viernes, 9 de abril de 2010

Hay un hombre en España que lo hace todo


Hay un hombre en España que lo hace todo. Hay un hombre en España que lo hace todo, cantaban los Astrud hace unos años. Y lo recordábamos el otro día con una de las muchas venezolanas que trabajan en editoriales en Barcelona. Es un fenómeno digno de analizarse, según Alberto Barrera Tyszka. Venezolanas que trabajan en editoriales en Barcelona. Parece un grupo de Facebook. Espero que alguien lo cree. Yo me hago fan inmediatamente. Con Barrera compartimos el mes pasado unos días de jamón serrano, whisky y buenas conversaciones sobre Chávez, Laporta y Herralde, entre otros. Pura literatura. Puro cuento. Pues bien, ese día creíamos que la canción fue escrita en homenaje a Rodrigo Fresán pero hoy me doy cuenta que no. Si hay un hombre que lo hace todo en España, ese hombre es Jordi Carrión. O Jorge Carrión. Depende. Quizás son dos. Eso lo explicaría todo. En Facebook es Jordi Carrión. Pero en la portada de su primera novela es Jorge Carrión. En mi celular pone Jordi. Pero firma sus artículos como Jorge. Lo peor de todo no es que lo haga todo, sino que casi todo lo haga bien. Da mucha envidia. Escribe novelas como Los Muertos. Libros de viaje como Australia. Libros de autor como Cuaderno de Viaje. Da clases en el Ateneo. En la Universidad Pompeu Fabra. Conferencias en Palma de Mallorca. En Santa María de Albarracín. Participa en festivales literarios por todo el mundo. Es jurado de un premio literario en Venezuela. Coordina dossiers para Quimera. Polemiza con Enrique Vila-Matas, Antonio Muñoz Molina o Javier Marías. Hace de comisario de unas jornadas en Mataró. De actor en un culebrón intelectual sobre Bolaño. Le invitan los institutos Cervantes de New York, Pekín o Tokio. Escribe para ABCD. Para el Culturas de La Vanguardia. Vive con una mujer bella e inteligente. ¿Cómo lo hace? Es un misterio.

Recientemente ha compilado y editado el volumen colectivo Madrid/Barcelona. Literatura y ciudad (1995-2010) para la editorial Iberoamericana. Es un trabajo muy recomendable, tanto por su estudio crítico como por las citas seleccionadas (algunas de ellas han aparecido en este blog alguna vez). En esa línea, en el número de abril de Quimera Carrión participa del dossier "España: ciudades literarias del siglo XXI". Su artículo se refiere a la literatura de la marca Barcelona y en ella cita a Carcelona.

"Muchos otros blogs están operando en la misma línea de resistencia. El del gestor cultural Marc Caellas tiene como título Carcelona y mantiene una línea editorial crítica con los mecanismos de control del ocio y del gusto que el Ayuntamiento reinventa periódicamente..."

"En lo que respecta a la representación de la Ciudad Condal, la blogosfera, el cine documental, la literatura impresa, el cómic o las guías secretas coinciden en cierto tono. El tono de un lamento fúnebre por una desaparición. El gran tema del arte sobre Barcelona de nuestra época es el duelo. La ciudad es un feto muerto en una bolsa de El Corte Inglés. El problema es que ese duelo acompaña al arte urbano desde su mero nacimiento. Escribió Charles Baudelaire en "El Cisne": "Murió el viejo París (Cambia de una ciudad / la forma, ¡ay!, más deprisa que el corazón de un hombre)". Obviamente, estamos ante la eterna reencarnación de un topos, pero como lectores tenemos que analizar sus nuevas dimensiones. Éstas son tres en el caso de Barcelona durante la primera década del siglo XXI: el turismo como matrix, la conciencia de la Marca y la obligación moral del ciudadano a practicar la arqueología para no perder la conexión con la historia, para no olvidar el sentido."

3 comentarios:

  1. Hay, hay, hay! que genialidad prolífica, deseable, excitante, acogedora... quiero estar junto a éste prócer!

    Pero que barbaridad lo de las chicas venezolanas, no?

    Fotón!

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  2. No hay fanfarrias solemnes
    por José Ignacio Cabrujas

    Conviene recordar a veces
    Que se trata de un valle y de unas gentes
    Y de un lugar de paso
    
Que nadie vino a quedarse demasiado

    porque todos los carteles que medían la distancia
    
hablaban de exilio y mientras tanto
    Que las casas se entendían en los planos
    con esa facilidad de los cuadrados
.

    Que no hubo un ser con imaginación de triángulo
    Que fue un lugar de obstinados terremotos
    
Que Catedral fue un por decir y no una torre
    Que eran hombres de prisa
    y que cualquier constancia partió de una derrota.

    
Conviene recordar que fue ciudad de locos
 al norte de una empresa . Que entrar en ella era bajar de la montaña
. Y que todo iba a ser mejor mañana
.
    Que una cosa antes de ser, se parecía

    Así la gente, así la música, 
Así esta historia
    
Siempre al norte, mientras tanto y por si acaso.

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  3. Hey hey hey.. ¿¿cómo que un anónimo?? Es un poema del escritor/actor venezolano José Ignacio Cabrujas!! Uno de los intelectuales más IMPORTANTES (así, en mayúsculas) y menos leído :( En todo caso, es su poema... al que habría que leer junto a sus crónicas.

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