jueves, 24 de diciembre de 2009

You are my guest today


Me dice la azafata del Bluelounge del aeropuerto de Lisboa. Thank you, le respondo, con mi mejor cara de ciudadano de la Unión Europea. En principio, no tengo derecho a estar aquí. Necesito la tarjeta Platinum de Iberia Plus o su equivalente en otras aerolíneas. Lo sabía perfectamente cuando entré. Pero me dije: tengo seis horas de espera, llueve en Lisboa y es día 24. Mi mejor opción es intentar colarme en la Sala VIP o Lounge o cómo la quieran llamar. Y aquí estoy, frente a la computadora, escribiendo el que seguramente sea el último post del 2009. Carcelona empezó el 11 de enero. Apenas 7 días después de mi regreso del trópico. Hoy quizás termine. Tal vez, para el 2010, deba hablar ya de Barcelona. No lo sé. Espero decidirlo bajo alguna de las palmeras del parque Tayrona. Los aires del Caribe son magníficos para este tipo de desvaríos ¿Por qué se soñará tanto en la playa? Resumiendo: 2009 = Carcelona = 61 posts = x comentarios. 12 meses de adaptación al balneario europeo. Ahora toca descanso, relax, calorcito. Todos los que estáis leyendo esto habéis sido los "guests" de este blog. Los invitados especiales. Gracias por venir. Felices fiestas.

Cómo estamos en fiestas, me permito recomendar un libro que me ha regalado mi amiga Diana. Do it! Escenarios de la revolución, de Jerry Rubin. Un libro magníficamente presentado por una nueva editorial, Blackie Books. Un libro inspirador, divertido, contestatario, del que extraigo frases, proclamas, ideas... YIPPIE!

No estábamos protestando por "cuestiones" concretas; protestábamos contra la civilización occidental.
La marihuana es el teatro callejero de la mente.
Cada uno tiene la edad que quiere tener. La edad está en la cabeza.
Una sociedad que suprime la aventura hace que la supresión de tal sociedad sea la única aventura posible
Rechazamos hacer carrera, rechazamos el bote de remos de la clase media.
La izquierda reclama el pleno empleo: nosotros exigimos el pleno desempleo. El mundo nos debe el sustento!
Los yippies defendemos que si algo no es divertido no hay que hacerlo.
Una manifestación es una representación teatral -defendía Ginsberg-. El estilo, la energía y la diversión de una manifestación pueden convertirse en demostración ejemplar de cómo gestionar situaciones de ansiedad y miedo/amenaza.
Nuestra táctica es la exageración.

domingo, 20 de diciembre de 2009

CAMPEÓN DE CAMPEONES


Campeón de campeones. Lo hemos ganado todo. Todo. Se escribe rápido. Y se dice aún más rápido. Pero es mucho. Ningún club en toda la historia del futbol lo ha hecho. Posiblemente ningún otro lo hará. Es demasiado difícil. Se necesita mucho talento. Talento como el de Messi, capaz de inventarse en la prórroga de una final un tipo de gol que ya será suyo siempre: el gol de pecho, el gol con el escudo, el gol del corazón en definitiva. Se necesita mucho sentido común. Sentido común como el del joven Pedro para aparecer siempre en el lugar adecuado para marcar. Sentido común para ser el único jugador de la historia capaz de marcar en las seis competiciones. Se necesita también un poco de suerte. La suerte de los campeones. Una suerte que nosotros tenemos, las pocas veces que la requerimos, porque SOMOS LOS CAMPEONES, o sea los únicos que podemos tener esa suerte, la de los campeones. El año 2009 debería declararse oficialmente año blaugrana. Debería fijarse una fecha, quizás este 19 de diciembre sería el día apropiado: Día Mundial del Barça. Todo ganado, y todo por ganar. Porque esto no se acaba aquí, tenemos cuerda para rato. Tenemos ganas de seguir ganando así. Victorias estéticas. Victorias con lágrimas, como las de Pep Guardiola, lágrimas del esfuerzo, de la tensión, del amor intenso por un club, por una institución, por una manera de ver la vida.  Victorias con una camiseta que significa mucho más que un uniforme deportivo. Una camiseta que se empapa de las emociones de todo un país. Una camiseta campeona. Campeón de campeones.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Mientras pienso como escribir este texto


Mientras pienso como escribir este texto Mísia suena en Spotify
Mientras pienso como escribir este texto ella chatea por Gmail
Mientras pienso como escribir este texto alguien sube por el ascensor
Mientras pienso como escribir este texto se cierra la ventana
Mientras pienso como escribir este texto pruebo diferentes formatos
Mientras pienso como escribir este texto a Berlusconi le parten la cara en Milan
Mientras pienso como escribir este texto llega a Carcelona un temporal de frío siberiano
Mientras pienso como escribir este texto tú lo estás leyendo
Mientras pienso como escribir este texto pienso como escribir este texto
Mientras pienso como escribir este texto el cable se cae al suelo
Mientras pienso como escribir este texto me tomo un Macallan doce años
Mientras pienso como escribir este texto me río
Mientras pienso como escribir este texto me acuerdo de los sueños de Cristina, de Morfeo, de la cantante australiana, de la hormiga, de las cortinas, de la pelusa, del rodapié, del caminante anónimo, de los vecinos, del novio de Cristina, del teatro de la representación, del teatro de la presentación, del teatro del ritual, de lo bien que lo he pasado esta tarde en La Poderosa, de lo bien que me ha sentado el vino que he bebido antes de la función, de lo bien que se lo montan estas chicas, de lo buenas que son, de las mini-conversaciones con Roger, con Elena, con Cuqui, con Semolina, de las pequeñas imperfecciones, de las risas que se escapan, de lo buena que es Cristina, de la suerte que tiene su novio catalán de que se haya enamorado de él, de lo insólito que sólo se presenten dos días -y a escondidas casi- en Carcelona, de la buena sintonía con Cuqui, con Cristina, con este tipo de propuestas, con este tipo de propuestas divertidas, con este tipo de propuestas inteligentes, con este tipo de propuestas que saben reírse de ellas mismas, del privilegio de haber pasado esta tarde con ellas, de la idea de José Antonio de invitarlas Bogotá, de la idea de Silvana de avisarme de este Sweet December, de este diciembre frío pero dulce, muy dulce, especialmente en el Raval -¿o era Rabal?-, en La Poderosa, en uno de esos rincones que me reconcilian con esta ciudad nerviosa, con esta ciudad hechicera, con esta ciudad que es un estado de ánimo, un estado de ánimo presidido esta noche fría por una sonrisa que me domina, que me invade, que me lleva a mi atalaya contento, que me hace sentir más en Barcelona que en Carcelona.
Mientras pienso como escribir este texto.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Nuevo Talento

Hoy he ido al Macba. Me hallaba en mi apartamento leyendo el periódico, mientras mi cabeza me recordaba a cada instante el infame líquido ayer ingerido. No hay nada peor que el garrafón. Debería penarse con cadena perpetua a estos envenenadores. Lo mismo vale para los que ofrecen drogas adulteradas. Con los placeres no se juega. Así me hallaba cuando decidí dar una vuelta. Estaba por entrar en la librería La Central cuando escuché gritos que me interpelaban. Era mi amiga Iolanda y otra persona desconocida para mí. Iolanda ha publicado hace poco su primera novela: La Memòria de les Formigues. Una suerte de auto-ficción, tan en boga en estos días. Le está yendo bien con la novela, me cuenta. La han designado Nuevo Talento Fnac, me comunica. A pesar de su reticencia, ser nuevo talento le obliga a hacer una presentación del libro. Me encantaría que fueras, añade, y claro, ahí estaré, acompañando al nuevo talento. Creo que es el primer amigo/a al que nominan oficialmente nuevo talento. A Iolanda la conozco desde hace más de diez años. Ambos decidimos apuntarnos a un curso de guión de cine en el Ateneo Barcelonés. Albert Abril era el profesor. Iolanda su alumna más aplicada. Recuerdo su larga melena, su hipnótica sonrisa, su andar descuidado. Mi proverbial timidez no impidió que nos hiciéramos amigos. En esa época ella vivía en Monells, Baix Empordà. Yo hacía poco que me había mudado a un estudio en la calle Llull. You look pretty cool with this jacket, me suelta de repente Iolanda en inglés, para que lo entienda su acompañante, quien resulta ser una profesora gringa que está pasando unos días en Carcelona. No se llama Vicky. Ni Cristina. Afortunadamente. Hablamos un poco de la fiesta que hace días organizó Iolanda en su casa y nos despedimos efusivamente. Dejé a medias un guión de una película futurista. Me fui a vivir a Sao Paulo. Iolanda regresó a Barcelona. No sé qué hizo con su guión. Nos fuimos escribiendo a pesar de los océanos. Una vez aparecí por sorpresa en Monells. No estaba. Otra vez no aparecí en una fiesta de fin de año que organizó en su casa. Lo lamenté. Ella también, según me confesó años después. Otra vez la acompañé a recoger a Teo a la guardería. Ya era mamá. Me gustó comprobar que ser madre no la había cambiado. Yo continué perdiendo países y ella conquistando editoriales. Seguimos almorzando juntos al menos una vez al año, cuando yo regresaba por unos días a Carcelona. Una vez me contó una de las claves de su aparente vida feliz en pareja. Los días libres. Un día a la semana sin obligaciones familiares: ni maternales ni con la pareja. Un día para uno, sin explicaciones. Intenté compartir esta teoría con la persona con la que vivía por aquel entonces pero no lo entendió. Fue como si le estuviera diciendo que quería un día libre para acostarme con otras mujeres. Durante un tiempo mi pareja lo usó como munición en las discusiones que ocasionalmente teníamos. En uno de esos almuerzos compartidos Iolanda me anunció que le habían editado su novela. Me alegré y me sentí un poco celoso. Me ofreció mandarme el manuscrito por correo electrónico. No quise leerlo. Esperé a que se lo publicaran. Una tarde, vi el libro y lo compré. Lo he estado leyendo poco a poco, a sorbitos, de almuerzo en almuerzo. Reconozco a gente de la que ella me ha hablado. Reconozco una manera de ver la vida. Reconozco a una escritora apasionada. Iolanda hizo una tarta tatin de sus vivencias y le salió una novela. Quizás cuando aprenda a cocinar una paella me salga la mía. Mientras tanto, brindo por el nuevo talento.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Moda Carcelona


Graffitti 5 Tolerancia 0
El Cobi ahorcado
Fa pudor
Happy hour
Civisme
Fotut 2004
El Liceu es crema
Fight the power
City rights
Street Life
Hipoteka
Ajuntafems
La millor botiga del món
1984
Columna Durruti
...

