sábado, 1 de agosto de 2009

yoko bono

De nuevo en Carcelona. Me cuentan que estuvo por aquí Bono y que acabaron hartos de él, "thank you Pep" incluido. En un avión de regreso a ninguna parte me entretuve con la cada vez mejor 2021, esa revista literaria de bolsillo que editan, cuando les da la gana, o consiguen el dinero necesario, Campos y Parra. En la última, por ahora, Daniel Jove escribe un texto divertidísimo sobre el ínclito personaje.

1) El 10 de Mayo de 1960, en Dublín, Irlanda, nace Paul David Hewson, mejor conocido como Bono. En 1967 forma con tres de sus mejores amigos lo que se ha convertido en una de las bandas de rock más famosas del mundo: U2. De hecho, U2 es posiblemente la banda activa de rock más famosa del mundo. Bueno, quizá los Rolling Stones son igual de famosos que ellos. U2, sin embargo, no es tan famosa como los Beatles. Pero los Beatles ya no son una banda, así que al diablo con ellos. 2) En 1977 nazco yo. Yo no soy nadie, pero soy el que está escribiendo esto, así que eso es importantísimo. Al diablo con el que no quiera seguir leyendo porque no considere eso importante. 3) En 1980 U2 lanza su primer disco, Boy. En 1981 lanza su segundo disco, October. 4) En 1982 Bono se casa con Alison Stewart, y empiezan a reproducirse como sólo lo saben hacer los Irlandeses Católicos de clase media: en masa (tienen cuatro hijos). 5) En 1983 U2 lanzaWar. En 1984 lanza The Unforgetable Fire. Y en 1987 lanza The Joshua Tree. Después de The Joshua Tree la fama de U2 empieza a incrementar de una manera despampanante. Pero también, después de 1987 todo lo que era bueno de U2 desaparece. El talento: desaparece. El verdadero rock: desaparece. Las buenas letras: desaparecen. Su amor por Irlanda: desaparece. Su nota semi-underground: desaparece. Su caché de ser una banda de un país que en ese momento contaba como tercer mundo: desaparece. Es como si fuese otra banda, conformada por otra gente. Es como si se la hubiese llevado el diablo. No, no, no es “como si”, se la llevó el diablo. 6) Ah, también en 1987 yo cumplo diez años, y empiezo a tener mucha más conciencia musical. U2 me empieza a parecer una absoluta porquería que no sirve para nada sino para limpiarse el culo. Y, vaya, hay que ver que limpiarse el culo con música es dificilísimo. 7) En 1992 decido ya definitivamente que U2 es una mierda. Simplemente una mierda. Ni si quiera sirve para limpiarse el culo, porque es mierda misma. Decido que todo lo que hicieron después de The Joshua Tree es un imperiosa mierda, una mierda con sangre y parásitos. Y además decido que el culpable de esto es Bono. No sé porqué. Pero Bono me empieza a parecer un idiota de primera categoría. Empiezo a imaginarme a Bono levantándose por la mañana, mirándose al espejo, y diciéndose en voz alta: “No puedo creer que yo soy Bono”. Ese pensamiento me da grima. 8) En 1995 me gradúo del colegio, y U2 me sigue pareciendo una mierda. También Bono me sigue pareciendo un papafrita de primera categoría. 9) En algún momento de los 90 a Bono se le ocurre que siendo él el centro del universo puede salvar a todo el continente de África del infinito hoyo de tragedia en el cual siempre se ha encontrado y siempre se encontrará. A pesar de sus buenas intenciones, eso sólo hace parecer a Bono más imbécil de lo que ya es por naturaleza. Bono empieza a ser un imbécil metafísico. 10) También en el año 1995 mi hermana viaja para Francia, en donde conoce a un irlandés de quien se enamora desmedidamente. Terminan mudándose juntos dos años después. 11) En 1998 U2 lanza su disco The Best of 1980–1990. Resulta ser una estafa, porque todo el mundo sabe que después de 1987 U2 no hizo absolutamente nada que pueda llamarse “best”. 