martes, 27 de septiembre de 2011

Carcelona propone


Mis amigas Nuria y Iolix me hicieron llegar algunas ideas para ayudar a nuestros queridos carceleros a ordenar la ciudad.
Tenemos un problema con las bicis. Tenemos turistas desorientados. Solución: el carril turista. Carcelona critica pero también propone.
Con espíritu cívico, eso siempre.

Aquí pueden probar un poco de qué va esto.

Rescato aquí un decálogo de deseos, escrito por Rafael Argullol, que comparte el espíritu de Carcelona

1. Quiero que no gane siempre el que más grita o el más gracioso. En consecuencia:

2. No quiero tertulianos

3. Quiero silencio. En consecuencia:

4. No quiero lumpenturismo ni barbarie ni estupidez

5. Quiero lentitud del goce. En consecuencia:

6. No quiero fast-food, en ninguna de sus modalidades, incluida la supuestamente espiritual

7. Quiero una ciudad librepensadora. En consecuencia:

8. No quiero una ciudad que se miente a sí misma.

9. Quiero vivir en Barcelona. En consecuencia:

10. No quiero vivir en Barcelona.

jueves, 22 de septiembre de 2011

CARCELONA, el libro



Con motivo de las fiestas penitenciarias de la Mercè, tenemos el placer de anunciar que ya está listo CARCELONA.

Sólo recalcaré que se trata de un trabajo nuevo, escrito de manera incívica para la ocasión.

Del blog se rescatan apenas un par de textos, el resto son nuevas diatribas para el regocijo de los presos de nuestra querida ciudad. Aquí se puede leer el prólogo de Pepe Ribas y las primeras páginas...

Próximamente a la venta.

"la vida es una cárcel con las puertas abiertas"

Andrés Calamaro

miércoles, 7 de septiembre de 2011

prohibido vender chapitas irónicas


Hace una semana envié la versión final de Carcelona a mi editor. Muy pronto estará en las librerías, formando parte de la colección (sic), de Melusina. En librerías como La Central, amenazadas por los carceleros por atreverse a vender unas chapitas. Unas chapitas irónicas que han irritado a los integristas de la marca Carcelona, obsesionados con la imagen que damos de nuestra impoluta y modélica ciudad. Enjoy Barcelona se llama la serie y justamente eso, que disfrutemos, es lo que no quieren los amos del calabozo. El odio al goce del otro, del que ya teorizó Lacan en los sesenta. En fin, corren malos tiempos cuando hay que recalcar lo obvio, la imperiosa necesidad de no ceder ni un ápice de nuestra libertad.

“Una sola cosa existe de cuyo deseo, ignoro el porqué, la naturaleza despoja a los hombres: la libertad, que sin embargo es un bien tan grande y grato que, una vez perdida, todos los males vienen a continuación; y hasta los bienes que quedan tras ella pierden por entero su gusto y sabor, corrompidos por la servidumbre. Tan sólo la libertad no es deseada por los hombres, no por otra razón, al parecer, que si la desearan la tendrían; como si se negaran a hacer tan bella conquista sólo porque fuera demasiado realizable”

Discurso de la servidumbre voluntaria, Etiénne de la Boétie