Gracias al Animal Bandido por el diseño
A Corina por el regalo
A Aniara por las fotos

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Con licencia para desenchufar

Dice David Ugarte: Hace años que no se veía nada igual. Hay indignación: todos esperábamos una ley de sostenibilidad que abriera un camino nuevo -tecnológico, ecológico, industrial y social- y generara esperanza en el futuro. En su lugar el gobierno ha hecho una ley para sostener economicamente a sus últimos apoyos, la cada vez más impopular SGAE, a costa de nuestras libertades.
No sólo eso. Una "comisión de expertos" decidirá qué webs se cierran. Prescidiendo de los jueces. Vuelve la censura. Maravilloso.

En defensa de los derechos fundamentales en internet
Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…
1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

martes, 1 de diciembre de 2009

Literatura vial


Me cuenta un amigo que el otro día salvó a una abuelita del atropello inminente por un autobús. Parece ser que la señora se entretuvo leyendo estos avisos que desde hace un tiempo acompañan a los pasos de cebra. Está demostrado, la lectura es peligrosa. Sobre todo la lectura de literatura vial, un nuevo género literario que se ha inventado el Ayuntamiento de Carcelona. Para que luego digan que no se invierte en cultura. ¡Atención! ¡todos somos peatones! nos explica el autor anónimo de estas líneas, en un encomiable intento de haiku urbano. Imagino que esta campaña se ha perpetrado después de la lectura atenta de alguno de los múltiples informes encargados a dedo por nuestro querido Ayuntamiento, por los que ha pagado no sé cuantos millones de euros. Son informes de temas tan apasionantes y trascendentales para la buena marcha de la ciudad como aves barcelonesas extraviadas que aparecen en la provincia de Castellón, el consumo de agua en sedes de El Corte Inglés u homosexuales que se lo montan tan mal como el resto de los mortales a la hora de repartirse el trabajo doméstico. Yo, con la llegada del frío, prefiero leer en casa, al lado de la estufa, y en zapatillas.

"Las palabras aún son las principales herramientas de control. Las sugerencias son palabras. Las persuasiones son palabras. Las órdenes son palabras. No se ha inventado una máquina de control que funcione sin palabras, y cualquier máquina que intente controlar basada totalmente en la fuerza externa o el control físico no tardará en toparse con los límites del control"

William S. Burroughs
Los límites del control

martes, 24 de noviembre de 2009

Estaciones


Mañana se inaugura en Casa Amèrica Catalunya una extraordinaria exposición de un fotógrafo mexicano, Javier Hinojosa. Estaciones es su título y las estaciones es algo que he recuperado este 2009, después de más de un lustro sin ellas...

Dialoga con las imágenes un texto de nuestro querido Juan Villoro, amigo de infancia y compañero de fatigas del fotógrafo, del que rescato este párrafo.

"Hinojosa se resiste a celebrar la naturaleza como un retratista de calendarios. No es un cazador de fotogénicos crepúsculos ni enternecedores pajaritos. Desdeña las olas que caen para que aplaudan los bañistas y desconfía del arco iris, ese primer actor que triunfa sin necesidad de paparazzis. Tampoco se solaza en el dramático precipicio o la tormenta wagneriana. Resalta el poderío que el mundo tiene al margen de nosotros. Si acaso se incluye en ese entorno, lo hace en calidad de sombra: retrata su silueta alargada en el suelo. En su meditación del paisaje, Javier Hinojosa revela que lo más inquietante de ese sitio es que alguien haya estado ahí. Remoto, entregado a sí mismo, el territorio es perfecto. ¿Vale la pena intervenirlo? La fotografía anuncia que lo otro, lo ajeno, puede llegar ahí. En cierta forma, es la primera señal de la amenaza."
estación.
(Del lat. stati o, -ÿnis) f. Cada una de las cuatro partes o tiempos en que se divide el año. f. Tiempo, temporada. f. En los ferrocarriles y líneas de autobuses o del metropolitano, sitio donde habitualmente hacen parada los vehículos. f. Punto y oficina donde se expiden y reciben despachos de telecomunicación. f. Paraje en que se hace alto durante un viaje, correría o paseo. f. Estancia, morada, asiento. f. Partida de gente apostada. F. Astr. Detención aparente de los planetas en sus órbitas, como resultado de la combinación de los movimientos propios de los demás planetas con el de la Tierra. f. Biol. Sitio o localidad de condiciones apropiadas para que viva una especie animal o vegetal. F. Rel. Parada en el curso de una procesión. f. desus. Estado actual de una cosa.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Aires de Saus

Permiso de fin de semana. Dejo atrás Carcelona. Amanezco en una casa enorme en Saus. Hace frío dentro. Fuera hace calor. En pleno noviembre. "L"estiuet (el veranito) de Sant Martí", según los metereólogos. De veranito estamos. Desayunando en un bar que me encanta. Está frente a la desvencijada estación de Camallera. Mesas de plástico rojo, siempre con restos de comida, siempre con platos abandonados, siempre con algún cenicero lleno con los cigarrillos del cliente desconocido. Los dueños, mal vestidos pero simpáticos, cara de pocos amigos pero serviciales, desordenados pero eficientes. Bocadillo de bull negre. Café solo. Solecito y la parroquia del lugar. Estamos en el campo. Hemos tenido que ir a Camallera porque en Saus, a menos de dos kilómetros, no hay ni un bar, ni un café, ni una tienda. Hay casas restauradas y la Casa, con mayúsculas, de un tal Palmero, artista. Un paseo por Sant Martí d'Empuries, insólitamente vacío en este veranito de noviembre, y en ésas me llama mi padre. Estoy en Santander, me dice. Vuelvo el martes, sigue telegráficamente. Pásala bien. Adeu. No se imagina mi padre lo bien que la paso. En un banco del paseo de L'Escala, con el Mediterráneo a mis pies, y con el Aire Nuestro de Manuel Vilas en mis manos. Qué señor tan divertido este John Vilas. Es tremendo Guillermo Vilas. Mis carcajadas se escuchan en Cadaqués. En Casa Anita incluso. Como pienso tanto en Cadaqués me llama Carolina, a quien conocí en Cadaqués justamente. Me cuenta algo de un Latin Show y me invita a cenar a su casa, con Jordi y otros amigos. Le digo que estoy en Saus y me pregunta si me hago amigo de todo el mundo que tiene una casa en el Empordà. Le respondo que sí, por supuesto. Nos reímos. Jordi no se pone al teléfono porque está atareado con un cordero. Me despido y le adelanto, entre risas, que mencionaré en mi próximo post que su hija suspende educación física. Pensé que ya no suspendían a nadie en secundaria. Mucho menos en educación física. Yo suspendí natación varios años. Le tenía fobia a la natación. Me olvidaba la bolsa con el gorrito, el bañador y la toalla en el autobús. A propósito. Sin que mi abuela se diera cuenta. Me río pensando en mi profesor de natación, un gordito cascarrabias que se dormía en las clases. Me río también con Manuela Vilas en L'Escala. Me troncho con Aire Nuestro. Con Vilas People, con todos los Vilas habidos y por haber. Podría escoger muchos fragmentos hilarantes pero me quedo con éste, con un profesor de Getafe cualquiera, que aparece en una de las notas a pie de página.

"Hay que señalar que Rodríguez Zapatero es profesor de inglés en el Instituto de Enseñanza Secundaria Antonio Machado en Getafe. Cobra 1936 euros al mes, con diecisiete años de antigüedad o de servicio: es decir, cinco trienios y dos sexenios. Lógicamente, no enseña inglés. De vez en cuando les dice a sus alumnos de 2º de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO): "Hey Babies, I'm Zapatero" y se echa a llorar. Sus alumnos le quieren en español. A una chica le dijo "I love you" y todos le aplaudieron, y luego Zapatero invitó a sus alumnos a un chocolate con churros en el recreo, mientras él -a escondidas, muy a escondidas- se bebía un whisky doble solo. Porque bebe: drinking, dice él. Getafe entero sabe que bebe, sabe que drinking. Pero explícame, qué se puede hacer en Getafe sino drinking. Zapatero dice en sus clases de inglés de 2º de la ESO que España es un país bukovskiano, pero en la sombra. A la luz del día es un país multinacionalista. Pero, claro, qué crédito le vas a conceder a un tipo que drinking..."

domingo, 8 de noviembre de 2009

El carril vicio


Qué lejos queda aquel año 92. El año de los Juegos Olímpicos. El año de las Rondas. El año en que se suicidó Urtain. El año en que se jodió Carcelona, ahora lo sabemos. En aquel año Freddie Mercury cantaba con Montserrat Caballé Barcelonaaaaaa. Y uno se ponía de los nervios con los gritos de él, y los alaridos de ella. Claro que mucho peor era el Barcelona tiene poder de Los Manolos. Barcelona es poderosa, Barcelona tiene poder. Lorai-loro, lorai-loro. Seguro que hubo más canciones dedicadas a Carcelona. Algún grupo sueco de colonias en Ibiza. O unos japoneses enamorados de la línea Gaudí. O un cantautor italiano borracho por la Barceloneta... Han pasado 17 años y las cosas han cambiado. The times are changing. Carcelona está de bajón. De resaca. De after decadente. Todo el mundo se mofa de ella. Con lo bien que se está aquí. Con lo genial que es el bicing. Con lo simpáticos que son los guiris. Un grupo alemán, de un tal Mickie Crause (de los Crause de toda la vida) ha publicado un tema que proclama: ¡vámonos de putas por Barcelona! Con una low-cost, por supuesto. Transcribo un párrafo, cortesía de La Vanguardia, periódico serio donde los haya y especialista en la actualidad del ayer.

Ole' wir Fahrn in Puff Nach Barcelona, o sea "vamonos al puticlub de Barcelona")

Vamos al puticlub de Barcelona, ole ole ole ole,

Lesbianas, lesbianas y un poco de maricones, (…)

Follamos aquí, follamos allí, (…)

Desnudas y todas al lavabo de los hombres, (…)

Sé lo que les gusta a las mujeres españolas,

El puticlub de Barcelona nos pone en forma (…)"

Al mismo tiempo, leo en El Mundo Today, ese audaz periódico que te cuenta la actualidad del mañana, que nuestro insigne alcalde ha tenido una nueva idea: el carril vici, de vicio claro. Un carril para ordenar el incesante tráfico de prostitutas (adjunto foto explicativa).

