jueves, 28 de mayo de 2009

semana champions


De todos los textos que he leído hoy me quedo con éste, que explica bastantes de las claves del éxito.
Campionssssssssssssssssssssssssssssssss!
Más que un club, una marca de equipo
por José Sámano
Con siete titulares acunados en la fábrica de la Masía y tres en el banquillo, para el Barça hoy es siempre todavía. En Roma no sólo glorificó una de las mayores aventuras de la historia del fútbol, sino que lo hizo con estilo, porque el Barça, este Barça que despegó hace dos décadas, es ya una marca. Como lo son chicos como Xavi, Iniesta y Messi, por citar a los tres guardianes más reconocibles de este sello. Ése es el valor de este club, que ahora sí que es más que un club, es una patente. Y tras ellos llega la generación Muniesa, más carrete.
No es casual que haya cerrado la mejor temporada de sus 109 años de vida con un presidente en off, sin estridencias políticas a su alrededor y todo el protagonismo en el campo, con el mejor eslabón posible con su vivero, con un guía que destila tanto barcelonismo como pasión, alguien capaz de aceptar una beca en el barro de la Tercera. Pep Guardiola ha sido, es, la correa de transmisión que engancha al Barça con lo mejor de sí mismo, con sus raíces, con aquellas que un día sembró el propio técnico cuando un profeta holandés le hizo doctorarse al frente de un equipo de ensueño. Guardiola, parte troncal del cruyffismo, asumió el reto pese a tanto escéptico a su alrededor, aquellos incapaces de comprender aún que el fútbol le pertenece a gente como a este ex alumno de la Masía que jugaba como un entrenador y entrena como un jugador, que sabe, entonces y ahora, que el fútbol es de los futbolistas. Lo demás le resulta irrelevante.
Sobre la figura de Guardiola, un meritorio riesgo asumido por Joan Laporta en plena ventilación del ronaldiñismo, el equipo culminó anoche una vuelta olímpica que, gracias a la onda expansiva de su estilo, comenzó en realidad en Viena. En Roma había muchos rastros de aquella selección, tantos como en el aroma azulgrana que distinguió a aquella roja. Hoy hay un cruce de caminos entre el fútbol español y este Barça omnipresente en el podio. Por eso será para siempre un equipo inolvidable. Tiene las bases sentadas como para que dure la resaca. Eso es lo que supone ganar con estilo y mientras se perpetúe la marca hasta sabrá perder con estilo, pero nunca despojado de su etiqueta. Bajo este sideral triplete hay mucho calado, algo que trasciende al mero éxito deportivo. Esta vez el medio es tan impactante como el fin logrado, impensable hasta para un devoto de los grandes sueños como su mesiánico técnico, la gran bandera culé. Cuando el barcelonismo rebobine comprobará que de sus tres Copas de Europa han sido depositarios Johan Cruyff, Frank Rijkaard y Pep Guardiola, jugadores los tres de equipos de museo: el Ajax de los 70, el Milan de Sacchi y el Barcelona de ensueño del mágico 1992. Todos ellos equipos de autor, como la actual sinfónica azulgrana. La primera Copa que llegó a Canaletas llevó el apellido del dream team, la segunda quiso asociarse a Ronaldinho, último reducto de un club históricamente menos coral, más bien sometido al avispero de su megaestrella de turno. La de ayer es sólo del Barça, la marca predominante en el universo. Ferrari, los Lakers, el Barça... Un año angelical que comenzó con Busquets y concluyó con Pedrito. Si nadie tira la cerilla este club ya no estará sometido a vaivenes electorales, terremotos asamblearios o mociones de censura. Ni siquiera estará bajo el yugo de las leyes del mercado. Este Barça se ha hecho a sí mismo, sus torres estaban en La Masía, la cuna del fútbol actual.

sábado, 16 de mayo de 2009

semana terapéutica


Ahora que por fin he decidido empezar una terapia, tras años de recibir recomendaciones en ese sentido, bueno es recuperar este texto que escribí para el número 3 de Ladosis.

