Tienes una camiseta negra? Pues llévala puesta. A las 8 en la calle Valencia. Me quedo pensando todo el día en qué significa ser un impostor. A las 7.40 recibo un sms: "la otra impostora se llama cristina". Empiezo a ponerme nervioso. Llego cinco minutos antes. En la puerta, gente conocida, Rubén de Teatron, Pablo, de Sismo. Luego me entero que también están los organizadores. Subimos por la escalera y entramos en un apartamento no muy grande, coqueto. Mi amigo David ya espera en el sofá con una copa de vino. Hace unos días le dije que vendría a esto y se apuntó también. Su presencia me tranquiliza. Somos 8 personas en la sala y una computadora desde donde salen las instrucciones para jugar. Empezamos. No cuento más. Es el primer día de La Estrategia Doméstica, un nuevo festival que ha nacido en Carcelona. Quim Pujol y Sergi Faustino, los padres de la criatura, han decidido regalarnos esta estupenda idea que se ha desarrollado en diferentes domicilios particulares de la ciudad. De 8 a 15 espectadores hemos sido invitados a compartir espacio con creadores que buscan algo más que un espectáculo. El segundo día, por ejemplo, la cita es en un local en el barrio de Poble Sec. Allí unos asturianos nos hablan de fantasmas a los que les gusta el mar y de cerditos en crisis de pareja. Todo muy bizarro pero también muy familiar, casi autoreferrencial. El tercer día termino en un piso de l'Eixample viendo un documental de Mónica Muntaner. Finalmente, el sábado comparto vermut y buena música con Javi Alvárez y sus colegas. Más allá de la calidad o interés de cada una de las propuestas, lo más interesante ha sido lo que ha sucedido alrededor. Antes de empezar, con el ritual de la llamada, de la reserva, de las pistas en algunos casos. Luego el momento de extrañeza al entrar a una casa ajena. El vino, siempre presente. La tertulia posterior entre los ejecutores y el público, a menudo mezclados unos con otros, sin una distinción clara entre quién era quién. Paralelamente, se han organizado unos almuerzos caseros en La Poderosa con una posterior charla a cargo de especialistas. Todo ello en un ambiente informal, casero, cercano, con rigor pero sin pretensiones ni pedanterías. Una experiencia que me ha hecho pensar en las obras que monta Manuel Orjuela en su apartamento en Bogotá, en las zonas temporalmente autónomas de Hakim Bey, en la ONG de Nelson Garrido, etc. Estrategias similares, complicidades parecidas, actos de resistencia necesarios en estos tiempos en los que todo es demasiado previsible y aburrido.

Quim y Sergi, gracias y felicitaciones. Cierro con una reflexión de Pániker, de su Cuaderno Amarillo.

Una persona creativa actúa, no persiguiendo un objetivo, sino precisamente para averigüar cuál es el objetivo a perseguir. Así, de entrada, una persona creativa nunca sabe lo que quiere. Pero se trata de acertar. Se trata de trascender la disociación entre los medios y los fines, aproximarse, en medio del azar, a la gracia. ¿de qué manera? ¿Cuáles son las condiciones del acierto? Lo decisivo es alcanzar la cota de no-alternativa, que es el resultado de conducir las propias opciones hasta el límite. Nada de imperativos éticos, nunca creí en los imperativos éticos; se trata de llevar la libertad hasta el acorralamiento, hasta una situación de no alternativa, conciliando el valor (courage) con el desinterés...
...Digamos pues que la libertad está en el tao, dejando en libertad al instinto en un marco de desprendimiento. Entonces no necesitas deliberar; entonces aciertas. Comprendes que para tomar decisiones no es preciso dar muchas vueltas; lo indispensable es adelgazar, eliminar condicionamientos, ganar libertad. Una vez soltado el lastre, una vez alcanzado el nivel adecuado de desprendimiento, se deja que actúe el instinto y que las piezas actúen por sí mismo.

3 comentarios:

  1. "La estrategia doméstica" versión Buenos Aires incluirá una tarde de visitas a varios departamentos del Rustique.

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  2. yo creo que el Rustique da para un festival sin moverse de él.
    Se puede llamar el Rustique domestique!
    Vaya pensando en qué apartamentos lo montamos.

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  3. chupalooooooooo bien chupao

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