Para acabar una cita del maestro que le escuché a Marc Recha...

"Decía Josep Pla que la sociedad excesivamente higienizada se extingue porque no crea mecanismos de autodefensa. Es un gran error regularlo todo, vallarlo todo. Entonces, el agua se estanca y se pudre. Si no se dejan espacios libres donde la gente pueda pensar, opinar, decidir y criticar, ¿hacia dónde vamos? No podemos acabar viviendo todos en hoteles. Eso es ir hacia la extinción."

martes, 3 de noviembre de 2009

Vila-Matas vs Quintero

Los escritores venezolanos se están aficionando a visitar Carcelona. Si hace unos días Barrera Tyszka paseaba tranquilamente por la calle Enric Granados -hasta que un mendigo se le acercó y le espetó un enigmático "tú serás el próximo"-, ahora se rumorea que el escritor venezolano más japonés, el gran Ednodio Quintero, camina estos días a la deriva por la Travessera del Mal. Se dice que Ednodio se prepara para el combate dialéctico que le enfrentará a Enrique Vila-Matas vagando sin rumbo por las estrechas calles del barrio de Gràcia. El ring está preparado, escondido en un entresuelo de la calle Córcega, en los dominios de Casa Amèrica Catalunya. La cita, el miércoles, a las 7.30 p.m. Para calentar motores Enrique publicó el pasado domingo un artículo con sabor a pisca andina, relatando su encuentro con el hombre que expulsó a Zidane. Un encuentro que sucedió en Mérida, en los Andes venezolanos, y que tuvo sus quince minutos de fama en la blogosfera literaria latinoamericana. Un encuentro literario presidido por el mismo Ednodio en el que anunció que se pasaba a la fotografía. En apenas 3 días de mesas redondas, presentaciones de libros y culebrones intelectuales, Ednodio hizo más de 2.000 fotos para que no quedaran dudas de su determinación. A la espera de su primera exposición, sus admiradores nos conformamos con sus relatos, agrupados ahora en una excelente edición de la editorial Candaya, que se presentan mañana en Carcelona.

"El bar, a esa hora, lucía desierto. Los escasos clientes que se inclinaban sobre la mesa de billar y el cantinero atrincherado detrás del mostrador, aparecían bajo mi mirada vidriosa como parte de un decorado artificioso y chillón. La soledad me acosaba por los cuatro costados, y amenazaba con estrechar el cerco hasta dejarme reducido a un espacio ínfimo, semejante a esos círculos de luz que en la tarima de algunos teatros señalan la presencia de un actor. Hienas al acecho, pensé. Probé mi cervza, que se había entibiado, y me supo a orines rancios de yegua. ¡Salud! Ahora sí, me dije, levántate y anda. Me levanté y avancé en línea recta, braceando en la oscuridad."


De Mariana y los Comanches

domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Dónde van los personajes cuando la novela se acaba?

Una buena pregunta debe evitar a toda costa una respuesta, se contesta a sí misma Dora García en una de sus obras. Quizás se van a una galería de arte. Los personajes, digo. Quizás se van a la galería PROJECTESD. Quizás van a esa galería porque exhiben la exposición MEN I LOVE, de Dora García. Hacen como yo. Tocan el timbre y entran. Atraviesan el portal, tocan otro timbre y entran. Ahí mismo, en los bajos del Passatge Mercader expone Dora sus conceptos. Lo primero que veo es una mesa blanca, tipo Ikea, con un montón de libros negros que en su portada exclaman: robe este libro. Escojo el que está menos alineado y leo Si tiene este libro en sus manos, probablemente se encuentra en una exposición, en una sala dedicada a la artista Dora García. De acuerdo. No lejos de usted se encuentra una cartela en la que se indica que este libro, o más bien una cierta cantidad de ejemplares del mismo, constituyen la obra expuesta. No es así, replico. Lo que indica la cartela es POR FAVOR, NO RETIRE NINGÚN LIBRO. Sigo leyendo. No lejos de usted, igualmente, debe encontrarse un vigilante de sala, que de vez en cuando le lanza una mirada observando sus idas y venidas. Mentira. No hay ningún vigilante en la sala. Si ha abierto este libro y está leyendo estas líneas, sin duda también ha mirado a ese vigilante de sala, esperando descifrar en su rostro bien aprobación bien censura. Repito. No hay ningún vigilante en la sala. Sospecho, sin embargo, de la colocación de cámaras. Miro con disimulo a ambos lados. Estoy solo en la sala. Si continúa leyendo ahora, no sabrá si la ausencia de un gesto significa la indiferencia total, el consentimiento tácito, o si, en este mismo momento, el vigilante se dirige hacia usted para aclararle definitivamente que no puede tocar esta obra. Nada de eso sucede porque, como ya he explicado, no hay ningún vigilante en la sala. Quizás por eso me siento tenso, incómodo, inquieto. Sería preferible, desde luego, continuar con la lectura de esta introducción en otro lugar, es su casa por ejemplo, o en un café; en un ambiente y en una posición más adecuadas a la lectura. Totalmente cierto, sería preferible. Pero sigo aquí, de pie, leyendo este misterioso artefacto. No me cabe duda de que usted ya debe de haber reflexionado sobre lo penoso que es leer de pie y más en una exposición, y este libro, evidentemente, ha sido hecho para ser leído, no tiene otra cosa que texto. Es muy penoso, ciertamente, como tantas las cosas en la vida. ¿Entonces? Vamos, coja este libro, métaselo en su bolsillo, en su bolso, y váyase. Si se atreve. Me atrevo, claro que me atrevo. Cojo el libro, miro a la puerta por si las moscas, y lo meto en mi bolsa marrón. Si no lo hace ahora mismo, va a lamentarlo después; le hará falta regresar de nuevo a este lugar, quizás tendrá que comprar una nueva entrada, y pudiera ser que haya otro vigilante de sala con una actitud más agresiva que el presente. Ya lo he hecho. De una. Me siento bien. Soy un delincuente conceptual. Minimalista, pero delincuente al fin y al cabo. Cuando esta exposición acabe serán raras las ocasiones en que vuelva a encontrarse con este libro en una situación similar. Solo podrá encontrarlo en la librería Section7books en París, sede de la editorial Paraguay Press que ha publicado este libro, y tal vez deberá pagar un precio respetable para adquirir este mismo libro. No pienso ir a París este año. Ni siquiera a Paraguay. Consuélese pensando en que sería un modo honesto de retribuir el trabajo de los autores y respaldar editoriales independientes. A las editoriales independientes ya las retribuyo bastante a menudo, pienso y abandono el lugar dando por terminada esta conversación ficticia con un libro que ya está en una estantería del barco a donde me mudé esta semana, un barco anclado en pleno Eixample, en las alturas de Carcelona.

Es importante la banda sonora...

http://www.youtube.com/watch?v=tTV8PmLu4tc

Por primera vez sentía el miedo de verdad

Y aún entonces ya sabía que no me abandonaría

Y soñé con una multitud siguiéndome

que me gritaba el tiempo no se puede detener

miércoles, 28 de octubre de 2009

La sucursal del cielo


Ha estado unos días por Carcelona el escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka. Ha presentado un libro de cuentos, Crímenes, que me ha reconciliado con este género, el del cuento, tan difícil. Te voy a echar un cuento, te dice un amigo en Caracas cuando quiere contarte algo. Los libros de cuentos no se venden, ha dicho Herralde esta mañana. ¿Cuándo fue la última vez que compraste un libro de cuentos?, le ha preguntado a Alberto. El problema, según parece, es que el lector que invierte su afectividad en un libro, quiere que dure al menos 200 páginas. Un libro de cuentos es un permanente coitus interruptus, ha comentado un periodista. Crímenes es una excepción a esta supuesta regla. Los cuentos de Barrera se enlazan unos con otros. Una atmosfera caraqueña sobrevuela las páginas. Los finales abiertos sostienen este hilo invisible que las atraviesa. Y es que Alberto es bueno echando cuentos. A pesar de su terror a los adjetivos. A pesar de su intoxicación telenovelera. A pesar del hartazgo antichavista.

Hablando de crímenes, este jueves se inaugura Fotopress09, en el Caixa Forum. Vale la penar ir. Mi amiga Lurdes Basolí presenta su serie "la sucursal del cielo", un estremecedor trabajo realizado en Caracas durante el último año y medio. Si Barrera opta por explorar los efectos de la violencia en la vida cotidiana de la cada vez más indefensa ciudadanía caraqueña, Basolí arriesga el pellejo -y la salud- sumergiéndose en lo lugares donde suceden estos crímenes, explorando entre las ruinas, indagando en el vacío, compartiendo el dolor que provoca esta violencia inexplicable. Como en la imagen que ilustra este texto, en donde los diferentes NO tatuados en las paredes, restos de algún absurdo proceso electoral, nos interpelan. Esos NO son un grito de súplica, un aullido a medianoche, una queja infinita. No más muertes inútiles. No. No. No.