In Treatment
Gente que necesita terapia

Durante muchos años, con mi amigo Abel, mantuvimos una tradición. Una vez al año nos reuníamos, en su casa o en la mía, y veíamos una copia en VHS, doblada al español, de “Muerte entre las flores” (Miller’s Crossing en el original), la película de los Coen protagonizada por Gabriel Byrne. Era nuestro particular homenaje a un personaje, Tom, que decidimos era el que nos hubiera gustado interpretar si nos dieran a escoger uno en toda la historia del cine. Han pasado los años. Distancias oceánicas cambiaron nuestras costumbres, encontré por fin un “original de copia” en dvd con los buhoneros de la Universidad Central de Venezuela y Gabriel Byrne nunca consiguió un papel a la altura de Tom. Hasta que se cruzó con Rodrigo García. Sí, el hijo de García Márquez, pero sobre todo el hombre que ha colaborado en casi todas las grandes series de los últimos años: Six Feet Under, Los Soprano... El actor irlandés es ahora Paul, el psicoterapeuta de “in Treatment”, una de las últimas joyas de HBO. El formato es novedoso. Son capítulos de apenas media hora que corresponden, los cuatro primeros (lunes a jueves) con sendos pacientes, mientras el viernes es el propio Paul el que busca consuelo en su colega Gina, interpretada por la doblemente escarizada, en sendas películas de Woody Allen –antes de que se pasara al publi-reportaje-, Dianne Wiest. A la semana siguiente, se repite la estructura. El espectador que lo vea de esta forma puede seguir la terapia de cada paciente en un ficticio tiempo real. Imaginen la angustia de vivir una semana con la inquietud de saber si Laura le habrá dicho que sí a la propuesta de matrimonio de su novio. O la duda sobre si Alex habrá decidido regresar a Irak o no. O la sospecha de que la joven Sophie se ha acostado con su entrenador. Ya en Los Soprano comprobamos que una sesión de psicoterapia puede ser tan excitante, televisivamente hablando, como un asesinato o una escena sexual. Con In Treatment concluimos que ir al psiquiatra es algo apasionante. Dan ganas de pedir una cita para mañana. Los diálogos-enfrentamientos de Paul con sus pacientes llegan a unos niveles de disputa dialéctica altísimos, donde se agitan los miedos, la inteligencia, la sensibilidad y, sobre todo, la sensualidad, en un explosivo cocktail siempre a punto de estallar. Las transferencias eróticas van de un lado a otro. Gente que necesita terapia –con permiso de Sergio Dahbar- sería un buen título para la versión en español. Y es que In Treatment es puro teatro, teatro del bueno, teatro de la persona que diría el crítico italiano: economía de gestos, silencios penetrantes, hipnóticas miradas, atmósferas inquietantes. HBO lo logra de nuevo. Si con Los Soprano trasladó el cine a la televisión, creando un híbrido que superaba ambos formatos, con In Treatment hace lo mismo con el teatro, de lo que surge un género que podríamos llamar teleteatro relacional. In HBO we trust!

viernes, 8 de mayo de 2009

semana equina


Carcelona se ha llenado, de repente, de carteles anunciando el BARCELONA POLO CLASSIC. Durante dos fines de semana, la ciudad mentirosa, que dice Manuel Delgado, acogerá este encuentro. Según afirman los entendidos, "este deporte es uno de los deportes más antiguos que se practican en la actualidad y se distingue por su gran dificultad técnica, por su belleza plástica y por la atractiva atmósfera que lo envuelve". Y yo con estos pelos. En su página nos sueltan cosas como "Déjense seducir por la potencia y elegancia de los caballos, por la pasión y rivalidad de sus jinetes y por el singular ambiente en el que se desarrolla la competición". El singular ambiente me lleva a cuando hojeaba el Hola que compraba mi madre durante mi tierna infancia. Recuerdo que pensaba que era un divertimento de la gente que salía, y que sale en este tipo de revistas, o sea la realeza, los nobles y toda esta gentuza de la farándula que viven del cuento, de la sangre azul y de la estupidez generalizada.
Tal vez estos “traumas” infantiles sean la razón de que me haya divertido tanto el artículo que me me manda el intrépido –aunque en estos días un poco deprimido- periodista amigo Jaime López, que creo da algunas claves del porque las cosas van como van en Venezuela, o en Miami. Me ha hecho pensar en El Padrino y en ese memorable amanecer, con música de Nino Rota, en el que descubrimos, “que parezca un accidente”, a ese caballo degollado en la cama del productor de cine de Hollywood.