12) En el año 1999 me mudo a Nueva York para estudiar filosofía. Es quizá lo más cerca que llegaré a estar de Bono. (Bono es dueño de un apartamento en el San Remo, en el West Side de Manhattan, como a dos cuadras del Dakota, que es donde asesinaron a John Lenon). Dos meses después me voy de Nueva York porque no soporto tener que compartir una ciudad con Bono. 13) En agosto del año 2000 me voy de viaje por Europa y me enamoro perdidamente y sin remedio de una turca de ojos azules como la bondad de Dios. La turca eventualmente se regresa a su casa, en Estambul. En algún momento del viaje decido ir a visitar a la turca. Pero como no tengo visa para entrar a Turquía, la hermana de mi futuro cuñado me ofrece hospedaje en su casa en las afueras de Dublín mientras procesan mi visa. La espera dura unos quince días. Durante mi estadía en las afueras de Dublín, en lo que resulta ser una casa inmensísima de unos veinte cuartos rodeada por un terreno de proporciones reales (‘reales’ de ‘rey’, ojo), la hermana de mi futuro cuñado me cuenta la siguiente historia: En la segunda mitad de la década de los 70, cuando ella (la hermana de mi futuro cuñado) y su esposo ya tenían varios años viviendo en la casa inmensísima, se hicieron “amigos” de unos adolescentes que tenían una banda y tocaban en los bares locales. Como el terreno en el cual vivían (la hermana de mi futuro cuñado y su esposo) era de proporciones reales, y tenía no una, ni dos, sino tres casas, es decir, dos casas además de la casa inmensísima, a estos adolescentes atrevidos se les ocurrió pedirles permiso para usar la casa más pequeña que se encontraba en el terreno y que estaba bastante alejada de la casa inmensísima, para ensayar. Ellos estuvieron de acuerdo, que por qué no, alguien tiene que apoyar a la juventud talentosa y roquera de Irlanda en estos malos tiempos, y además esa casa no la usamos para nada, sí, sí, claro, ensayen todo lo que quieran. La banda no ensayó más de dos semanas en aquel lugar. El esposo de la hermana de mi futuro cuñado los botó a patadas diciéndoles que esa música que hacían ellos era espantosa, que les deparaba un futuro negro, que nunca llegarían a tocar ni en los cumpleaños de sus abuelitas, y que si no se iban ya los iba a matar. Matar con una escopeta. La banda en cuestión era U2, o una especie de proto-U2. En todo caso era una banda conformada por los cuatro integrantes actuales de U2. No tendrían más de 16 años cuando eso pasó. Después de escuchar ese cuento el esposo de la hermana de mi futuro cuñado se convierte en mi héroe. Lo empiezo a idolatrar como a un dios griego. Aún lo sigo idolatrando. Lo amo. Absolutamente, lo amo. 14) También en el año 2000 U2 lanza su décimo disco, All That You Can’t Leave Behind, disco que abre con una canción titulada ‘Beautiful Day’. Yo no me entero sino alrededor de un año después de la existencia de este disco y de esa nauseabunda canción. Durante ese tiempo ‘Beautiful Day’ se convierte en una de las canciones más famosas de U2. 15) En enero de 2003 me mudo de vuelta a Nueva York. Me aseguro de conseguir un apartamento en Brooklyn, y evito a toda costa entrar a Manhattan. No estoy dispuesto a dejar pasar de largo mi sueño de vivir en la ciudad más increíble del mundo sólo por el peligro de encontrarme a Bono. Pero aún no estoy dispuesto a vivir en la misma isla que él. Por eso me mudo a Brooklyn. 16) A partir de 2004 empiezo a montar bicicleta diariamente. Brooklyn se presta para moverse en bicicleta. Es conveniente y no cuesta nada. Descubro, sin embargo, que cada vez que salgo de mi casa, y el clima está perfecto, es decir, el día está bello, precioso, pulcro, hermosísimo, perfecto o más que perfecto, me encuentro diciendo para mis adentros: It’s a beautiful day. Y después de ese momento el día queda completamente arruinado. No puedo dejar de escuchar en mi cabeza la canción de U2, ‘Beautiful Day’. No puedo dejar de escuchar la débil batería de Clayton, ni la baratísima línea de bajo de Mullen, ni el popurrí de cagadas que sale de la guitarra de The Edge. Pero lo más espantoso de todo, lo más horrible y agobiante, tremebundo, aterrador, horrísono, terrorífico, apocalíptico, espeluznante, pero, o sea, digo