Como escribe Gerardo Zavarce en el texto que acompaña la serie,
"La verdadera tragedia es no tener tragedia. Caracas es una ciudad que no sabe qué hacer con sus muertos, quizás porque nadie está vivo.
"Los ladridos traquetean como descargas de armas automáticas: ¡pa, pa, pa, pa! ¿Quién dijo miedo? Son sólo fotografías, imágenes, representaciones. En cambio, la realidad siempre es más terrible, trágica, terrible, desesperanzadora, contundente. Todo queda claro, no hay cielo que valga, cuando los ángeles portan "hierros de alto calibre" y sus cañones resuenan como flautas.
Al final todo queda en silencio, quieto, como lo afirma el poeta Rafael Cadenas: "...Matamos porque estamos muertos".
Nadie está a salvo, nadie queda inmune, todos somos víctimas y victimarios de una guerra sin bautismo, tal como lo señalan las imágenes de Basolí: "Vivimos una guerra que aún no tiene nombre".

domingo, 25 de octubre de 2009

Portbou es un sementerio

¿Quién es Bou? Me pregunta Nyla Bocado en el Talgo que nos lleva a Portbou. No se lo digo porque suena un móvil. Todo el vagón se entera de los problemas de Berta. ¿Por qué la gente grita cuando habla por teléfono? Miro el paisaje. Se transforma lentamente, al ritmo cansino que impone el Talgo. Nuevamente en una frontera. Otro límite. Otro punto especial del mapa: Portbou. En este pequeño pueblo costero unos piratas amigos de Nyla han decidido izar su bandera negra este fin de semana de septiembre. Portbou, festival Surpas. Cultura libre y popular. Es salir del tren, atravesar la estación, descender por unas frondosas escaleras y sentirnos libres. Y populares también. Nuestros amigos piratas han llegado en su velero de juguete y el propio alcalde los ha ido a recibir. Los finlandeses también han tomado Portbou. Algunos para tocar mientras otros vemos Nanook el Esquimal. Grande Nanook. De mayor quiero ser como Nanook, quiero que me muerdan la suela de la bota, quiero que me susurren Uk Uk Uk antes de dormir. Hambriento nos sumamos a la fideuá libre y popular en el edificio de la Aduana, o sea lo que no hace tanto era la aduana de la que no hace tanto era la frontera entre España y Francia, ahora técnicamente diluida en esa comunidad de vecinos llamada Europa. Se está bien en Portbou. Se siente cierta liviandad. Les ha sentado bien soltar lastre, perder protagonismo. Portbou es ahora simplemente un pueblo más de la Costa Brava. El primer pueblo. El último pueblo. Depende de como se mire. Un privilegio de Portbou. Caminamos hacia el puerto y nos cruzamos con el latin-lover, un personaje escapado de una fotonovela venezolana que, guitarra al ristre, ha llegado en auto-stop desde Berlin. Nos cuenta que lo de la guitarra se lo aconsejó un amigo. Para lo del auto-stop. Con guitarra te paran más. El mito del músico ambulante. Como los finlandeses que tocan en la noche. Vienen con todo, o sea con una mezcla de peculiares instrumentos entre los que destaca una cuerda vertical que, del techo al suelo, se convierte en la medida del trance finlandés. Si se tensa mucho la cuerda acaban a golpes, si se afloja un poco, a besos. No hay punto medio para estos piratas del norte a los que la ligera tramuntana de estos días los ha acabado de poner a punto. Nyla Bocado cumple años y nos abrazamos al pino que atraviesa el balcón de nuestra habitación escuchando un Mediterráneo calmado. Dormimos y creo que soñamos con Benjamin. En Portbou todos sueñan con Benjamin. Todo Portbou sostiene la memoria del bueno de Walter. Visita obligada al cementerio. Buscando la tumba del maestro. Nos sentamos en un banco para impregnarnos de la atmosfera, de ese lugar del que Hanna Arendt dijo que era uno de los lugares más extraordinarios y bellos que había visto en su vida. Exageró un poco, sí, pero el lugar es bello, tiene alma. Tanta belleza excita a la siempre voraz Nyla, que en un rápido movimiento se sienta en mis rodillas y me desabrocha el pantalón. Con los pantalones en las rodillas, cruzo mi mirada con una rubia que ha entrado sigilosamente en el ahora sementerio. Nyla me abraza sin moverse. Un instante después aparece el acompañante de la rubia, que retrocede como pidiendo perdón, como si hubiera entrado en la habitación equivocada, como si aquel banco, ya se sabe, estuviera puesto ahí, frente a la tumba de Benjamin, para eso. Sexo y muerte. Al rato salimos del sementerio. Bajamos las escaleras del memorial. Unas escaleras hacia el mar. Unas escaleras sucias. No sé si a Benjamin le hubiera gustado este memorial. Lo que sí le habría gustado, si le hubieran dejado, es tomar un baño en alguna de las calas de Portbou. No me he bañado en una agua tan clara en la vida. Ni siquiera en el Caribe. Desnudos, libres, populares. Seguimos viendo finlandeses por todas partes. Y parejas haciendo el amor en lugares poco habituales. Esta vez es en la plataforma situada a menos de cincuenta metros de la playa. Un tal Pedro y su novia se refriegan, coreados por media docena de incondicionales que les observan desde el chiringuito. Los surpasados los llaman. ¿Qué haremos el lunes, cuando se hayan ido los del festival? se pregunta desconsolado el dueño de un bar. En otro, unos argentinos discuten con unos lugareños. Buena mezcla la de Portbou. Deberíamos convertirla en un puerto pirata. En la sede del partido pirata. Ojo, con los piratas. En Suecia ya son 250.000.

Todo esto ocurrió hace unos meses. Lo recuerdo así. No fue exactamente así pero así es como lo recuerdo. Recuerdo también haber leído un libro de César Aira. Habla sobre los recuerdos, justamente.

"Dijo que se entretenía con los recuerdos. Tirado en la cama mirando el techo, dejaba girar "la ruleta" de la memoria, y donde cayera "la bola" ahí revivía un momento o época de su vida. Lo cual, agregó, podía ser bueno o malo. Por lo general era malo, lo que es coherente con la metáfora porque en la ruleta son muchos más los números perdedores que los ganadores. Pero aún así valía la pena por el placer inmenso que obtenía de los escasos recuerdos felices, cuando el azar quería que salieran. ¡Qué deleite entonces, qué goce, cuánta dicha!”

"lo curioso es que no pensar en alguien o algo, borrarlo, desaparecerlo, no significa olvidarlo. Es como si el olvido exigiera un trabajo especial, de tipo positivo, no negativo como el mero negarse a pensar en un tema. Y creo que yo puedo decir que no olvido nada"

lunes, 19 de octubre de 2009

Prohibido ser feliz (ni una hora)


El departamento de prohibiciones de Carcelona no descansa. Es una institución de formación poco clara, una especie de servicios secretos de la moral, que sirve tanto al Ayuntamiento como a la Iglesia o a la misma Generalitat de Catalunya. ¿Qué vamos a prohibir hoy? se preguntan cada mañana los misteriosos integrantes de este colectivo. La semana pasada decidieron ir a por la felicidad. Prohibido ser feliz. Ni siquiera una hora. La hora feliz. La happy-hour. Hasta nuevo aviso, queda terminantemente prohibida. Motivos los hay de sobra. Nunca faltan argumentos para prohibir. Aunque las verdaderas razones no salen a la luz. Quizás es debido a lo que dijo Boris Vian.

“son los hombres a los que atraen secretamente diversas tentaciones, quienes se afanan en preservar de ellas a los demás; en realidad, con el pretexto de proteger a los otros, se protegen a ellos mismos porque, en su fuero interno, temen su propia debilidad”

Para contrarrestar a los débiles de espíritu, esta semana intentaremos ser felices en Casa Amèrica Catalunya. Mañana miércoles con el concierto de Lucrecia, una joven pereirana afincada en Carcelona. Gratuito y con copa de vino -antes de que lo prohiban- a modo de cierre de las jornadas de La Diáspora. El viernes buscaremos la happy-hour con los escritores argentinos Matías Néspolo y Antonio Tello, quienes hablarán sobre Haroldo Conti y sobre Antonio Di Benedetto, autor de la magistral ZAMA y de esta también estupenda autobiografía...

"He leído y he escrito. Más leo que escribo, como es natural; leo mejor que escribo.
He viajado. Preferiría que mis libros viajen más que yo. He trabajado, trabajo.
Carezco de bienes materiales (excepto la vivienda que tendré).
Una vez, por algo que escribí, gané un premio, y después otro y después…
hasta 10 de literatura, uno de periodismo
y uno de argumentos de cine. Una vez tuve una beca que me dio el Gobierno de Francia,
y pude estudiar algo en París.
Un tiempo quise ser abogado y no me quedé en querer serlo, estudié mucho, aunque nunca lo suficiente.
Después quise ser periodista. Conseguí ser periodista. Persevero.
Un tiempo anduve de corresponsal extranjero (por ejemplo, revolución de Bolivia, la que llevó al poder a René Barrientos).
Yo quería escribir para el cine. Pero en general no soy más que un espectador de cine, y también periodista de cine. Una vez fui al Festival de Berlín, y otra al de Cannes, y otra a Hollywood el día de los Oscars, y otra…
Bueno, en el Festival de Mar del Plata una vez me pusieron en el Jurado Internacional de la Crítica.
Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires.
Nací el Día de los Muertos del año 22.Música, para mí, la de Bach y la de Beethoven. Y el "cante jondo".
Bailar no sé, nadar no sé, beber sí se. Auto no tengo.
Prefiero la noche. Prefiero el silencio".

La cara de estupefacta que acompaña el texto es de Sue Ellen, legendaria protagonista de Dallas y referente etílico donde los haya.