LOS RICOS TAMBIEN LLORAN / VICTOR VARGAS
La tragedia equina del suegro de Luis Alfonso (por Jaime López)

Uno a uno, y así hasta 21, se le fueron muriendo los caballos del equipo de polo a Víctor Vargas, uno de los hombres más ricos de América y suegro de Luis Alfonso de Borbón. ¿Envenenados?

Dicen que lloró como un niño. Abrazado a sus caballos, impotente y lleno de rabia. Uno, dos, tres así hasta 21. Toda su cuadra de Polo, valorada en dos millones de dólares. Su orgullo. Su devoción. Su pasión. Desencajado y desolado, el magnate venezolano de la banca y los negocios, Víctor Vargas, suegro de Luis Alfonso de Borbón, no pudo hacer nada. Todo transcurrió en apenas dos horas. Cada vez que visitaba las caballerizas del elitista Club Internacional de Polo Palm Beach, en Florida (EEUU), Víctor Vargas se desplomaba. Otro equino fallecía sin que el suero y los medicamentos suministrados por los veterinarios surtieran efecto. La pesadilla de este acaudalado empresario comenzó el domingo pasado, cuando los caballos salían de sus remolques a tropezones. Se tambaleaban como si estuvieran drogados. Expulsaban espuma por las narices.Caían como fichas de dominó. «Por Dios, ¿qué está pasando?», se oyó en el Club de Palm Beach, poco antes del partido del US Open de polo entre el equipo liderado por Vargas contra el Black Watch. Algunos caballos fallecieron en el lugar. Otros, más tarde, en la clínica donde habían sido ingresados. Ni la inmensa fortuna de Vargas, ni los mejores veterinarios de Wellington (Florida) pudieron evitar la tragedia. Los investigadores creen que los animales murieron por una reacción adversa a alguna droga, toxinas en alimentos, o complejos vitamínicos en mal estado. O una combinación de ambos.
HOLOCAUSTO EQUINO
En sus dos décadas de participación en torneos internacionales, Vargas jamás había vivido una situación similar. ¿Una venganza planificada por algún enemigo financiero? ¿Negligencia? ¿Complejos vitamínicos en mal estado? Todo es posible. Las autoridades estadounidenses iniciaron esta semana una investigación penal para determinar si los 21 caballos fueron envenenados. Los análisis de toxicología para determinar la causa de la muerte podrían demorar varios días. Al igual que las necropsias a los equinos fallecidos. Hasta entonces, todo son elucubraciones. James Belden, médico del equipo de Polo de Víctor Vargas, La Lechuza de Caracas, dijo en una entrevista con la NBC que «probablemente murieron intoxicados por algo que comieron. Nunca usamos esteroides porque el equipo, además, compite en Inglaterra, donde estas drogas están prohibidas».El capitán del equipo, el argentino Juan Martin Nero, añadió en declaraciones a La Nación que sólo cinco de los 26 caballos que llevaron a Florida sobrevivieron. Precisamente, los únicos que no injirieron un complejo vitamínico para estimular la respiración, llamado Biodyl.
El Holocausto del Polo, como ha sido bautizado este macabro suceso, ha conmocionado a la comunidad de Wellington, en la zona central del condado de Palm Beach. El suceso de los 21 caballos ha alertado, incluso, a las poderosas organizaciones estadounidenses de protección de animales. Todo un culebrón.
Los millonarios suelen tener hobbies extravagantes. Y el pasatiempo de Vargas son los caballos, el automovilismo, y los aviones.Es piloto, con más de 15.000 horas de vuelo, y adora el polo, deporte que practica desde que tiene 24 años. Para estar más cómodo entre febrero y abril, época en la que se celebra la Triple Corona en EEUU (la competición de Polo más importante de este país), Vargas compró una mansión de 68 millones de dólares en Palm Beach, con un terreno de 15.000 metros cuadrados y 97 metros frente al mar. Ser rico en el país socialista liderado por Hugo Chávez es algo incómodo y peligroso. Tus haciendas pueden ser expropiadas en cualquier momento, y tus negocios estatizados por cualquier capricho presidencial. Pero él lo lleva con naturalidad.Lo importante es hacer negocios y dejar la política para los políticos. «Dicen que tengo un Ferrari, un avión y un barco», dijo el año pasado al diario Wall Street Journal. «Pero eso es mentira. Tengo tres jets, dos yates y seis casas. ¡He sido rico toda mi vida». Víctor Vargas, dueño del quinto banco más grande de Venezuela (Banco Occidental de Descuento, BOD, y Corpbanca) emplea a más de 6.500 personas y tiene negocios en el sector petrolero, inmobiliario y turístico de EEUU, Panamá y República Dominicana. Presidente de la patronal bancaria (ABV), ha liderado la política financiera del Gobierno. También se encargó de coordinar dentro del sector la venta de bonos y notas estructuradas que Chávez compró a Argentina, Bolivia y Ecuador, entre otros, para financiar su deuda interna. Cerca de 200 millones de dólares todas las semanas, con unas comisiones de infarto. Pocos productos financieros le han hecho tan rico. En 2004, ingresó en la nobleza desposando a su hija Margarita, de 26 años, con Luís Alfonso de Borbón [quien justo hoy cumple 35 años], hijo del fallecido duque de Cádiz (primo del Rey) y de Carmen Martínez Bordiu, nieta de Francisco Franco. El ponía los títulos y ella los millones.
LA SOMBRA DE CHÁVEZ
La ambición de este intuitivo banquero no tiene límites. Sólo los que impone Chávez. El año pasado quiso crear el banco más grande del país, comprando la filial venezolana de Santander.Ofreció 1.200 millones de dólares en bonos y billetes. Ambos magnates se reunieron en Madrid para hacer el negocio del siglo.Su amigo Chávez echó por la borda toda la operación. Dijo que un banco no podía manejar tanto dinero, y que el Estado venezolano compraría el Santander para fortalecer el sector público y contar con una amplía red bancaria para repartir subsidios y dádidas entre los más pobres. Botin todavía espera los petrodólares de Chávez para completar la venta, y Vargas terminó peor parado: se quedó sin la filial de Santander y perdió los 100 millones de dólares que había entregado como adelanto. «Por ahí anda un banquero arrecho (enfadado) porque perdió una plata. ¡No es mi culpa!», le contestó Chávez en uno de sus discursos televisivos.Pecata minuta si se compara cómo ha triplicado su fortuna durante el ecléctico socialismo que abandera el mandatario.