horrible y espantoso como solamente lo puede ser un dolor de barriga de retortijones indescriptibles e indescifrables estando en un tráfico gravemente inmóvil y seguro de que no hay manera de salir de ese lugar, espantoso como puede ser cagarse encima ahí, en el carro, en el tráfico, y no simplemente cagar una pelotita de mierda, no, no, cagarse a chorros, a chorros de diarrea con pequeños chips de mierda, una diarrea de esas que hace que ojo del culo te arda como si te estuviesen prendiendo fuego ahí abajo, y además en el asiento de copiloto llevas a una chica que conociste ayer y de la cual ya estas enamorado, y, además, te meas encima también, porque ya que carajo. Así. Es ese el tipo de horror del cual estoy hablando. En fin, eso, lo más horroroso es la voz de Bono. Se me queda pegada en el laberinto de mi cerebro, y el resto del día queda arruinado. Y ya no es un beautiful day nada, sino es fucking horrendous, and I want to die. Odio a Bono. Pero decirlo así nunca es suficiente. Es un odio inefable. 17) En abril de 2008 escribo este texto que están leyendo. 18) Y minutos después de haberlo terminado me pongo a pensar, y me doy cuenta que sólo hay una persona que odio más que a Bono. Y esa persona es Yoko Ono. Quizá lo que en realidad odio es la letra ‘o’. No sé. Lo cierto es que odio a Yoko más que a Bono. Mark David Chapman se equivocó, no ha debido a matar a Lennon, sino a Yoko. Pero al diablo. Al diablo con todo. Este día ya se cagó todo porque al escribir esto no sólo estoy pensando en Bono, sino también en Yoko. Qué verdadera cagada de día. –– 19) Estas últimas palabras que estoy escribiendo en este preciso momento las estoy escribiendo un día después de haber escrito todo lo anterior: Acabo de escuchar la canción de Yoko llamada ‘Kiss Kiss Kiss’ (que aparece en su disco con Lennon, Double Fantasy). La escuché solamente porque una amiga que me confesó que también odia a Yoko había escuchado esta y otras canciones de ella y le pareció que no estaban nada mal. Intenté escucharla sin prejuicios, y creo que hasta cierto punto lo logré. Digo, lo logré hasta que en el minuto 1.50 de la canción empezó a ocurrir algo espantoso: Yoko empezó a gemir hasta correrse. Yoko orgasmeó. Yoko orgasmeó como en una película porno japonesa y fue instantáneamente traumático. Yo vomité. Vomité de manera inmediata. Vomité mi almuerzo, y después vomité mi desayuno, y después vomité la cena de ayer, y después vomité todos mis ácidos estomacales, y después vomité mierda, y después vomité unos aires negros, hasta que vomité una sopa de sangre con pedacitos de intestino. Ahora estoy esperando que llegue la ambulancia. Espero no morir.  
 

 Nueva York, Abril 2008

6 comentarios:

  1. Es muy divertido este cuento, lo leí en la 2021. Aunque me parece que Yoko no se lo merece...

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  2. ----Bono es un verdadero asco------

    Me encanta la historia.

    Me encanta el photoshopeo de Bono como el Papa. Bono es más papista que el Papa, que por cierto también es un asco.

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  3. La culpa de todo la tuvo Yoko Ono, cantaban los Def Con Dos hace un tiempo...

    Fdo. Paul

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  4. Jo! que texto más acorde a un triplete: 1.intenso; 2. Escatológico; 3. Gracioso

    H.

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  5. Estoy totalmente de acuerdo contigo. La verdad es de lo más simple el tan Bono es un gilipollas vulgaris y la Yoko Ono (Yocojono) una pedorra de pro. No gastes cacumen tratando de hacer definiciones, no merecen la pena.

    Marili

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  6. Texto muito muito bem escrito, guapo. Mesmo totalmente em desacordo contigo (inclusive com os tickets do show do U2 já no bolso) fui até a última linha.
    Beijinho desde São Paulo,

    Flavia

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