martes, 13 de octubre de 2009

La Campana


¿Tienes que ir a la campana? Uf, pide un día de fiesta en el trabajo, me dice un amigo. Las colas son horribles, te pasas la mañana ahí, de ventanilla en ventanilla, me advierte otro. Tómatelo con soda, me suelta un venezolano que lleva años por acá. Ir a La Campana, como se conoce a la Dirección General de Tráfico de Carcelona, parece, a priori, una odisea. Un proceso kafkiano. Una tragedia post-poética. Un empache de burocracia. Pues miren, no se lo crean. No es así. Otra leyenda urbana. Sí que es verdad que llegar a la puerta de ese edificio sin alma -a pesar de la capa de barniz que le han echado últimamente- no es fácil. Metro hasta a Plaza España y ahí cambio a los Ferrocarriles de la Generalitat. Pero no al tramo pijo que sube a Sarrià y Vallvidrera sino al otro, al que se detiene en lugares tan misteriosos como Gornal, Almeda o La Beguda. A ver, por veinticinco pesetas, personajes famosos de Almeda. Tic tac tic tac tic tac. Ni uno sale. No conozco a nadie que haya estado en La Beguda. Ni siquiera en sueños. Gornal me suena a quitamanchas. Pino o limón. En fin, el caso es que bajo en Magòria-La Campana, cruzo la Gran Via y justo cuando voy a atravesar la puerta de este templo del papeleo me encuentro a la novia del hermano de mi amigo Abel. Junto con otros amigos, los 4 hemos pasado un entrañable fin de semana en un pueblo perdido del pre-prinireo aragonés. Sin wi-fi ni móvil ni HBO. Con setas, almendras y somontano. De lujo. ¿Qué haces aquí? me pregunta. Le cuento sobre mis gestiones y me dice que la fotocopia del vendedor debe ser compulsada. Qué raro, pienso, cuando llamé para informarme nadie me dio este dato. Me despido de Silvia y entro decidido. Casi la mitad de la gente con la que me cruzo lleva un casco bajo el brazo. La otra mitad se mueve inquieta. Agarro un número. El 459 por ejemplo. Hay una fila enorme para impresos y aclaraciones. En la caja del piso 2, sin embargo, todo fluye a buen ritmo. No pasan ni diez minutos y ya es mi turno. 50 euros, trámite listo. Ahora vaya al piso primero, ventanilla 14, me ordena una señora de gafas muy seria. Oiga, disculpe, ¿de verdad hace falta una fotocopia compulsada del DNI del vendedor? Depende de quien le toque, me contesta impertérrita. Mientras bajo las escaleras me doy cuenta que los funcionarios de La Campana son como los árbitros de fútbol. Todo queda a su buen criterio. Hay unas normas, como que tocarla con la mano en el área es penalty, que la fotocopia ha de ser compulsada, pero todo queda al buen juicio del trencilla, o del funcionario, si el contacto ha sido o no voluntario, si la fotocopia es válida o no. Pura arbitrariedad. Pura subjetividad. Puro cuento en definitiva. En la ventanilla 14 me dan el número C637. El marcador indica que van por el C620. Al loro, que no estamos tan mal. No pasa ni un cuarto de hora y ya me atiende una cejijunta funcionaria que recibe todos mis papeles -fotocopia no compulsada incluida- y me los devuelve al instante. Aquí tiene su nuevo permiso de circulación, concluye. Hemos cambiado el formato pero es lo mismo. Lo recojo todo rápidamente y salgo a la calle. Miro el reloj. No ha pasado ni una hora desde que salí de casa. ¡Qué maravilla La Campana! ¡Qué eficiencia! España va bien.

Ahora que vuelvo a poseer un coche, de tercera mano, pero un coche al fin y al cabo, un Peugeot, me acuerdo de este homenaje que le hizo Manuel Vilas al Audi 100, ese coche que en los ochenta era un símbolo de ascenso social. Mi padre tuvo un Audi 100.
AUDI 100
Manuel Vilas se compró un Audi de tercera mano, un Audi 100,
y lo ponía a doscientos por la autopista de Barcelona,
y luego tenía que pagar el peaje y eso que no iba a ningún sitio.
Se quedaba mirando el Audi en las tardes de domingo,
en mitad de un descampado, en mitad del desierto.
El gran desierto que cerca la ciudad de Zaragoza,
estéril y ácido como una bocanada de uranio enriquecido.
Miraba las ruedas y las golpeaba con sus botas en punta,
y pensaba que estaban durísimas, llenas de aire embrutecido,
y es que acababa de estar en una gasolinera que se llamaba "El Cid",
y las había hinchado, ese silbido poderoso de las válvulas,
y miraba el dibujo de las ruedas, laberíntico y abstracto como las rayas
de la mano, y se miró la mano, rugosa piel enaltecida
en mitad de la nada, y se había cambiado
el viejo radiocasete del Audi por un compacdisc Pioneer,
con seis altavoces, 800 euros en el Carrefour ,
y puso a Lou Reed en el compac, y bien, muy bien,
Street Hassle puso, y bien, bien, muy bien, dijo de nuevo,
esto era todo, el Audi 100, la vida ennegrecida, las cercanías de un pueblo
llamado Bujaraloz, la autopista de Barcelona, los infinitos camiones,
un toro de Osborne cerca de Pina, el domingo, agrio y crucificado,
y Lou Reed sonando en ninguna parte, en el desierto celestial,
los 800 euros convertidos en el grito más hermoso de la tierra,
y ningún ángel del cielo descendiendo, y Manuel Vilas
--siervo de la nada, fumando, estéril, razonando, gimiendo--,
silbaba bajo el sol inclemente, difuso, el sol borracho,
y les daba patadas a las ruedas y las ruedas
le devolvían el impulso, y eso era gracioso,
y pensó en la guantera, y abrió la guantera y miró la documentación,
y leyó su nombre, y abrió el maletero, y le pareció que allí había
un montón de sitio para guardar cosas, y eso de repente le hizo completamente feliz.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Embarazadas


Desayuno con mi amiga Nuria en La Farga. Zumo de naranja natural, bikini y café solo para mí. Bikini y café con leche para ella. 18,25 euros. Para que luego digan que no es cara Carcelona. Precios de Noruega, sueldos de Portugal. A Nuria le parece muy cool quedar para desayunar. Algo que haría Carrie Bradshaw, la de Sexo en New York. Nuria tiene una retirada a Carrie. No es tanto parecido físico, que también, como cierta elegancia natural mezclada con un adquirido pijerío. Luce su segundo embarazo con estilo. No le gusta la ropa de embarazada así que viste con ropa de marca, varias tallas más grandes. Como es más bien pequeña, no tiene problema. Así se presenta esta mañana, arreglada pero informal. Me cuenta que no esperaba este embarazo pero que bienvenido sea. Habla maravillas de su primer hijo. Como todas las mamás, claro. También de su marido australiano. El hombre de su vida, afirma. El mestizaje, ya se sabe, mejora la especie. Como intuyo que no soporta los típicos manuales de embarazo, "las 1000 preguntas y respuestas del embarazo" por ejemplo, le regalo 9 lunas, de Gabriela Wiener, una suerte de anti-manual. El título se refiere a un subgénero del porno. Tenemos el sexo entre lesbianas, tenemos el gang-bang y tenemos también el porno con embarazadas. De todo hay en la viña del señor, nos decían en los Maristas, el colegio al que Nuria llegó en mi último año, en COU, justo antes de la Universidad. Con un año tuvo bastante para entender "la mala educación" y a sus hijos les evitará el estigma marista. Seguro que se lo agradecen. Compré 9 lunas unos días antes de verla y, morboso que es uno, comencé a leerlo. No pude evitar subrayar algunos párrafos antes de entregárselo. Una vez en su casa, Nuria ha subrayado otras frases y me las ha mandado por mail. Un partido de ida y vuelta que nos ha permitido constatar una certeza que nos recordó Vicente Luis Mora: somos lo que subrayamos.

Algunos de mis subrayados

"Correrse fuera es como retirarte en el pico de tu carrera, como escribir un libro de cuentos magistral y desaparecer, como suicidarte a los treinta años"
"Para Shopenhauer, las mujeres son la trampa de la especie para continuar la cadena de dolor. Según él, en toda joven atractiva hay una madre agazapada."

Algunos de los subrayados de Nuria

“Llega un momento en la vida en que una debe reconocer que ya no será capaz de escribir la autobiografía sexual de una Lolita”
“Dicen que las náuseas son una respuesta al agujero negro emocional que supone saber que serás madre”
“Qué bueno sería que el arrepentimiento y la culpa y el dolor se pudieran succionar y echar en un cubo”

Algunos de los subrayados de ambos

“Sólo se puede amar verdaderamente a una madre si antes se la ha odiado”
“El vínculo madre e hija evoluciona del cordón umbilical al cable telefónico casi sin ninguna variación”

Acompaña este texto una extraordinaria imagen de la fotógafa venezolana Carolina Muñoz que durante un tiempo colgó de la pared de mi apartamento de los Palos Grandes, en Caracas.

domingo, 4 de octubre de 2009

Teatro I y II


TEATRO
 
Soñé que estaba en un teatro
y no me sabía el papel
 
la gente esperaba de mí alguna cosa
 
gestos o palabras
 
pero yo no me sabía el papel
 
y no conseguía darme cuenta
por qué era tan importante
 
si la obra había empezado mucho antes
mucho antes de que yo llegara.

Empiezo la semana con un sueño parecido a este poema de Cristina Peri Rossi. Un remake de sueño. Una versión extraña en la que yo entro al teatro Poliorama y me encuentro a Tim Robbins en el vestíbulo hablando con una mujer casi tan alta como él. Yo le miro. Él me mira. Queremos decirnos algo pero no lo hacemos. Mejor así. Es peligroso hablar. El Gran Hermano nos vigila. A nosotros, a Winston Smith y a todos los que nos hemos reunido aquí, en esta sala de las Ramblas, en el centro de Carcelona, en el interior de un edificio desde el cuál, hace más de setenta años, George Orwell predijo lo que nos venía encima. 3 de cada 4 catalanes están a favor de la vídeo-vigilancia. 27 millones de trabajadores en el mundo son vigilados a través del e-mail. Estadísticas, datos, hechos. Da miedo la indiferencia con la cuál nos convertimos en nuestros propios carceleros. Sin noticias de la Sarandon. 

TEATRO II
 
En otro sueño entro al teatro
por la puerta de atrás
de modo que no veo el escenario
 
todas las butacas están hacia delante
pero la mía está mirando hacia atrás
 
no escucho lo que dicen los actores
ni consigo ver lo que pasa
 
Por eso es que no me gusta ir al teatro
 
Otro poema de la Peligrosi. Otro sueño recurrente. Otra pesadilla teatral. MacBeth. En Salt, al lado de Girona, en plena Fira del Cistell, con todas las ventanas del casco antiguo llenas de cestas, con todas las calles llenas de colores. Salt es uno de los pueblos de España con más inmigrantes. Hasta 75 nacionalidades se reúnen en esta pequeña población. Dentro del teatro, sin embargo, veo poca variedad cromática. Tengo una entrada en la fila cinco pero en realidad la fila cinco es la primera. Culpa de las brujas. De entre la bruma escocesa aparecen unos jóvenes altos y fuertes que avanzan amenazadores hacia nosotros. Asustado escucho el oráculo de las brujas: serás rey, serás feliz a partir de marzo, te destronará alguien no nacido de mujer. Ahí Shakespeare hace trampa. No nacido de mujer acaba siendo nacido por cesárea. Un pequeño truco. Te perdonamos William. A la de las cartas también la perdono. Pero la parte que me divierte más es el famoso texto sobre el alcohol. En este montaje del gran Declan Donellan, este texto lo suelta la portera del infierno. Nada más apropiado para este sábado resacoso. Ya se sabe... "el alcohol estimula el deseo (sexual) pero frustra el rendimiento"