VIDA DE LUJO
Ahora se escapa de la congestionada Caracas en el avión ejecutivo más caro del mundo, el Gulftstream G550. Abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), campeón de polo con el equipo Las Lechuzas de Caracas, Vargas reparte su vida entre Venezuela, EEUU, República Dominicana y España, principalmente Estepona (Cádiz).Vargas y Luis Alfonso de Borbón comparten los mismos gustos. Evaden las fiestas de la farándula venezolana y adoran el Polo, deporte que practican en Miami, Cádiz o Venezuela.Viajan con sus caballos.
Vargas posee una finca en el interior del país, a la que van en helicóptero. Este fundo, con mansión incluida, cuenta con un campo de Polo. Así no hace falta ir asiduamente al hipódromo de Caracas, atestado de nuevos ricos (o boligarcas, una suma de bolivariano y oligarca), que comulgan con el comunismo de Chávez y se han hecho multimillonarios durante su gestión. Pero la pasión más fuerte de este rey Midas es la pequeña Eugenia.Su nieta de dos años y medio. La hija de Luis Alfonso y Margarita, que lleva el nombre de la reina Victoria Eugenia (bisabuela de Luis Alfonso), nacida en la mansión de Palm Beach y bautizada en París. La joven pareja y su hija viven en un penthouse de Caracas, valorado en un millón de dólares, situado muy cerca de la mansión que tiene Vargas en el Country Club.
Luis Alfonso trabaja en la división de operaciones internacionales de los bancos de Vargas en Venezuela, Panamá y Miami. Tiene negocios en turismo (asociado con su suegro), y según pasan los años, le gusta más vivir en el extranjero que en Caracas. Será por esos dos guardaespaldas que le acompañan a todos lados. Y es que la violenta capital venezolana no respeta ni a los de sangre azul.

