lunes, 19 de octubre de 2009

Prohibido ser feliz (ni una hora)


El departamento de prohibiciones de Carcelona no descansa. Es una institución de formación poco clara, una especie de servicios secretos de la moral, que sirve tanto al Ayuntamiento como a la Iglesia o a la misma Generalitat de Catalunya. ¿Qué vamos a prohibir hoy? se preguntan cada mañana los misteriosos integrantes de este colectivo. La semana pasada decidieron ir a por la felicidad. Prohibido ser feliz. Ni siquiera una hora. La hora feliz. La happy-hour. Hasta nuevo aviso, queda terminantemente prohibida. Motivos los hay de sobra. Nunca faltan argumentos para prohibir. Aunque las verdaderas razones no salen a la luz. Quizás es debido a lo que dijo Boris Vian.

“son los hombres a los que atraen secretamente diversas tentaciones, quienes se afanan en preservar de ellas a los demás; en realidad, con el pretexto de proteger a los otros, se protegen a ellos mismos porque, en su fuero interno, temen su propia debilidad”

Para contrarrestar a los débiles de espíritu, esta semana intentaremos ser felices en Casa Amèrica Catalunya. Mañana miércoles con el concierto de Lucrecia, una joven pereirana afincada en Carcelona. Gratuito y con copa de vino -antes de que lo prohiban- a modo de cierre de las jornadas de La Diáspora. El viernes buscaremos la happy-hour con los escritores argentinos Matías Néspolo y Antonio Tello, quienes hablarán sobre Haroldo Conti y sobre Antonio Di Benedetto, autor de la magistral ZAMA y de esta también estupenda autobiografía...

"He leído y he escrito. Más leo que escribo, como es natural; leo mejor que escribo.
He viajado. Preferiría que mis libros viajen más que yo. He trabajado, trabajo.
Carezco de bienes materiales (excepto la vivienda que tendré).
Una vez, por algo que escribí, gané un premio, y después otro y después…
hasta 10 de literatura, uno de periodismo
y uno de argumentos de cine. Una vez tuve una beca que me dio el Gobierno de Francia,
y pude estudiar algo en París.
Un tiempo quise ser abogado y no me quedé en querer serlo, estudié mucho, aunque nunca lo suficiente.
Después quise ser periodista. Conseguí ser periodista. Persevero.
Un tiempo anduve de corresponsal extranjero (por ejemplo, revolución de Bolivia, la que llevó al poder a René Barrientos).
Yo quería escribir para el cine. Pero en general no soy más que un espectador de cine, y también periodista de cine. Una vez fui al Festival de Berlín, y otra al de Cannes, y otra a Hollywood el día de los Oscars, y otra…
Bueno, en el Festival de Mar del Plata una vez me pusieron en el Jurado Internacional de la Crítica.
Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires.
Nací el Día de los Muertos del año 22.Música, para mí, la de Bach y la de Beethoven. Y el "cante jondo".
Bailar no sé, nadar no sé, beber sí se. Auto no tengo.
Prefiero la noche. Prefiero el silencio".

La cara de estupefacta que acompaña el texto es de Sue Ellen, legendaria protagonista de Dallas y referente etílico donde los haya.

3 comentarios:

  1. MARC,SE AFINAN , SE AGILIZAN,SE AGUDIZAN ,SE ESTILIZAN TUS CRÓNICAS......ME GUSTAN....EL SARCASMO ES MAS SOFISTICADO.......EN FIN ASÍ ES...
    SALUDOS DESDE LOS TRISTES Y EXITANTES TROPIKOS...R.P.

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  2. aaargh! han prohibido las happy hours en CarCN? justo cuando yo iba a proponer que las hicieran como aqui en Seattle, a partir de las 22h y hasta las mil, con esa alegria y desenfreno que corre por estas latitudes, y no por la tarde como nenazas...

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  3. Cuanto más nos prohiben algo..más lo deseamos...algo asi como la oferta y la demanda. Si hay menos..más queremos no?
    (si ya lo sé salvo algunos productos!!!)
    Pero bueno, yo propongo buscar otras formas de felicidad!!!
    Jacks

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