domingo, 27 de septiembre de 2009

torero torero torero


He tenido que cumplir 35 años para ir a la plaza. Tenía que ser ahora cuando, dicen, ya soy lo suficientemente maduro. Mi amigo Abel lo entiende así y me regala la entrada. Llegamos una hora antes para tomar el pulso al ambiente. 20 desquiciados, rodeados de policías, nos gritan asesinos asesinos mientras enarbolan pancartas en inglés. Why? I don't know. El bar Breton lleno hasta la bandera. Cubatas a 4 euros y una fauna variopinta: revendedores decadentes trapicheando, señoritos andaluces conquistando a bellas damiselas, guiris mareados de sangría y señores con traje-corbata-pañuelo preparándose para el ritual. Y es que hoy torea José Tomás. Y nosotros estamos aquí para verlo. Un par de gin-tonics, dos pacharanes y arreando. Un antitaurino se ha pintado todo de rojo: la cara, la camiseta, los pantalones. Un espontáneo le grita: ¡dúchate! Estoy por dejarle unas monedas, como si fuera una estatua de las Ramblas, pero me contengo. Libertad de expresión, faltaría más. Aunque sospecho que a estos los paga el también el Ayuntamiento, para justificar los intentos de prohibir uno de los pocos espacios liberados que nos quedan en Carcelona. Quizás deberían leer el manifiesto por la libertad que ha escrito el poeta Pere Gimferrer. Los accesos a la Monumental son pocos y se forma tremendo atasco en la puerta. Llegamos a nuestra localidad minutos antes de que empiece el espectáculo. Nuestros vecinos, expertos aficionados, se quejan de los que llegan tarde. En el teatro no se permite la entrada una vez comenzada la función. ¿Por qué aquí sí, se preguntan indignados? El primer torero es Julio Aparicio y pronto compruebo que no goza de la estima del respetable. Abucheos, murmullos y mutis al final. Discreto. Posteriormente me entero que la Monumental es una de las plazas más duras para un torero. El público es muy crítico, tanto que obliga al presidente a cambiar el segundo toro. Me uno a la pañolada general. No recordaba una así desde los peores tiempos de Van Gaal en el Barça. Entra un nuevo toro y ahí sí empieza el espectáculo. José Tomás, el Messi del toreo, da una lección. Se me pone la piel de gallina con el primer silencio en la plaza. Pego un brinco con cada finta del torero. Escucho los latidos del toro. Mírame! le grita el torero poco antes de clavarle la espada. Ovación de gala. El toro se desploma. 518 kilos en el suelo. Sin considerarme especialmente sensible al dolor de los animales, admito que me impresiona la muerte del toro. La estocada final y el modo como los caballos lo arrastran al matadero dejando un reguero de sangre en la arena. Ufff. Más pañuelos. Toda la plaza saca el pañuelo. Pañolada total. Resultado: dos orejas para José Tomás. ¿Qué hacen los toreros con las orejas? ¿Las disecan? ¿las ponen en formol? ¿Se las comen? Nadie me aclara esta inquietud. Vuelta al ruedo del torero. El público en pie. Le lanzan flores, ¡le lanzan un libro! Me encantaría saber de qué autor. Una joven entusiasta le lanza un pañuelo. José Tomás lo recoge y se lo devuelve. Recibe a cambio un par de besos. ¡Te queremos José Tomás! Alguien se desmaya. Dos señoras abandonan la plaza. A continuación turno de Morante. No es tan bueno como José Tomás pero ofrece una buena faena. Se gana una oreja pero se fractura la falange y no puede torear el segundo. Aprendo que quien reparte las orejas es el presidente. Es un señor con un bigote nada irónico. Parece un comisario de policía franquista. Está sentado apoyado en una bandera española cuyos colores casi no se distinguen. La han llevado demasiado a la lavandería. Curiosamente, son los Mossos d'Esquadra, la policía catalana, los que se encargan de custodiarlo. Mientras tanto, en la plaza, entra el cuarto toro (quinto si contamos al indultado). Aparicio lo hace fatal. Yo no tengo ni idea de toros pero me doy cuenta que no sirve este Aparicio. El público lo abuchea inclemente. El aficionado experto sentencia: nunca hubo en la historia un hijo de torero bueno. El toro muerto es aplaudido mientras lo retiran. Quinto toro. Vuelve José Tomás. Despierta el respetable. Olé, olé y olé. Aplausos. En pie. Falla con el primer intento con la espada. Se precipitó. Nadie es perfecto. Ni siquiera José Tomás. Para compensarlo nos regala una serie de manoletinas que nos ponen nuevamente en pie. Tiempo de sacar el pañuelo. Dos orejas más. Sale por la puerta grande con la bandera catalana. Bravo. Bravísimo. Una experiencia única. ¡Viva la fiesta coño!

MANIFIESTO POR LA LIBERTAD, Pere Gimferrer

«Queremos, con ocasión de esta Fira de la Mercé que reunirá a decenas de miles de personas en el histórico coso de Barcelona, hacer un llamamiento a todos los ciudadanos de Catalunya. No sólo a los aficionados, sino a todos sin excepción: taurinos, antitaurinos e indiferentes ante la fiesta de los toros. Queremos recordar a todos los catalanes que con la prohibición de la fiesta de los toros lo que podría ser prohibido es una parte de libertad, es un espacio de libertad lo que todos perderíamos. Cada vez que la libertad de alguien se ve negada o limitada, la libertad de todos pierde peso, se debilita, se empequeñece. Queremos recordarlo ante todo a nuestros representantes parlamentarios que han de tomar la decisión: no sólo es la realidad cultural, festiva, tradicional, económica y social de los toros lo que está en juego: es la propia libertad».

martes, 22 de septiembre de 2009

El mito Bolaño

Llego a la oficina. Enciendo el ordenador. Reviso los nuevos correos electrónicos. Borro el spam. Regreso a la bandeja de entrada. Otro mensaje de Facebook. Roberto Bolaño te ha agregado como amigo(a) en Facebook. Me friego los ojos. Aún no he tomado el café. Sigo leyendo.

Hola, Marc:
Roberto Bolaño te ha agregado a sus amigos en Facebook. Tienes que confirmar que conoces a Roberto para que podáis ser amigos en Facebook.
Gracias,
El equipo de Facebook

¿Qué hago? ¿Confirmo que lo conozco? ¿Dejo que revise mi lista de amigos? ¿Estará enfadado por lo de los críticos? ¿Por qué quiere ser mi amigo? Bolaño, la KSB lo afirma en una de sus crónicas barbitúricas, es el monarca del reino de los muertos. Debe ser por eso que mantiene una cuenta en Facebook desde el más allá. Creo que voy a decirle que sí, que no hace falta que me lo pida, que soy su amigo, que no necesitamos el facebook para ser amigos, que me puede llamar también, o mandar un mail. Lo que tú quieras Roberto. Confirmado. Podemos ser amigos.

You are now friends of Roberto Bolaño

¡Tengo 21 amigos en común con Bolaño! Margarita Posada es su amigo. No me había dicho nada, la muy perra. Ahora entiendo su transformación en Norton. Bolaño la ayudó. Sólo tiene una foto de perfil. Le voy a mandar una que le tomó Lisbeth Salas para que cambie su perfil. Renovarse o morir. Tiene 403 amigos Bolaño. No está mal para alguien que se la pasa escribiendo. En su muro veo que contesta todos los comentarios. Barbara Pavlova le dice hola. Roberto Bolaño responde hola. Alba Elena Tirado escribe te quiero. Roberto Bolaño escribe lo sé. Es un cachondo Bolaño. Incluso en el más allá. Siempre lo fue. Se ríe de todos. Seguro que también se ríe del “mito Bolaño”. Para mitos, me interesa mucho más el mito de la mujer caribeña. A Bolaño seguro que también. Es un hombre frágil Bolaño. Como yo. Como la mayoría. Como los que le gustan a la escritora peruana Patricia da Souza.

"Siempre me han conmovido los hombres frágiles. Quiero decir, aquellos que nunca se sienten bien en su rol masculino, y se hunden en la melancolía, aquellos que tienen un aire de indefensión que desarma, y que suelen ser leales. Los pessoanianos, diría yo, los que se quedan atrapados en el dilema de acción-inacción. Creo poseer cualidades para saber dónde se encuentran, porque su vulnerabilidad me estimula sexualmente, como si a través de ellos yo encontrase intacta una parte que también poseo y que he tratado de disfrazar de fortaleza."

martes, 15 de septiembre de 2009

A los catalanes les matará la estética

Parece ser que una de las nuevas tareas de Telma -la hermana de la princesa, no la compañera de Louise-, en su flamante nuevo cargo en el Ayuntamiento de Carcelona será el de valorar si es conveniente cambiar el nombre de la calle Alegre de Dalt por el de Little Caracas, Caracas menuda en catalán. Gracias a Tienda Derecha y a su poder de convocatoria, una calle famosa, hasta ahora, por ser la sede del KGB (Kiosco General de Barcelona) y la sala Beckett, se está convirtiendo en el lugar de encuentro de los cada vez más numerosos caraqueños residentes en Carcelona. El trabajo público de Telma Ortiz podría empezar así con una medida populista muy propia de este Ayuntamiento desorientado que padecemos.Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Pilar Rahola. Como escribe en La Vanguardia, hemos celebrado otra Diada inútil.