COMO A SUS HIJOS....
EL MEJOR EQUIPO. Los mejores polistas son argentinos. Por eso el equipo de Vargas está lleno de gauchos. El año pasado renovó su plantilla y fichó a las tres estrellas del momento. Tenía uno de los equipos más finos del torneo y sus caballos (que pueden llegar al centenar) son de los mejores.
EN AVION. Amante de purasangres, coleccionista de coches de lujo, Vargas trataba a sus caballos como si fueran sus hijos. Cuando viajaba fuera de Venezuela, sus mejores sementales le acompañaban transportados en aviones de carga. Algunos valían 200.000 dólares.
CUIDADOS. Un equipo de veterinarios y médicos, liderado por James Belden, mimaba hasta el más pequeño detalle de su salud y estado físico. Todavía se preguntan cómo 21 de sus mejores equinos han muerto. «Es muy duro ir a los establos y encontrar todo vacío», ilustraba uno de los jinetes de Las Lechuzas.
LA HIPOTESIS ILEGAL. Los 21 caballos muertos fueron inyectados con una vitamina utilizada para estimular la respiración y disminuir el desgaste físico llamado Biodyl, fabricado por el laboratorio francés Merial Limited. Las dosis llegaron el domingo por la mañana y fueron aplicadas sin analizarlas. Las autoridades manejan distintas hipótesis: que los caballos fueran inyectados con otra fórmula, lo que sería una negligencia del laboratorio, o que alguna sustancia contaminara el complejo vitamínico. También falta saber quién encargó la compra de este producto, prohibido en los torneos de Polo de EEUU.

domingo, 3 de mayo de 2009

semana BARÇA


Domingo soleado. Ni una nube a la vista. Un cielo azul sonriente. Como los carceloneses, hoy todos culés, hoy todos creyentes, como Serrat que cuando gana el Barça cree que hay Dios y es azulgrana -al menos eso canta Sabina- yo también creo hoy en algo que tal vez sea justicia divina, buen gusto cósmico o simplemente sentido común sideral. Demasiadas imágenes en la retina. Pujol besando el brazalete de capitán con las cuatro barras catalanas, como si fuese un almogàver de ese ejército desarmado de Catalunya del que hablaba Manuel Vázquez Montalbán. O Henry caminando hacia atrás con Eto'o agarrándole el cuello en una especie de ritual africano de extraradio francés. O Gerard Piqué amarrado a la camiseta como si fuera el santo sudario. Salió la "rauxa". No aguantaba más, agazapada, escondida, esperando el momento adecuado par rugir. Demasiado corazón. Demasiado seny. Demasiado debate ficticio pienso mientras desayuno contemplando el Mediterráneo. Al rato, bajo a la calle y camino entre chinos, paquistaníes y suecas. No me importa. Vivan los guiris, mientras celebren las victorias borrachos como cubas en las Ramblas. Viva Carcelona, mientras los guardianes del parque nos dejen subirnos a la fuente de Canaletas a celebrar las victorias. Viva la sagrada familia, mientras sea la que firmó el contrato de Messi en una servilleta. Llego al quiosco eufórico. Me regodeo en los titulares de prensa.
Primero los de la prensa local.
Sport: Goleada, humillación y ¡campeones!
El Mundo Deportivo: 2-6 Histórico.
La Vanguardia: Alirón en Madrid.
Avui: El Barça fa història.
El Periódico: 2-6 Histórico.
Los de Madrid no pueden evitarlo, les duele e intentan ser creativos.
Marca: colorín, colorado, esta liga...
As: Sombrerazo al campéón.
El País: Un Barça de leyenda machaca al Madrid.
ABC: El Barça grita la verdad sobre la liga.
El Mundo: El Bara toma el Bernabeu.
En Italia también lo vieron.
La Gazzeta de lo Sport: Barça, sono marziani il Real fatto a pezzi.
Suena bien, ¿no? En francés también lo queremos leer.
L'Equipe: Jeu, set et match pour Barcelonne.
Vivan los gabachos. Ce n'est pas facile! Me los llevaría todos pero recuerdo aquella frase de Manfridi sobre que en la vida decidir lo es todo. Así que me decido por La Vanguardia, en gran parte porque quiero leer el artículo de Sergi Pàmies titulado Inapelable obra maestra. Termina así: En las semanas previas (extenuantes, con esa lucha mediática que tanto abusa de la guerra psicológica), se ha hablado con lapidaria alegría de un combate entre épica (Madrid) y estética (Barça). Anoche, con un partido que perdurará en nuestra memoria más allá de nuestras cenizas, el Barça fue épicamente estético y estéticamente épico. Señores jugadores, señor entrenador (y colaboradores), gracias.
Gracias a ti Sergi por tus certeros artículos. En la tarde, después de un pollo a l'ast y unos carquinyolis, me siento culpable por tanto culto pagano y decido visitar el CCCB. Una exposición de fotografía africana para digerir el empacho futbolero. La exposición se llama Bamako y, cómo no, me viene a la cabeza que de allí es justamente Diarra, un futbolista de este Madrid chapucero y ramplón. Un jugador, como todos los Diarra del mundo, que corre mucho, la mayoría de veces sin mucho criterio, olvidando la sentencia de Cruyff de que lo importante es que corra la pelota. Demasiada sutileza para un equipo, el madridista, resignado en estos tiempos de crisis a ser un equipo del montón, que puede ganar, por cojones o de churro, que más da, a los equipos segundones pero que cuando se enfrenta a los grandes, o sea al Liverpool, a la Juventus, al Barça, sale goleado. Pero no quiero pensar más en ellos, maldita fotografía africana. Salgo al Raval y en esas me acuerdo de otro culé ilustre, e ilustrado, que hace unos meses escribió un artículo elogiando al gran Pep Guardiola, principal responsable de que todo un país durmiera ayer noche feliz.