Otra Diada inútil. Otro debate estéril. Otro juego de artificios, con las banderas danzando por encima del sentido común. Nuestro gusto por pelearnos a golpe de soufflé rima con nuestra tendencia irrefrenable al vacío estético. Mientras vivimos una crisis social profunda, anclada en un agujero negro económico, un naufragio de valores cívicos y una falta preocupante de autoridad, nosotros a lo nuestro, que lo nuestro es montar el circo de la cuestión nacional. Y uso la expresión en su término justo: montar el circo. Sobre la cuestión Catalunya-España, no estamos ante un debate político de calado, ni ante una serena reflexión colectiva, aquello del adónde vamos, qué queremos ser de mayores, etcétera, sino ante la recurrente pelea de payasos con pastel incluido. El último sainete tiene todo los elementos del rifirrafe grandilocuente y vacuo, cuya utilidad para el bien común es perfectamente descriptible. Por un lado, está el Ayuntamiento de Arenys de Munt, cuya falta de problemas sociales en el municipio lo ha animado a dedicar su tiempo a hacer referendos de autodeterminación. Por supuesto, no servirá para nada, no cambiará nada y, gracias a la justicia tuerta que tenemos, ni tan sólo será. Y así, felizmente, habremos dedicado una ingente energía a gastar palabras, retóricas, micrófonos, y dinero público, para conseguir no hacer algo que tampoco servía para nada. ¡Este país es fantástico! Ysi este lado del espectro hace buena la idea de Ortega de los catalanes y su gusto irrefrenable por la estética, el otro lado no se queda corto en lanzar rebuznos, cuando le ponen el trapo cuatribarrado. Véanlo. Un ayuntamiento dice que quiere preguntar algo que no servirá de nada, pero tiene su puntito simbólico, y España tiembla cual si hubiera perdido la guerra de Cuba. Ministros con verbos airados, falangistas surgidos de sus agujeros amenazando a las gentes de Arenys, políticos de distinto pelaje aprovechando el Pisuerga para hacer la meadita, y hasta un fiscal del Estado que tiene su pasado facha. Y todos peleándose por un soufflé que, cuando se deshinche, no quedará ni en los anales de la hoja parroquial del municipio. Pero todos felices, porque unos y otros, a ambos extremos de la tontería, se atraen cual imanes. ¿Será más soberana Catalunya, con todo este ruido?; ¿estará más cerca de gobernarse mejor?; ¿tendrá un proyecto colectivo más definido? Para nada, pero dará igual. Durante un ratito, unos habrán jugado a ser Roger de Flor, y los otros a ser Rodrigo Díaz de Vivar, ambos enfrascados en una ardua, feroz y estúpida pelea de moños. Más contentos, pues, y algo más tontos. Mientras tanto, celebraremos un año más la Diada, sin saber ni hacia dónde vamos, ni qué sociedad tenemos. Lo cual importa poco. Al fin y al cabo, el circo se monta para distraer al personal, no para resolver problemas.

Como estoy cansado de la actitud de mártir y no me gusta celebrar derrotas, que es lo que se celebra el 11 de septiembre en Catalunya realmente, y como además no tenía ganas de pasar el domingo en Arenys de Munt (un pueblo donde de pequeño solía ir con mis padres a comprar alguna torta dominguera en una pastelería muy buena que imagino debe seguir ahí) he preferido ir a Madrid y celebrar una victoria, la del Barça, que sigue ganando y haciendo más por la imagen de Catalunya que todos esos políticos de puño en alto o de traje nuevo del emperador. He comprobado que por Madrid circulan menos guiris, el personal está de mejor humor -con la excepción de los camareros- y e incluso en épocas de crisis te ponen una tapa con cada caña.

Regreso a Carcelona y veo que, por fin, el Ayuntamiento ha tenido una buena idea. No sé si lo habrá sugerido Telma o si la reciente expo sobre Cobi que se ha llevado a cabo en Duduá, http://duduadudua.blogspot.com/2009/07/expo-homenaje-cobi.html lo ha provocado pero el caso es que Barcelona sustituirá las prostitutas por muñecos del Cobi

Tras el escándalo provocado por el reportaje de investigación del tabloide El País, en el que se documentaba la práctica de la prostitución en las calles del Raval de Barcelona, el Ayuntamiento de la ciudad condal ha decidido reaccionar. Aunque la prostitución es, según el alcalde Jordi Hereu, “una lacra cuya existencia desconocíamos todos antes de leer el artículo y que no se puede erradicar”, el objetivo de las autoridades es “acabar con el aspecto sórdido del sexo en las calles, darle una vuelta a la situación y convertir lo que ahora es una vergüenza en un escaparate hacia Europa y hacia el mundo entero”.
Se ha decidido elegir la mascota de los Juegos Olímpicos de 1992, diseñada por Javier Mariscal, para que sea la imagen del sexo callejero catalán. “Como en la ceremonia de los Juegos, que todos recordamos con cariño, la idea es que el cliente vaya bajando por las Ramblas y escuche ‘Hola! Hola!’ y, como en un desfile de color y simpatía, aparezcan muñecos del Cobi con los que podrá intercambiar afecto”, explica Hereu.
La mayor parte de los barceloneses desconocía la existencia de mujeres que venden su cuerpo en las calles. “A mí esto me suena a algo como de los egipcios, no sé. Pensar que en una ciudad moderna hay gente que no hace el amor con su mujer sino con personas con las que ni siquiera ha cenado nunca, es raro” explica Antoni Jordà, habitante del Raval que “a veces oía gemidos pero pensaba que era la tele”. Jordà, como muchos otros ciudadanos, aplaude la sustitución de las prostitutas por la figura de Cobi “porque es una manera de recordar el dinamismo que llegó a tener la ciudad y de convertir el sexo sucio en un deporte de competición”.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Del Guaire al Cagalell


UN PICNIC EN EL GUAIRE

Hace unos meses se inauguró un nuevo espacio expositivo, el Hub de Barcelona, con la exposición “Turismo: territorios de ficción”, un acercamiento poliédrico al fenómeno turístico del que Barcelona es uno de sus mayores exponentes. Por aquella época fue portada en La Vanguardia la insólita decisión del Patronato de Turismo de Girona de utilizar una foto de las Seychelles para su campaña de promoción de la Costa Brava y otra de las montañas de Canadá para el Pirineo gerundense. No sería de extrañar que Barcelona fuera pionera en crear el primer folleto turístico con el aviso -en letra pequeña y escondido en una esquina- cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La realidad es que Barcelona es una para sus turistas y otra para sus residentes, quienes a menudo la sienten Carcelona.
Turísticamente, Caracas es la antítesis de Barcelona. Cuando Barcelona vivía de espaldas al mar, Caracas aún era conocida como la sucursal del cielo. Ahora que Barcelona colapsa por exceso de guiris, Caracas ni siquiera sueña con un bus turistic. Caracas asume su barranco de ciudad poco amigable con el visitante ocasional, desconcertado ante una urbe que sólo se salva por arriba, con el majestuoso Ávila, o por abajo, con ese Caribe embriagador. Por la calle del medio tiene al Guaire, un río que se resiste a ser cloaca como los aristócratas se resisten a perder sus privilegios feudales. Mientras Barcelona apenas recuerda que vive entre el Besós y el Llobregat, Caracas tiene en el Guaire una cicatriz que no se olvida ni con el rojo-rojito ni con el whisky dieciocho años. El Guaire sigue ahí, aunque no lo hayan invitado, reclamando su porción de cariño en esa autoproclamada revolución bonita, que se atraganta de ética y descuida la estética. La antítesis de Barcelona, nuevamente.
Amada Granado sabe que la espiritualidad, en Venezuela, está en la naturaleza. Sabe que un pueblo que ensucia su espíritu es un pueblo enfermo. Sabe también que en su país se ha perdido el valor del compromiso. Vamos a limpiar el Guaire, reza la propaganda gubernamental y Amada va y se destaca ahí y lo limpia. Lo limpia con poesía, lo limpia con un toque de humor y con cierta liviandad en la mirada, como pedía el fotógrafo argentino Marcos López, uno de los referentes de la joven creadora, en su célebre Manifiesto de Caracas. Amada pone en imágenes los sueños para su ciudad, su ideal de felicidad para una tarde después del trabajo: un picnic en el Guaire. Un lugar a donde llevar a sus amigos, ya sean de Rumania, de Dinamarca o del barrio de Gràcia. Un espacio para disfrutar de los cielos caraqueños a esa hora en la que el sol se esconde entre las cumbres. Amada ha encontrado en la fotografia la mejor manera de compartir buenos momentos. Sus territorios de ficción quizás no sean turísticos pero son verdaderos porque, como decía Machado, la verdad también se inventa. Los afectos, las afinidades electivas, las utopías compartidas son las que estimulan este proyecto fotográfico que apenas inicia su recorrido. No harán falta fotografías de agencia para ilustrarlo.

domingo, 30 de agosto de 2009

Demasiado corazón


Leo en La Vanguardia que treinta mil cardiólogos han decidido reunirse en Carcelona esta semana. Creen que es el mejor lugar para analizar los últimos avances en medicina cardiovascular. Piensan que la ciudad ofrece un inmejorable campo de prácticas para ver in situ los efectos sobre el corazón de tanto turista desbocado. Los cardiólogos, llegados de todas partes del mundo, se desplazan por el metro, por Montjuich, por las Ramblas con su pertinente acreditación colgada al cuello. Ellos no son guiris, proclaman silenciosos con su atuendo. Algunos de ellos ha sido visto por las Ramblas a altas horas de la madrugada -y no precisamente celebrando una nueva victoria del Barça-. Han ido en misión de trabajo, por supuesto, y no en busca de sexo rápido y barato como los que salen retratados hoy en la portada de El País encima del titular Sexo de pago en plena calle junto al mercado de La Boqueria de Barcelona
Demasiado corazón, cantaba Willy de Ville, hace unos años. Demasiado corazón.

Ninguno de los cardiólogos, sin embargo, lee "Ya sólo habla de amor", de Ray Loriga. Y quizás deberían. Mejor incluso, tendrían que invitar al bueno de Ray al congreso. Para que les leyera fragmentos de esta novela sorprendentemente desgarradora y valiente en la que se leen frases como éstas.