EL FÚTBOL HABLADO
Por Enrique VILA-MATAS
Seguramente no se comentó nunca tanto un Barça-Madrid. La explosión mediática, los comentarios en torno al partido, fueron de una intensidad feroz desde el lunes mismo de la semana pasada. Para quien no le haya interesado nunca ese deporte, o simplemente no le atrajera el partido del siglo de este año -que prometía, como así fue, un Madrid cosiendo a patadas los tobillos de Messi- tiene que haber sido una tortura todo el fútbol hablado que se ha vivido en la calle y en los medios.
La primera vez que supe de la existencia del fútbol hablado fue allá por los tiempos de Helenio Herrera, días de 1958, cuando se dio por televisión un Madrid-Barça y por primera vez se habló del partido del siglo, sobre todo por ser la primera vez que se televisaba en el país un encuentro futbolístico. Por aquellos días, la gente en Barcelona iba a Canaletas -el famoso entorno que existió muchísimo antes de que Cruyff lo descubriera- para participar en las animadas y para mí algo extrañas tertulias que tenían lugar junto a la fuente. Ignoro si perduran todavía esas reuniones -intuyo que sí-, pero recuerdo que entonces eran reuniones excepcionales y que aquella semana de hace medio siglo, antes precisamente del primer partido del siglo, fue el delirio. Pero no el delirio descomunal y desorbitado de estos últimos días, sino una locura contenida, rara, de una serenidad violenta que nunca he podido olvidar. En Canaletas eran todo un espectáculo los extraordinarios egocéntricos, sabios parlantes siempre en busca de discrepar del último que hubiera hablado. De ahí creo que nació la peor pero también, al mismo tiempo, y en una dirección bien distinta, la mejor literatura de fútbol de todos los tiempos y de la que el periodista Martín Girard, entre otros, fue un pionero.
Del bombardeo mediático de la última semana, con tanto culé enloquecido ante la expectativa de la goleada estratosférica -en un bar llegué a oír hablar de un once a cero-, aprecié especialmente algunas opiniones breves y sensatas. La de Valdano, por ejemplo: "Espero que el Real Madrid acepte su debilidad y que salga con una actitud más conservadora. La dificultad del Barça radica en cumplir con todas las expectativas creadas". Certeras palabras, porque eso fue lo que sucedió el sábado bajo la lluvia, aunque en el tiqui taca de la retransmisión de la Sexta en la que participó Valdano parecían creer que a Messi se le podía lapidar y que la gran jugada del partido la había hecho el velocista Drenthe.
De todo el despliegue abrumador de la semana pasada me quedo con las palabras siempre medidas y comedidas de Guardiola, que si hace quince días se descolgó con una escueta frase que seguramente quedará -"El balón es quien ordena a los equipos"-, días antes del partido con el eterno rival se quejó precisamente de las expectativas creadas: "Muy bien, ya hemos ganado cinco a cero, ahora vamos a jugar el partido".
Suenan siempre nobles las palabras de Guardiola en medio de un entorno de tergiversaciones chulescas (Michel Salgado diciendo que en el Barça celebran ya la Liga), lenguaje cañí, culto al insulto, amenizado por las chorradas sempiternas de los presidentes. Aunque no fuera bueno en su oficio, nadie podría ya quitarle a Guardiola haber conseguido en poco tiempo haber mejorado el fútbol hablado. Pero es que, además, resulta que está dando señales de querer mejorar también al fútbol y de ser un entrenador extraordinario.