"Ahora prefería con mucho estar mejor que ser igual. Esto se lo escuchó decir una vez a un viejo comunista: aquel que se preocupa por los problemas de los demás, o no tiene problemas propios o ha decidido ignorarlos. Sebastián ya no se hacía ilusiones con el tamaño de su corazón, era endiabladamente pequeño y no tenía sentido seguir negándolo. El sufrimiento ajeno le provocaba mucha ternura y muy poca desdicha, y el sufrimiento propio le producía exactamente el efecto contrario."
"Tampoco le había dado nadie derecho para indagar en su pasado, ni tenía nada que descubrir que no supiera ya. O tal vez sí, per en cualquier caso era un viaje endemoniado que no estaba dispuesto a hacer. No puede uno viajar libremente en el tiempo y regresar a su pasado que también es el de los demás implicados y sacar cuentas a su manera, como si los otros y la percepción que los otros tienen de los más íntimos detalles comunes no existieran. ¿Qué pensaría su mujer, su verdadera mujer, sin ir más lejos, si a él se le ocurriera recordar y ordenar y suprimir y al fin y al cabo inventar el territorio de sus desgracias y alegrías comunes? ¿Con qué pies manchados con Dios sabe qué barro de ahora entrar en la que fue entonces su casa? Cómo mirarla ahora, a su ex mujer, a los ojos, aunque fuera en sus recuerdos, para tratar de descifrar el desastre que les separó definitivamente. Ni hablar, allí no podía volver como si fuera inocente, o cómo el estúpido fantasma de las Navidades pasadas. No podía ir tan lejos, porque tan lejos ya no existía, no desde luego visto desde aquí. Bendito Colón, y bendito Walt Whitman, que los dos supieron en el momento adecuado que siempre es más fácil seguir que volver. Se dio cuenta, y le costó mucho hacerlo, de que si volviese por un segundo a su pasado real, a su pasado compartido, no estrictamente suyo en ningún caso, no sería más que un intruso. Y no quería ser un intruso en su propia vida, ni tampoco un juez, ni un detective desesperado, no quería inventarse un crimen que no había sucedido sujetando un pelo teñido de sangre encontrado en la moqueta."

miércoles, 26 de agosto de 2009

Paraísos perdidos: la Catalunya Nord


Cuando me pidieron moderar una mesa sobre los cincuenta años de la revolución cubana en la Universitat Catalana de Verano, lo primero que pensé fue: qué bien, voy a conocer por fin la Catalunya Nord, ese territorio mítico más allá de los Pirineos, esa parte de Catalunya arrebatada por los imperialistas gabachos, el bastión catalán en el país más centralista de Europa. Como ofrecían alojamiento y comida, en un lugar muy bonito afirmaban orgullosos, y podía ir acompañado, pensé que no tenía más remedio que interrumpir mi retiro veraniego por unos días y plantarme en la entrañable vila de Prades, Prada de Conflent para nosotros. Para no dejarme llevar por la emoción y permitir un análisis sosegado y objetivo le pedí a una amiga extracomunitaria (terminología FIFA) que me acompañara, para que su escepticismo territorial, consecuencia inevitable de su mestizaje checo-sefardita-venezolano me iluminara en la delicada misión de establecer el grado de catalanismo existente en la Catalunya Nord. Admito que me sorprendió sentir un leve cosquilleo interior al divisar a mi izquierda, desde el coche, la imponente cumbre del Canigó -mi acompañante me preguntó en ese momento por qué razón en el colegio de su hijo les dicen que es la montaña más alta de Catalunya y yo no supe responderle-, desde cuya cumbre, poca broma, se reparte el fuego sagrado que enciende las hogueras en la noche de San Juan. Una vez en Prades, constaté lo difícil que resultaba encontrar la susodicha universidad de verano. No había un sólo cartel indicativo y tras muchas vueltas -en las que comprobamos que en Prades poco o nada interesa el tema catalán- llegamos a un edificio semi-abandonado más propio de la Bucarest de los ochenta que de la prestigiosa universidad que nos "vende" la televisión catalana cada verano. Acabamos alojados en la entrañable Molitg des Bains, una aldea situada a unos diez kilómetros montaña arriba en la que encontramos, dando un paseo al caer la tarde, con gran regocijo, un cartel clavado en una puerta en el que leímos "Aquí viu un català". Ahí sí me quedé más tranquilo. Al menos queda uno. Más tarde, cenando en L'Estaca, el único bar del pueblo, nos enteramos de que para los lugareños el catalán es algo así como una variante sureña del francés, como si dijéramos el andaluz o el extremeño, y que sirven la crema catalana sin quemar el azúcar, toda una provocación. Estuvimos a punto de dejar el bar cuando divisamos, en la pared, este poster que reproduzco, de una bebida desconocida para nosotros: Alter-Cola, o sea cola lliure, cola catalana. Con esta pequeña alegría, nos retiramos a nuestra habitación del hostal Le Catalan, en la que por supuesto, nadie habla ni escribe el catalán. Al día siguiente fue el gran día. Se inauguró la Universitat Catalana d'Estiu. En algún lugar del programa alguien escribió esta frase de Einstein: "la vida es como ir en bicicleta, para mantener el equilibrio debes ir moviéndote". Debajo indicaba, Albert Einstein, científico y europeo por antonomasia. Me gusta esto de ser europeo por antonomasia. Los chicos que se encargaban de la organización también son europeos, no sé si por antonomasia, e intentaban hablar un catalán que, efectivamente, les salía bastante afrancesado. Tan preocupados iban con la lengua que descuidaron la organización y la mesa sobre los cincuenta años de la revolución, a la que desgraciadamente no invitamos al "bueno" de Juanes, empezó con casi media hora de retraso. Presentó la sesión el rector, ataviado para la ocasión con una camiseta roja del Che, por las dudas, dando paso a continuación a una intensa discusión sobre los pros y contras de una revolución que para algunos ya es Patrimonio de la Humanidad, como las pirámides de Egipto o como Michael Jackson. Afortunadamente la sangre no llegó al río y terminamos la sesión puntualmente, ahora sí, a tiempo de dar un paseo por la cercana vila de Eus, desde la que nos despedimos de estas tierras que alguna vez, quizás, formaron parte del mítico país catalán.
Para detalles históricos y actuales, les dejo este muy recomendable artículo de Félix de Azúa que expresa sensaciones parecidas con otras palabras.
PROVECHOSOS MOVIMIENTOS VERANIEGOS
por Félix de Azúa

De las proximidades de Torroella, pueblo del Empordà notorio por su festival internacional de música, a la aduana francesa hay poco menos de una hora, y la primera población con un cierto empaque es Perpinyà. Conviene atravesar la frontera de cuando en cuando para hacer comparaciones, que son odiosas, sí, pero no por ello menos instructivas.En la agitada historia de Francia, tan vapuleada como España por la guerra incivil (aunque, eso sí, lo olvidan mejor), las zonas del sur siempre anduvieron un tanto despendoladas. Luis XIV les puso la brida a los feudales y la estatua ecuestre que adorna el candoroso parque de Montpellier es prueba de que, en algún momento, se les ordenó que formaran parte de un país más grande y quizás menos reaccionario que su minúscula región. Se plegaron.
Así nació el primer Estado moderno y así se pudo ver a Francia como la nación más poderosa del mundo en el siglo XVIII. El Estado moderno obligaba a suprimir las madrigueras feudales y la guerra de la Fronda puso en claro con qué ferocidad los poderes regionales iban a defender sus privilegios con el apoyo (¡siempre lo mismo!) de la Iglesia católica. Una historia que, como es lógico, en Catalunya se cuenta al revés. Todavía hoy el sur de Francia es una región de escasa vida industrial, con servicios menos vigorosos que los del norte y una población que tiende a votar a Le Pen. De ahí que su recurso sea el turismo, en el que trabaja con toda su energía, que es considerable.Muchos de estos rasgos nos son familiares a quienes vivimos en Catalunya Sur, capital Barcelona. Lo tremendo es que, a pesar del tan alabado crecimiento económico español, de la admirable transición política, de la cantidad de jabón que se dan nuestros gobernantes, lo cierto es que una ciudad como Perpinyà, que viene a ser la Algeciras de Francia, le da mil vueltas a ciudades mucho mayores y más blasonadas de Catalunya (sur). Y no doy nombres porque luego los gañanes del lugar te buscan para romperte una bandera en el cráneo.
Esto es desconsolador. ¡Con la cantidad de dinero que les estamos dando a esta gente de Perpinyà y alrededores! Por si no lo saben, les pagamos colegios, cátedras, universidades, radios, y un corresponsal de TV-3 que ofrece fascinantes noticias sobre Ceret. Todo para recordarles a los de Catalunya Norte que son catalanes, un asunto que en general olvidan casi todos los catalanes hasta que llega el Gobierno de Montilla para recordárselo. Es muy desesperante porque en dos días de moverme por la ciudad no pillé a nadie, pero es que nadie, que hablara catalán o que tuviera un porte que no fuera rotundamente gabacho. Quizá en el campo haya más entusiasmo.Veamos. El dinero que pagamos se ve por las calles, eso sí. Está todo lleno de banderas catalanas, los letreros de la oficialidad vienen en francés y catalán, por el centro hay oficinas de la Generalitat del sur, la emisora nacional nuestra está justo delante del río y parece que alguien la oye, quiere decirse que la vida administrativa refleja un buen fluido de dinero (¿cuánto?, nadie lo sabe) que les cae a estos franceses como agua de mayo.
Ahí se acaba el asunto. Circulan unos autobuses que ya los querríamos en Barcelona, hay zonas peatonales con bares y restaurantes al aire libre, servidos por auténticos profesionales, dos librerías que no encontrarás en ninguna capital catalana (del sur) excepto, claro, en Barcelona. Todo está limpio, no hay estruendo ni jarana, los comerciantes son educados, los grandes almacenes no venden saldos, hay varios locales recomendados por guías gastronómicas, en fin, que aquello es indudablemente Francia. Me preguntaba yo, mientras caminaba por la modesta y sin embargo confortable ciudad francesa, cuántos de aquellos nacionalistas (del norte) que negocian con nuestros Montillas y Carods y tratan de despertar un patriotismo que a los franceses les importa una higa, se cambiarían, no ya por catalanes (del sur), sino por españoles. Yo creo que ni uno. Ni siquiera los dirigentes del partido nacionalista catalán que se presenta a las elecciones en Perpinyà. Una cosa es pillar dinero como se pueda y otra cambiar el sistema de transportes, correos, la sanidad, la policía, los diarios y televisiones o la educación francesas por sus correspondientes entes catalanes (del sur) o españoles.
Entre lo más agradable de este salto me atrapó una exposición de Hyacinthe Rigaud, pintor al que no se le presta atención cuando se pasea por el Louvre, aunque fue el mejor retratista de la época de Luis XIV y Luis XV. La exposición era soberbia. Rigaud retrataba como un cretino a quien lo era (hay un diputado tocando la gaita que es pura actualidad), pero rozaba a Rembrandt cuando retrataba a quienes tenía respeto, como los jansenistas de Port Royal, gente sobria. Había un detalle, sin embargo, que me desoló. La exposición celebraba la anexión de la Catalu-nya Norte a la corona de Francia en 1659, año de nacimiento de Rigaud. ¿Cómo lo ha permitido Montilla? ¡Una exposición que celebra en Perpinyà su anexión a Francia! ¡Con nuestro dinero! Esto es tristísimo. También yo lo lamenté profundamente. Sobre todo porque, por el mismo Tratado de los Pirineos, la corona francesa renunció a Barcelona. Y eso sí que es algo que no le perdonaré nunca.